SEMANA SANTA 2016
El fervor estalla con las cofradías más populares
Las Hermandades de Jesús El Pobre, el Divino Cautivo y el Gran Poder y la Esperanza Macarena procesionaron en los barrios de Centro y Salamanca
Las hermandades de Jesús El Pobre y el Gran Poder y la Esperanza Macarena, en el Madrid antiguo, y el Divino Cautivo, en el barrio de Salamanca, recorrieron ayer la capital en el día grande de Pasión en la Semana Santa madrileña; última estación de penitencia antes de la muerte del Señor.
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La talla dieciochesca y anónima de Nuestro Padre Jesús Nazareno fue la primera en salir (19.00 horas), al caer la tarde, de la Iglesia de San Pedro el Viejo, a la altura del número 14 de la calle del Nuncio. Fuera, una multitud aguardaba con emoción la salida de El Pobre. Solo una parte pudo verlo, pues la afluencia era tal, que incluso las calles contiguas estaban anegadas de gente. Cruzó el portón del templo apenas unos centímetros por debajo del dintel de la entrada, sobre los anderos que, en vilo y de cuclillas, avanzaban con una maniobra medida. El rigor de la salida solo se matizó con los aplausos y vítores al Nazareno y sus peones. Al instante, una vez se perdió en dirección a la Plaza de la Puerta Cerrada, inició la marcha María Santísima del Dulce Nombre , en su Soledad, bajo palio, obra de Lourdes Hernández, de 1999. En la cruz de guía acompañaba a la comitiva el Acompañamiento musical de la Hermandad; junto a Jesús El Pobre, la Agrupación musical Entre Corona de Espinas, de Sorihuela de Guadalimar, Jaén; y al paso de la Virgen la banda La Lira de Pozuelo. El Nazareno estrenaba túnica dorada; su Madre, candelería.
La calle del Nuncio y sus alrededores estaban hasta arriba para ver la salida de Jesús El Pobre
Una hora más tarde, a menos de 300 metros, era el turno del Gran Poder y la Esperanza Macarena , dos imágenes de inspiración y esencia sevillanas. A pesar de la cercanía entre la iglesia de San Pedro el Viejo y la Colegiata de San Isidro, en la calle de Toledo, la cantidad de gente entre ambos puntos hacía casi imposible el acceso por cualquiera de las calles anexas.
Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, obra del imaginero José Manuel Rodríguez Fernández-Andes, de 1942, se asomó a una calle de Toledo completamente abarrotada; ni siquiera la vista alcanzaba para adivinar el final de la masa. Salió en silencio, tras sus nazarenos, de negro riguroso y con faja de esparto a la cintura. Su marcha era recogida y sentida , solo quebrada por los aplausos del público.
«Revirá» y emoción
La espera de horas llevaba implícita la devoción por la Madre de los madrileños. La talla bajo palio de María Santísima de la Esperanza Macarena, obra de Antonio Eslava, 1958, elevó la pureza del episodio . Nada más salir, en la «revirá» a las puertas de la antigua catedral de Madrid, donde muestra su rostro inmaculado a uno y otro lado, la sensación de que Ella guía los pasos de sus costaleros es verdaderamente real, con independencia de la fe de quien lo contempla. «Mira cómo viene» , decían los relevos de costaleros que la veneraban a sus pies, con los brazos cruzados y las emociones brotando por sus ojos.
«Macarena... ¡Guapa, guapa, guapa!» , exclamaba la multitud una y otra vez, mientras se mecía y derramaba esperanza y fe en su camino hacia la Plaza Mayor. Avanzó con su característico roneo; pureza virginal sobre las huellas castizas del casco histórico . Tras la estela de su imponente manto, en verde y dorado, las marchas de la Asociación Amigos de la Música de Herrera, naturales de Sevilla.
La Hermandad del Gran Poder y la Esperanza Macarena es la más andaluza de la capital
El año pasado, la Hermandad celebró su 75 aniversario, y por eso anoche caminó protegida por su candeleria y por el Arcángel San Miguel, regalo de la cofradía de Los Estudiantes por su efeméride. La Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía hizo su tradicional estación de penitencia en el convento de las Hermanas Jerónimas, vulgo Carboneras, ubicada en la plaza del Conde de Miranda.
Después, ya con noche cerrada, las dos cuadrillas de costaleros, a ciegas pero iluminados, llevaron los pasos en volandas en su recogida a la Colegiata , a través de la Cava de San Miguel, la Plaza Mayor o Concepción Jerónima. Daba igual el lugar y la hora, a ambos lados del cortejo no cabía nadie, entregados a Nuestro Padre del Gran Poder y la Esperanza Macarena. Entre la salida de una y otra procesión, a las 19.30 horas, hizo lo propio el Divino Cautivo desde el Colegio Calasancio, en la calle de Ortega y Gasset.
El Cautivo
Aunque con menos seguimiento, el cortejo gozó del mismo sentimiento. La talla de Nuestro Padre Jesús el Divino Cautivo , de Mariano Benlliure Gil, de 1944, recorrió el barrio de Salamanca junto a la Agrupación Musical Ciudad de Chinchón. Los nazarenos, con túnica blanca y antifaz rojo, arrastraron al Cautivo sobre ruedas en un cuadrado perfecto por las calles de Ortega y Gasset, Juan Bravo, Goya o Conde de Peñalver. Hizo una primera estación de penitencia en la parroquia del Pilar; y una segunda en su homóloga de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas.
Aunque procesionó ayer, el Divino Cautivo volverá a hacerlo esta misma tarde aunque con otro recorrido, a las 19.00 horas. Será desde la iglesia de Santa Cruz, en la calle de Atocha, y atravesará el Madrid antiguo junto a la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazarenos de Parla.