Euromillón en La Paz: «Es un premio bestial, das uno en la vida»

Pedro se cayó el martes, el mismo día del sorteo del Euromillones . Parece que no hay mal que por bien no venga pues, al día siguiente, con un cabestrillo y el hombro dolorido, recibió la buena noticia. El mayúsculo premio de 48.949.099 euros ha sido para un único acertante español , que compró el boleto en su local, la administración de loterías número 6, a los pies del Hospital de La Paz.

Con todo, la buena nueva produjo confusión ayer por la mañana. Debido a un error de Loterías del Estado , el premio se asignó a la Administración 384, que fue sustituida hace tiempo por un parque de bomberos, en la calle de San Bernardo, 68. «Hemos pasado la mañana sufriendo», reconoce a ABC Óscar Sánchez, titular del local y hermano de Pedro.

Un desconocido compró (por 2,50 euros) el boleto automático, de una única apuesta, con la combinación ganadora : 7-1-12-25-49, y las estrellas 9 y 6. Se trata de uno de los premios más grandes que han caído en España, que participa en el Euromillones, todos los martes y viernes, junto a Austria, Bélgica, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal, Reino Unido y Suiza. Estos 49 millones de euros, que han alegrado las fiestas a una sola persona, son un premio 122 veces superior al Gordo de la Lotería de Navidad por décimo, que asciende a 400.000 euros.

«Estamos en racha», celebraban ayer Óscar y Pedro, que regentan este puesto afortunado en la calle del Arzobispo Morcillo, esquina con el paseo de la Castellana, desde hace 18 años. La semana pasada también repartieron el premio de 86.000 euros de La Primitiva . Así, esperan que esta buena fama tenga repercusión en los próximos días, sobre todo, de cara a la Lotería de Navidad, el domingo, con la que facturan alrededor de 2 millones de euros. Su Administración, que abrieron después de regentar una cafetería, es una de las «150 primeras de España» y, en casi dos décadas, han repartido, al menos, seis grandes premios, que cuelgan orgullosos sobre una pared.

Es común que al local, ubicado en el centro comercial junto al hospital de La Paz , acudan a probar suerte numerosos enfermos y sus familiares. «Notas la ilusión con la que viene la gente, con una sonrisa, incluso con los problemas que tienen», comenta Begoña, la mujer de Óscar, que ayuda a los hermanos de vez en cuando en el mostrador. Los pacientes se acercan a comprar boletos en pijama e, incluso, con el gotero. «Vienen madres con niños chiquitines con enfermedades raras», dice Pedro, que cree en la suerte y confía en que «le toque a gente que realmente lo necesita».