Johnny Burning: «Tendría que haber un Salón de la Fama del Rock español»

Presenta este sábado en el Teatro EDP Gran Vía su debut en solitario, ‘Hagámoslo’

Johnny Burning Ivet Expósito Barrero
Nacho Serrano

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En el videoclip de ‘El Diablo en el hoyo’, una de las canciones de su primer disco en solitario, Johnny Burning pasea cual Robert de Niro en ‘Taxi Driver’ por las calles vacías de la capital, con la nostalgia clavada en sus ojos. Su ruta se detiene en La Riviera, en El Sol, en Joy Eslava, emblemas de un circuito de música en vivo que todavía no sabemos en qué condiciones quedará tras el desastre. «No quiero ser demasiado pesimista , porque amo Madrid por los cuatro costados», dice el mítico rockero, que acaba el recorrido del vídeo en su bar del distrito de Latina, El Cocodrilo .

«Estuvimos un año cerrados, y cuando permitieron abrir por las mañanas intentamos reconvertir el rollo al ‘ vermut rock ’, pero no funcionó. Después, de siete a once de la noche ha ido un poco mejor, pero, ¿sabes qué te digo? Que lo abro para que no se pudra, para que no se oxide y se convierta en un cementerio . Hay que intentarlo», confiesa: «Me hubiera gustado que las autoridades se hubieran puesto más de acuerdo con la hostelería y el ocio nocturno , pero bueno, quiero pensar que a partir de ahora todos vamos a estar ahí codo con codo, porque han sido dos años tirados a la basura, con un montón de víctimas y con mucho sufrimiento . Ahora toca levantarse, y mi granito de arena es este disco que va a tener una puesta largo inmejorable, en San Isidro ».

Se refiere a ‘Hagámoslo”, un álbum que presenta este sábado en el Teatro EDP Gran Vía y que «marca el final de una etapa y el comienzo de otra», porque a Johnny le apetecía mucho «dejar la autopista Burning». Ahora, este volantazo le ha dado ese subidón que da «sentir el vacío» de empezar desde un nuevo kilómetro cero, «para seguir depurando» su estilo «hasta llegar al hueso, porque la carne que está pegada a los huesos es la más sabrosa». Eso sí, sin dejar de ser un «feligrés de Sus Satánicas Majestades ». «Un estoniano desde mi último pelo de la cabeza hasta la uña del dedo gordo del pie», explica.

Con estas diez canciones nuevas, el de Chamberí escribe un nuevo capítulo en una historia que arrancó hace casi medio siglo con la banda carabanchelera Zovax y que forma parte de las páginas más legendarias del rock español que, a pesar de no vivir su mejor momento, atesora una mitología que no tienen otros géneros. «La verdad es que tendría que haber un Salón de la Fama del Rock español», dice Johnny. «Yo he estado custodiando la guitarra de Pepe Risi hasta hace poco, y al final se la he dado a la familia. Pero tendría que estar en un lugar como ese, que honrara a los artistas más importantes de nuestro rock, y también a los que no recordamos todo lo que se merecen», opina, y continúa: «No soy de los que lloran mucho para pedir cosas para el rock’n’roll, porque cuando te dedicas a esto sabes a lo que vas , pero llevo oyendo el runrún de que se va a crear el Salón desde hace muchos años, y creo que sería interesantísimo rendir homenaje a nuestros rockeros y a sus instrumentos, sobre todo para los chavales que todavía siguen peleando por el rock en los locales de ensayo ».

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