Madrid Fashion Week: pasarela híbrida
La moda, con las restricciones y las precauciones, vuelve a Ifema y a las calles de Madrid a partir de esta semana
Dicen que la moda explica una ciudad , y dicen, también, que la moda -de la alta costura a la artesanía- forma parte de nuestro ser. Lo recordaba este martes la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, cuando, mirando al diseñador Modesto Lomba , especificaba que no es lo mismo levantarse «en azul marino» que en «color mostaza». Quizá sea esa imbricación de la moda, del sector textil en lo consuetudinario de una ciudad, lo que ha hecho que la Mercedes Benz Madrid Fashion Week (8- 11 de abril) se a la única pasarela en el mundo en incluir la presencialidad .
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Acaso porque, como explica a ABC su directora, Nuria de Miguel , «la moda es emoción, es esa energía única que sólo se capta en la pasarela». Es verdad que la antigua Pasarela Cibeles, con ser pionera en esto de la presencialidad frente a saraos análogos como los de París, Nueva York, Londres o Berlín, no ha descuidado ni los protocolos de higiene (en Ifema se exigirá a modelos, maquilladores, peluqueros, directores de casting, Staff y demás un test de antígenos ) ni la virtualidad impuesta por estos tiempos pandémicos. Pasarela «híbrida», la llaman . El 24% en del aforo en Ifema es símbolo de esa dualidad y de ese término que nunca se imaginó relativo a la moda: «híbrido». Donde antes se desfilaba ante 600 asistentes, ahora se hará ante 192. Con mascarilla .
Moda en las calles
Madrid necesita a la moda porque es «cultura», y así quedó de manifiesto en la rueda de prensa de inauguración de la Fashion Week del martes a la mañana en la Casa de América . Una «cultura de calle» que este año, a pesar de las restricciones, lo será más en tanto que la Semana de la Moda de Madrid , patrocinada por el Ayuntamiento, establecerá aún más sinergias con lo que suceda en Ifema y viceversa.
En palabras de Villacís, se trata de empezar «a soñar cómo la moda debe empezar a imponerse en nuestras calles». A tal efecto, Madrid será capital mundial de la alta costura , mínimo en esta semana y con la pretensión de que no decaiga. Y lo hace porque las ventas en el sector han caído un 80% en nuestro país, y también porque la cultura de la moda supone una de las idiosincrasias de la capital. Descuidarla por pruritos ideológicos, como también apunta la vicealcaldesa en los corrillos, «sería una frivolidad» que ni ella ni su equipo van a tolerar.
En el tono esperanzador de que, a pesar de la pandemia no se puede frenar la vida, que es el negocio, el taller, el alfiler y el posado, se muestra el director de Ifema. Confiesa Eduardo López-Puertas a ABC que, igual que con el reciente evento de hostelería, «poco a poco, mientras vayamos abriendo, iremos generando esperanza». Una esperanza que, ante la perspectiva del virus, se hace más que necesaria. La ciudad tiene mucho que enseñar, y cualquier ventana que deje el virus es buena . En eso coinciden políticos y diseñadores. Gestores y maquilladores.
Cooperación público-privada
De alguna manera, la civilización, puesta al límite por el coronavirus, necesita reforzar sus basamentos: los de la vida cotidiana. Y todo eso pasa, también en el caso de la moda española/madrileña, por lo que los intervinientes definieron como la «cooperación público privada». De momento, en lo que a la vida de la ciudad concierne, hay previsto un 'showroom' en Medialab Prado , así como «experiencias» en diferentes boutiques de la capital, en Chueca o en Salamanca. Como trasladaron las autoridades al mundo de la costura y sus adláteres, si Madrid no ha cerrado los teatros, tampoco se va a cerrar la moda. De ahí que a los diseñadores, como pidió expresamente Villacís, les corresponda su ayuda para «explicar la ciudad» con sus creaciones. En el mismo acto, y con los meses de retraso con los que la normalidad se ha puesto en marcha, Moisés Nieto , modisto jienense, recibió el primer premio 'Madrid, capital de la moda', una menina de negro riguroso.
Con todas las precauciones, la inminente Mercedes Benz Fashion Week, como también el próximo Fitur de mayo, trata de recuperar el tiempo perdido y de ser un faro de costa para otros sectores y oficios.
Era la rueda de prensa de presentación hubo público y reencuentros, porque pocas ruedas de prensas se han visto en estos tiempos y hasta se otorgó un premio y se oyeron aplausos y se alabó la ropa «sin género». En los corrillos de después, Begoña Villacís se preguntaba en voz alta si la concurrencia había entendido su metáfora de levantarse en «color mostaza». Color de primavera/verano .