Las farmacias de Madrid repartirán en dos semanas 6 millones de mascarillas más: «Es una locura, no hemos parado»

Las 2.882 boticas de la región han distribuido más de un millón de unidades FFP2 en el primer día de reparto

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso estudia el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos

Varias personas hacen cola frente a una farmacia, en la plaza de Antón Martín ISABEL PERMUY

Cris de Quiroga

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Madrid no saltó ayer a la fase 1 de la desescalada y, sin embargo, sus calles registraron más movimiento. Hileras de personas, más o menos extensas, se apostaron a las puertas de las farmacias. «¿Hay caretas o no hay caretas?», preguntaba, con el desparpajo propio de los ancianos, un hombre mayor, en el interior de una de ellas, a los pies de las Cuatro Torres de la capital. Como él, miles de ciudadanos salieron este lunes en tropel para hacerse con su mascarilla FFP2 modelo KN95 . En total, se repartirán siete millones de unidades durante los próximos quince días en las 2.882 farmacias de la región, al tiempo que se estudia implantar su uso obligatorio en todos los espacios cerrados , según anunció ayer la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso .

No obstante, parece que los ciudadanos no han tenido en cuenta ese plazo, bien por las prisas por hacerse con una , bien por el temor —infundado— a quedarse sin ella. El caos de primera hora de la mañana obligó a una farmacia de la calle de Cartagena, no muy lejos del intercambiador de Avenida de América, a dividir la cola en dos. Una decena de personas aguardaban para entrar en el local a comprar medicamentos; otras tantas esperaban en la calle solo por las mascarillas.

Dos trabajadores, protegidos con pantallas faciales, entraban y salían de la farmacia a toda prisa para agilizar el reparto. «¿El siguiente que viene a por mascarillas? Deme su tarjeta sanitaria», solicitaban a los reunidos, en su mayoría, personas mayores. Tras coger el documento, se internaban en la farmacia para salir, varios minutos después, con el codiciado producto, en un envoltorio de plástico adornado con la bandera estrellada de la Comunidad de Madrid. «Llevamos así toda la mañana, estamos hasta arriba» , alcanzó a decir un empleado, sin interrumpir su trabajo. «Es una locura, no hemos parado de repartir», aseguraba Ángeles, titular de la farmacia del número 274 del paseo de la Castellana. Desde que abrió su botica, a las 9.30 horas de la mañana, dispensó mascarillas sin cesar y, en casi tres horas, entregó unas sesenta, de las 700 que ha ido recibiendo, desde el pasado viernes, a través de los furgones de reparto de Cofares , la distribuidora farmacéutica.

« Ha habido gente que se ha quedado media hora esperando a su mascarilla porque no quería que se acabaran», cuenta el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), Luis González. «Hemos empezado a hacer una dispensación un poco lenta, pero a lo largo de la mañana se ha ido solucionando», aclara, testigo de la «labor extraordinaria» del colectivo, tras visitar ayer varias farmacias de barrio para comprobar que el reparto marchara sobre ruedas.

«Líos informáticos»

Pero a la muchedumbre se sumaron algunos problemas técnicos, que ralentizaron la distribución. «Hemos tenido varios líos informáticos», dijo Rafael, uno de los empleados en una farmacia de la calle de Mesón de Paredes, en el céntrico barrio de Lavapiés. Dado que los ciudadanos deben recoger su mascarilla con la tarjeta sanitaria —en caso de no disponer de ella, con el DNI o el NIE—, para controlar el reparto a través de la receta electrónica, el sistema colapsó ante la multitud de operaciones . «¿Viene a por mascarillas? Va a tardar un poco, el sistema va lento», trasladó Paloma, propietaria de una farmacia en el paseo de la Castellana, a la altura de Nuevos Ministerios, a uno de sus clientes. «Es lo que deben hacer, obligar a su uso y repartirlas gratuitamente. Para eso pagamos impuestos», comentó el mismo hombre, dispuesto a esperar, que aprovechó para comprar dos botes de gel hidroalcóholico.

Un ciudadano recoge su mascarilla FFP2 tras mostrar su tarjeta sanitaria I. P.

Pese a estos obstáculos, las farmacias entregaron, hasta las 19.30 horas, más de un millón de mascarillas, según datos del Gobierno autonómico. Solo entre las 13 y las 14 horas se despacharon 124.028 mascarillas , esto es, 2.067 por minuto, lo que supone el 83 por ciento de las dispensaciones en la red, como trasladó el presidente del COFM. «A este ritmo de dispensación, se repartirán antes de diez días», calcula González, que insta a los ciudadanos a no precipitarse. «Nadie se va a quedar sin mascarilla».

De hecho, este lote de siete millones de mascarillas solo se trata de la primera remesa. En los próximos días aterrizará en el aeropuerto de Barajas el décimo avión de Ayuso procedente de China, con otros siete millones de unidades FFP2. «Hemos iniciado esta campaña con las mascarillas para que la gente se conciencie de que hay que usarlas», explicó ayer la dirigente madrileña en una entrevista radiofónica. «Quiero lo mejor para los ciudadanos, y quiero que tengan una, que las prueben, duran 48 horas consecutivas, es decir, tres, cuatro o cinco días, y en unos días traeremos una segunda [mascarilla]. Lo que queremos es que los ciudadanos las vayan combinando », resaltó Ayuso, que aún así no desdeña el uso diario de las mascarillas quirúrgicas.

En esta línea, y con la vista puesta en la desescalada, Madrid podría ser la primera comunidad autónoma en obligar a sus ciudadanos a cubrir sus rostros. «Estamos estudiando cómo hacer obligatorio el uso de mascarillas en espacios públicos y cerrados», informó la presidenta. El contagio, dijo la presidenta regional, «solo se evita con mascarillas. Hay que apelar a la responsabilidad individual ».

Críticas

El reparto orquestado por el Ejecutivo madrileño no ha estado exento de críticas. Los jefes de servicios de Medicina Preventiva de 17 hospitales remitieron una carta a la Consejería de Sanidad para que reconsidere la distribución de mascarillas FFP2 de forma genérica a la población, al entender que «no se sustenta en la evidencia científica», puede «confundir a la población y no ayudar al control de la transmisión», así como a una «falsa sensación de seguridad». La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Mónica García, compartió en su cuenta de Twitter la misma conclusión de un comunicado de las sociedades nacionales de Medicina del Trabajo: «No son adecuadas para la población en general» . Además, el sindicato UGT denunció que la Comunidad de Madrid «reparte entre los ciudadanos las mascarillas que lleva dos meses negando a los profesionales».

Por su parte, fuentes del Gobierno regional insisten en que esta decisión llega «después de asegurar que los sanitarios dispondrán de todos los tipos de mascarillas». En concreto, los almacenes del SERMAS guardan 2,5 millones de mascarillas FFP2 para cubrir las «necesidades estipuladas» de 40.000 unidades diarias en Madrid. Y Ayuso también salió en defensa de los dispositivos FFP2: «Protege en exceso».

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