El fin de la huelga de la EMT reabre el diálogo de Almeida con los sindicatos

La última manifestación de trabajadores, sin incidentes, colapsó ayer el centro de Madrid

Los trabajadores de la EMT durante la manifestación de ayer, a su paso por la Gran Vía Ángel de Antonio

Carlota Barcala

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La jornada de huelga de 24 horas convocada por los sindicatos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) transcurrió ayer sin incidentes, más allá de las largas colas que se registraron a primera hora de la mañana en los principales intercambiadores de autobuses de la capital. El de ayer fue, de momento, el último día de paros, ya que el Ayuntamiento anunció que se reunirá con los sindicatos «en los próximos días» para «reconducir» la situación. «Si no hay más calendarios, si encima de la mesa no hay movilizaciones o convocatorias de huelga, por supuesto que nos sentaremos», aseguró Inmaculada Sanz , delegada de Seguridad y Emergencias.

José Luis Martínez-Almeida, por su parte, celebró que se abra un proceso de diálogo con los trabajadores municipales. «Siempre hemos hecho ese ofrecimiento. No iba a faltar voluntad de negociación y diálogo», dijo el alcalde, quien ya había solicitado que se desconvocasen los paros para poder iniciar las conversaciones. Los sindicatos aceptaron la petición y se comprometieron a no realizar más movilizaciones, al menos, hasta que pase el periodo navideño. «Es un gesto de confianza que esperemos que aprovechen», explicó José Ignacio González, miembro del Comité de Empresa y secretario de Comisiones Obreras a ABC.

El segundo día de huelga total en menos de dos semanas, que coincidió con el final de la Cumbre del Clima y en el que los trabajadores reivindicaron un calendario de contratación firmado y la incorporación inmediata de 145 empleados, dejó ayer hileras de pasajeros esperando más de una hora en los intercambiadores. Ana llegó a Plaza de Castilla antes de las 9.40 para coger un vehículo de la línea 173 con destino Sanchinarro. 45 minutos después, seguía esperando a la intemperie a que hiciese acto de presencia en la dársena 43. La pantalla marcaba que todavía tardaría más de 20 minutos en llegar . «Tienen que pensar en los usuarios, porque somos quienes les compramos el abono. Nos engañan a todos», se quejó la mujer, antes de llamar a su jefa para decirle que volvía a llegar tarde.

En la dársena colindante, Presentación, que esperaba el autobús 49 para ir a la peluquería, se mostró más comprensiva. «¿Qué le vamos a hacer? Que todos los males sean estos. Falta hacen más conductores », dijo con respecto al motivo de la huelga. La mujer, vecina de Pinos Baja, tiene un tumor en el pecho que le impide caminar largas distancias: «Me fatigo y más si hay cuestas. Para el primer autobús, el 177, tuve que esperar 20 minutos, a ver para este». La pantalla informativa decía que llegaría en cinco minutos y, el siguiente, en más de 20. El primero no llegó, a pesar de haber unos servicios mínimos establecidos del 50%.

Tomar la Gran Vía

Desde primera hora de la mañana, los sindicatos llamaron a tomar la Gran Vía, algo que hicieron a partir de las 18 horas, cuando salieron de Plaza de España con destino Cibeles bajo la atenta mirada de curiosos que se aglomeraron en las aceras. También estuvieron presentes políticos como Rita Maestre . En la cabecera del recorrido, que colapsó el centro de Madrid al coincidir con los ecologistas de Fridays for Future , iban los representantes del Comité de Empresa cargados con bengalas, petardos y dos pancartas: una, por un «transporte público, sostenible y de calidad»; la otra, contra la desmunicipalización de Bicimad y en favor de la lucha de la EMT, a pesar de que el Ayuntamiento ya ha negado en diversas ocasiones que su pretensión sea privatizar el servicio de bicicletas municipales. Según datos de la Policía Nacional, acudieron 4.000 trabajadores.

Un coche con altavoces abrió camino a la concentración, que duró más de dos horas y en la que se sucedieron cánticos como «Bella Ciao». «A este alcalde le queremos preguntar cuántas movidas tenemos que hacer para que deje de joder a la EMT» fue el más coreado, contra Almeida. Muchos de los que alzaron la voz portaron cartulinas plastificadas con insultos hacia el alcalde.

Largas colas, ayer, en el intercambiador de Avenida de América José Ramón Ladra

A falta de una fecha para que ambas partes compartan mesa –los sindicatos han solicitado que sea el lunes, a las 13 horas –, la lucha, de momento, se apacigua tras cinco días de paros parciales a lo largo del mes de noviembre y diciembre y dos huelgas totales.

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