Juicio a gritos entre la fiscal y una acusada fundadora de una asociación cannábica de Lavapiés

El abogado de Marta L. M. ha intervenido en la disputa para tachar de «vergüenza» la actitud del tribunal

El local «The High Class» estaba en la calle de la Magdalena, en Lavapiés GUILLERMO NAVARRO

S. L.

Una acalorada disputa entre la fiscal y una acusada ha marcado el juicio de este viernes en la Audiencia de Madrid, en el que los tres fundadores de una asociación cannábica se enfrentan a cinco años y ocho meses de prisión por delitos contra la salud pública y de asociación ilícita, informa Efe.

La tensión ha comenzado con la acusada Marta L. M., que repreguntaba una y otra vez cuando no comprendía las cuestiones que le planteaba el tribunal. Así ha empezado la disputa, hasta tal punto que ambas se han interpelado en un tono elevado, casi a gritos , a lo largo de la sesión.

El propio letrado de Marta L. M. ha tachado de «vergüenza» la actitud del tribunal, por permitir la insistencia de la acusada. «Aunque me saquen esposado de aquí digo que es indignante» , ha dicho el abogado a la presidenta de la Sala por lo que entendía como una «pérdida de imparcialidad» del tribunal.

Mientras, los otros dos fundadores de la asociación cannábica también procesados, Elan S. J. y Jonás J. M., se han acogido a su derecho a no declarar. Con Marta, abogada, constituyeron en abril de 2014 «The High Class», una asociación sin ánimo de lucro para para «luchar por la legalización» del consumo de cannabis . Fue esta última, como jurista del equipo, quien se encargó de redactar los estatutos.

Rifirrafe por los estatutos

La puesta en escena de esos estatutos en las preguntas de la Fiscalía ha motivado los rifirrafes con la acusada . ¿Quiénes, cuánto y cómo consumían los miembros de la asociación? ¿Dónde se obtenía? ¿Se cultivaba marihuana en el local?, han sido algunas de las cuestiones planteadas por la fiscal.

«Conocíamos —ha contestado Marta— la normativa del consumo compartido», que «no podíamos sacar» a la calle las sustancias, que los socios debían ser «avalados y conocidos previamente, tras una entrevista», que el consumo debía hacerse de «inmediato» .

La acusada ha negado que cultivaran cannabis y ha precisado que los socios lo conseguían en el mercado negro a través de «compras mancomunadas». Pero la fiscal insistió entonces en una explicación del concepto de adquisición mancomunada .

«Como toda la vida de dios, la compra era propuesta por los socios», que anotaban individualmente en un listado de sugerencias el día, la hora y la cantidad de consumo. Al mismo tiempo se entregaba «la aportación económica correspondiente», ha explicado Marta.

No obstante, la Fiscalía considera que Elan, Marta y Jonás se beneficiaron con el comercio ilegal de cannabis bajo el paraguas de una entidad sin ánimo de lucro. Además, el Ministerio Público indica en sus conclusiones provisionales que tampoco controlaban que la marihuana u otras drogas se consumieran en el local ni se aceptara solo el acceso de los socios. «No cacheábamos a los socios, no teníamos rayos X», ha espetado la acusada.

«The High Class» tenía como sede un local en la calle de la Magdalena en el barrio de Lavapiés, que permanece cerrado por orden judicial desde diciembre de 2017 . En un registro practicado en julio de ese mismo año, los agentes de la Policía Nacional intervinieron 935 euros, además de 724 gramos de marihuana, 226 de resina de la misma planta y caramelos, frascos de aceite y espray con THC, el principal componente psicoactivo.

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