Matías, el sacerdote atrapado en la 5ª planta: «Ha estallado nuestra casa, no sé si me van a poder rescatar»
Este estudiante paraguayo de la Universidad San Dámaso, de 32 años, envió un vídeo a sus allegados para que le pudieran sacar del edificio
Una brutal explosión rompió la tranquilidad pasadas las 15 de la tarde en la céntrica calle de Toledo, en barrio de La Latina. Un escape de gas provocó un estallido con consecuencias fatales, pues derribó cuatro plantas de un edificio de la casa parroquial en la trasera de la iglesia de San Pedro el Real y segó la vida de cuatro personas; un sacerdote y un técnico de mantenimiento que ayudaba a revisar una caldera y dos viandantes que tuvieron la mala fortuna de pasar por allí en aquel momento. Pero pudieron ser muchos más.
Matías Ernesto Quintana salvó su vida de milagro . Este sacerdote paraguayo de 32 años, afincado en la capital, se encontraba en su vivienda ubicada en la quinta planta del edificio cuando se produjo una explosión de película, sólo un piso más arriba. La sexta planta voló por los aires y quedó atrapado por los escombros y las llamas que impedían su bajada hacia la calle. Fue entonces cuando Matías grabó un vídeo que envió a sus allegados para intentar facilitar su salida. «Acaba de estallar nuestra casa por la tubería del gas. Estoy atrapado en el quinto piso y hay un incendio, no puedo bajar . Para que vengáis a por mí, es que no sé si me van a poder venir a rescatar, ha estallado nuestra casa», se le oye en el angustiante «clip», al que acompañan unas imágenes rodeado totalmente de escombros.
Ernesto Quintana no había vivido algo parecido nunca, menos aún durante los dos años que lleva en España estudiando en la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Todavía se encuentra en estado de «shock». El drama ha golpeado especialmente a su comunidad religiosa , donde miembros del Camino Neocatecumenal –entre los que se incluye Matías–, apodados como «kikos», realizaban reuniones. De hecho, asiduos al templo explicaban a ABC que, si el asunto se hubiera producido a las siete de la tarde, la catástrofe habría sido mayor debido a la acostumbrada afluencia durante esas horas, que podría haber superado el medio centenar de personas.
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