Madrid promete más de 100 pisos para personas sin hogar en 2017
Este nuevo sistema, más inclusivo, irá sustituyendo de forma gradual a los albergues
La ciudad de Madrid tiene 1.905 personas sin hogar en sus calles, según su último censo. En la región, se estima que son 4.500 los que componen ese colectivo . La alternativa a los albergues tradicionales -que parte de esta población rechaza y sobre cuya eficacia para reintegrarles no existen evaluaciones- son viviendas: pisos en los que recuperar la dignidad y la esperanza en el mañana. La Consejería de Familia y Asuntos Sociales apuesta por esta vía en su Plan de Inclusión de Personas Sin Hogar 2016-2021, recientemente aprobado, y se compromete a tener a 79 personas en estas viviendas para el próximo año en toda la región. El Ayuntamiento madrileño cuenta con 20 pisos , entrega este mes otros 40 y en 2017 llegará a los 100, distribuidos por toda la ciudad.
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La Fundación RAIS y la Asociación sin ánimo de lucro Provivienda aplican el Programa Habitat, que introdujo en España el modelo del «housing first»: tratar de sacar de la calle a los sin techo ofreciéndoles la posibilidad de volver a vivir en una casa. El presidente de RAIS, Fernando Vidal , es muy crítico con los métodos tradicionales de albergues para personas sin hogar porque no los cree útiles para sacar a este colectivo del «círculo vicioso calle-mendicidad-albergue».
El «ascensor social»
Pablo Gómez Tavira , director general de Servicios Sociales de la Comunidad, se fija un objetivo con estas viviendas: «Ser eficaces en la lucha contra la pobreza». Los pisos los ceden las administraciones -la regional y el Ayuntamiento de Madrid-, o se alquilan, y RAIS se encarga de ayudar a la persona que se aloje allí a tramitar todo tipo de documentos: la renta mínima de inserción, ayudas sociales, atención médica... Se les facilita la manutención, mobiliario, y un dinero de bolsillo . Las personas alojadas se comprometen a trabajar por su integración, colaborar en un seguimiento semanal de su situación y aportar un 30% de sus ingresos.
«Se trata de evitar que la situación de sinhogarismo se cronifique; que funcione el ascensor social », relata Gómez Tavira. «Es pasar del modelo de escalera -mejoras en función de los pasos que vayas dando- al de recuperación: que retomen las riendas de su vida», añade Vidal. El programa funciona mejor con aquellos que más tiempo llevan en la calle: en el año y medio que han estado aplicándolo en España, «permanecen en los pisos el cien por cien de los que comenzaron».
Todos los grupos del Ayuntamiento aprobaron un modelo de alojamiento «más diversificado e integrado en el entorno vecinal
Este programa fue también una de las primeras medidas en que comenzó a trabajar el nuevo Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, explica Marta Higueras , delegada del área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo. Después, en noviembre de 2015 el pleno aprobó una moción por unanimidad de todos los grupos apostando por un modelo de alojamiento «más diversificado e integrado en el entorno vecinal».
«Es emocionante ver a estar personas rehaciendo su vida tras estar 15 años en la calle», explica Higueras, que insiste: «El programa es más que la vivienda: es la atención y el acompañamiento social que tienen, la intervención social». Algo que considera «una inversión en calidad humana».