Más de 12 horas atrapados en las carreteras de Madrid: «Hacía tanto frío y tanta nieve que era imposible salir»

El temporal Filomena acorraló durante la noche a miles de conductores en múltiples carreteras de la región

Una calle nevada, ayer por la noche, en Torrejón de Ardoz BELÉN DÍAZ | Vídeo: Coches aparcados y cubiertos por la nieve en la M-40 (EP)

Cris de Quiroga y Adrián Delgado

Carmen Rodríguez emprendió el rumbo a casa alrededor de las seis de la tarde. Justo cuando la Comunidad de Madrid entraba en alerta roja por las grandes nevadas que Filomena repartiría por la región. Decidió dar un rodeo para esquivar una pendiente y condujo hacia la M-113 , en dirección a Paracuellos del Jarama. El coche jamás llegó a su destino y ha amanecido este sábado en medio de la carretera, sepultado entre la nieve.

«Iba un poco a ciegas, en los carteles no se veía nada», relata Carmen a ABC, ya en el calor de su hogar tras varias horas atascada en la carretera y en mitad de la noche. «Hacía mucho frío, las ruedas ya no se adherían al asfalto. Una de las veces pasó un quitanieves y me puse detrás, pero no hizo nada, a los cinco segundos estaba otra vez con hielo y nieve», recuerda el momento de impotencia, que compartió con alrededor de 40 vehículos. «Intentamos empujar coches y era imposible. Había gente que quería ir andando, yo estaba congelada. Hacía tanto frío y tanta nieve que era imposible salir», asegura.

Una de las imágenes que tomó Carmen Rodríguez mientras estaba varada en la M-113 ABC

Carmen fue una de los miles de conductores acorralados ayer por la borrasca en las carreteras a lo largo y ancho de la región. Muchos han amanecido en el mismo lugar donde el hielo les impidió seguir, y aún aguardan bajo los copos que caen sin cesar. El servicio de Emergencias 112 ha trabajado sin descanso durante toda la noche en el rescate de los vehículos atrapados en puntos como la M-40 —una de las primeras vías en sufrir cortes— y la M-506. Centenares de conductores han aguantado horas y horas en las autopistas madrileñas, también en la M-30, donde varias salidas comenzaron a cortarse la tarde del viernes como un augurio de lo que se avecinaba. A primera hora de esta mañana, un millar de coches habían sido rescatados y todavía requerían auxilio otros 400.

Más de seis horas estuvo Nieves Casillas atrapada en el embotellamiento que se generó en la M-40 cuando se dirigía a su domicilio en Leganés. «El problema se generó en el desvío a Alcorcón. El atasco, con coches atravesados en la calzada, se prolongaba desde la salida del centro comercial Isla Azul», describe. A Nieves, trabajadora en Correos, le dieron permiso para regresar a su casa a las 19.45 horas.

«Estábamos completamente detenidos. Un chico se bajó de su coche para preguntar si alguno de los vehículos que obstaculizaban la salida de La Fortuna se dirigía hacia Leganés. Vio que había posibilidad de avanzar y tres o cuatro vehículos le seguimos. Nos ayudamos unos a otros empujando los coches, que patinaban todo el rato. Al final conseguimos llegar a Leganés . Allí nos encontramos otro obstáculo: la Policía Municipal estaba atrapada después de que uno de sus vehículos rompiera las cadenas al intentar salir. A la 1.45 horas de la madrugada entraba por la puerta de casa», relata. «En todo ese tiempo solo vimos pasar un coche de la Guardia Civil, una quitanieves y una ambulancia, pero en sentido contrario. Fue una odisea. Una compañera me ha escrito a las 10 de la mañana diciéndome que seguía atrapada», concluye.

«Cuatro horas para recorrer 17,5 kilómetros»

Luis F. Delgado y Aurora León se vieron también atrapados, en este caso, en la M-30. Cerraron su negocio, en Las Tablas , tan pronto como les fue posible. «A las 20 horas logramos salir del barrio con la intención de tomar la M-30, en sentido sur, hacia nuestro domicilio», explican a ABC por teléfono. Su vuelta a casa se convirtió en una odisea de 4 horas. «El tiempo que pasamos en la carreterea fue el equivalente a hacer un Madrid-Valencia. Todo para recorrer una distancia de 17,5 kilómetros», ejemplifican. «Las rampas de acceso y el tráfico acumulado en la conexión entre la A-1 y la M-30 fueron el principal obstáculo para lograr entrar en los caminos abiertos por las quitanieves en el anillo de circunvalación», explica Luis.

«Los coches patinaban de lado a lado intentando superar los repechos del terreno. En tres horas no acudió nadie a ayudar, ni Policía Municipal ni Guardia Civil. No hubo coordinación alguna entre cuerpos y fuerzas de seguridad. Vimos pasar a Policía Nacional y ni siquiera se detuvieron a ayudar. Hubiera sido clave su colaboración para organizar el caos y el nerviosismo que existía entre los conductores. Los ánimos se caldearon cuando escuchamos por la radio que el alcalde empezaba a reunirse, a las 23 horas, para intentar solucionar el problema. Fue vergonzoso. La gente no estaba en los coches por gusto. La mayoría de los que estábamos atrapados volvíamos del trabajo», critica.

La colaboración ciudadana fue clave para lograr desbloquear este punto, muy cercano a la gran rotonda de Las Tablas. «Estuvimos tres horas ayudándonos unos conductores a otros, empujando coches para que lograran hacer tracción y escapar de la trampa de hielo y nieve en la que se convirtió la calzada. Solo vimos pasar una quitanieves. El problema no estaba en la M-30, estaba en los accesos. Deberían haberlo previsto trabajando intensamente en salidas, entradas y rampas. Si no es por la gente que voluntariamente se puso a quitar nieve con las manos no salimos de ahí», critica.

Conducir hasta su casa fue otra odisea: «No podíamos ir a más de 20 kilómetros por hora . A la hora de frenar, los coches se deslizaban. Algunos patinaban hasta con cadenas. Se iban quedando a uno y otro lado del camino que la quitanieves hizo en el carril izquierdo. El problema para muchos fue intentar cruzar hasta él, ya que las entradas a la M-30 están a la derecha. En las cuestas, al frenar, dejaba las ruedas giradas para intentar no deslizarnos. Incluso dejaba embragada la marcha atrás por si veía inevitable tocar al coche de delante». De madrugada, lograron finalmente llegar a su meta.

El temporal, tildado de «histórico», que no se recuerda en décadas, puso en aprietos a toda la región. Y a las once de la noche la presidenta Isabel Díaz Ayuso pidió auxilio. Poco después, 98 militares y 48 vehículos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) partieron de la base áerea de Torrejón de Ardoz para colaborar en las labores de rescate y limpieza de las vías. Esta mañana el despliegue continuaba en los puntos más complicados, la A-4, A-5 y M-40, donde decenas de personas siguen retenidas por la borrasca.

Colapso del transporte

Después de intentar calentarse las manos con la calefacción al máximo, Carmen Rodríguez se vio obligada a dejar su vehículo para ser trasladada a un cuartel. «El coche está ahí tirado en la M-113, y habrá otros 30», cuenta esta mañana. Su hermano, médico de urgencias del Summa, no fue tan afortunado: ha soportado doce horas varado en la M-11 . A las diez de la mañana, y después de una noche de frío, soledad e insomnio, unos compañeros del Samur pudieron recogerle y llevarle a Moncloa, donde el Metro es el único medio de transporte disponible.

Filomena no ha dejado títere con cabeza. A las 21 horas del viernes, el aeropuerto de Barajas canceló todas las operaciones hasta que mejorase la visibilidad; el aérodromo continúa paralizado este sábado. Hay problemas en hasta 430 carreteras de la red principal y otras 50 secundarias, según la última actualización de la Dirección General de Tráfico (DGT). Las conexiones ferroviarias con Madrid también han sido cortadas. De madrugada, Atocha ha recibido un flujo constante de pasajeros según los trenes han podido escapar de la nieve y arribar a la estación.

Con el asfalto cubierto por una gruesa capa de nieve, de hasta 20 centímetros en el área metropolitana —el mismo espesor acumulado en el corredor del Henares, Vegas, el sur y el oeste de la región—, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de la capital decidió suspender el servicio de autobuses. Por ahora, los desplazamientos solo son posibles a través de la red de Metro, si bien se han producido algunas incidencias, como cortes en la línea 10. El nuevo año ha arrancado sin nada que envidiar a 2020.

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