Cartas al alcalde

Mendigos

El centro es un picnic creciente de gentes con la vida averiada, viviendo bajo un cartón, nutriéndose sólo del vino de la penuria y el cielo del frío

Un hombre duerme en un banco de la plaza del 2 de Mayo Isabel Permuy

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Empezó usted, alcalde, promocionando una enmienda a la totalidad, o casi, de las medidas anticontaminación de Manuela Carmena , empezando o acabando por Madrid Central. Pero resulta que algunas iniciativas de Carmena no estaban tan mal, y en la política conviene no pensar a la contra, porque sí, urgentemente, que es a lo que usted se dedicó, un momento, y enseguida ha corregido. Nos alegra. Un Ayuntamiento, y sus oficios, no se alimentan de pillar la dirección contraria al Consistorio anterior, sino de revisar aquello que estuvo mal y enmendarlo. Eso, y prosperar con alegrías en aquello que fue un acierto.

Tanto unas cosas como otras son dignas de reconocimiento, y hasta de elogio. Digo todo esto porque se ha vuelto usted muy sensible al aire más o menos tóxico de Madrid , como debe ser, pero hay detalles en lo que Carmena se empleó poco, o nada, y ahí tiene usted un tajo de novedad pendiente. La mendicidad, sin ir más lejos. El centro es un picnic creciente de gentes con la vida averiada, viviendo bajo un cartón, nutriéndose sólo del vino de la penuria y el cielo del frío. El mendigo malvive en la Plaza Mayor , con su barba de aparecido, y su mirada de espanto. El mismo mendigo, que es otro, anida en las bancadas de la plaza de Oriente. Este otro vuelve a ser un mendigo idéntico a los varios mendigos que han hecho domicilio de ropavieja bajo los arcos de hospitalaria inclemencia del Viaducto.

De modo que tenemos una tribu de mendicidad dispersa por el Madrid de los Austrias , entre japoneses de rebajas y enamorados que se hacen el «selfie» en La Almudena. El mendigo queda inevitable en los cuentos de Dickens, y en el corazón piadoso de la Navidad, pero el mendigo está ahí en la esquina, más inevitable todavía. No es un bulto de rara estética , el mendigo, sino un señor desahuciado ya de sí mismo que somos todos. De modo que nos concierne este vecino, tan reiterado. Carmena no le echó solución al tema. Hágalo usted, alcalde.

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