Desescalada: A Madrid le faltan camas y «afianzar» la «detección» y lo intentará para el 18 de mayo

Iglesias aprovecha la crisis interna en el Ejecutivo, que se salda con una dimisión, para atacar a Ayuso con que hace propaganda con la vida de los ciudadanos

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S. Medialdea , G. Caro , M. R. Domingo y E. Montañés

Madrid no pasó el corte. La documentación aportada por la Comunidad madrileña al Ministerio de Sanidad con los datos de bajada de hospitalizados -83 por ciento de reducción- y de ocupación de camas en Unidades de Cuidados Intensivos -un 64 por ciento de caída- no convencieron a las autoridades sanitarias estatales, cuyo comité de expertos desconocido denegó ayer la autorización para pasar, el próximo lunes, a la fase 1 de la desescalada. Volverán a intentarlo , adelantaban en el Ejecutivo madrileño, el 18 de mayo, cuando soliciten de nuevo cambiar de la fase 0 a la 1, que permite entre otras cosas las visitas a familiares y reuniones en hogares dentro de la misma provincia .

Pero lo definitivo para el cambio de fase es que permite un incremento de la actividad económica , como poder comprar en comercios sin necesidad de cita previa, abrir las terrazas y otras medidas sociales como asistir a entierros e ir a los templos, aunque el aforo se reduzca a un 30%. El consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz-Escudero, había reconocido en la Asamblea en la mañana de ayer que la región no alcanzaba el requisito de camas exigido por el Ministerio, aunque aseguraba ser capaz de llegar e incluso superarlo si contaba con el hospital provisional del recinto ferial de Ifema y también con los hoteles medicalizados.

El «no» de Sanidad era condicionado: según explicaron fuentes del Ejecutivo madrileño, «el Gobierno Central avala la capacidad asistencial de Madrid, pero se inclina por esperar a que el sistema de detección de Atención Primaria esté más afianzado para el cambio de fase». Es decir, que habrá que esperar. También lo suscribían por la mañana los médicos de la Atención Primaria de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, José Luis Llisterri, que insistía en los micrófonos de la Cadena Cope en que por los datos y casos testados en los centros de salud, lo idóneo es que Madrid espere, confinada.

Tormenta política

El rechazo a la Comunidad de Madrid se barruntaba ya desde primera hora por obra del vicepresidente Pablo Iglesias, que en otra entrevista radiofónica expresaba su escepticismo a que la autonomía donde reside avanzase en la desescalada.

«Los números son evidentes», expresó Iglesias , quien aprovechó para atacar a la yugular de la presidenta del Madrid y dirigente del Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso. La acusó de hacer «propaganda política» con la salud (y la vida) de los madrileños.

«No hace falta ser un gran experto para llegar a la conclusión de que quizá es razonable que sean los lugares donde la desescalada, si los datos siguen siendo buenos, vaya a ritmo más lento», enfatizó el «número dos» del Gobierno.

«La gente está escandalizada de que algunos pretendan ganar posiciones políticas jugando con algo tan grave como salvar vidas », dijo el vicepresidente. «Que el Gobierno de la Comunidad de Madrid haya pretendido hacer propaganda con algo tan serio como salvar vidas es algo que los ciudadanos sabrán juzgar», subrayó Iglesias al ser preguntado por la dimisión de la directora general de Salud Pública madrileña, Yolanda Fuentes, a la sazón médico de profesión que se había despedido de la Comunidad porque los criterios de salud no favorecían la recomendación de saltar de fase.

Con su decisión se cierra también uno de los episodios más polémicos en el Gobierno de Madrid . La decisión de pedir el salto a la fase 1 ocasionó una agitada tormenta política en el seno del Ejecutivo autonómico, que se saldó con la dimisión de la directora general de Salud Pública, Carmen Yolanda Fuentes, y una reestructuración exprés de la consejería de Sanidad, donde se creó una viceconsejería específica para la estrategia del coronavirus , Salud Pública y residencias que llevará Antonio Zapatero, exdirector del hospital de Ifema y hasta ahora jefe de Medicina Interna del Hospital de Fuenlabrada.

La presidenta madrileña reconoció ayer que Fuentes estaba en contra de la decisión adoptada respecto al pase a la fase 1, y tenía reticencias sobre lo inconveniente de solicitarlo; unas discrepancias que compartía la propia Díaz Ayuso y que hizo públicas en la mañana del miércoles. De hecho, Fuentes acuñó un informe sanitario en el que certificaba: «En estos momentos evaluando los datos disponibles, no es recomendable cambiar de fase». Este informe se trasladó al consejero del ramo para que lo presentara y defendiera en el consejo de Gobierno.

Pero esa dicotomía entre salud y economía (por la que postuló también el vicepresidente Ignacio Aguado, de Cs) terminó cuando la presidenta comprobó, durante una visita al Banco de Alimentos de Alcorcón, cómo estaba impactando ya la crisis económica sobre muchas familias madrileñas. También la movieron al cambio de postura los planteamientos de los agentes sociales. «Estamos hablando de una situación económica tan grave que, si se sigue prolongando mucho tiempo, podemos incluso tener otro de orden público», aseguraba la presidenta madrileña. Y, por último, como reconoció ayer, le movieron los impulsos de los empresarios con los que fue compartiendo impresiones de cómo se debía reactivar de inmediato la economía madrileña o estarían abocados a una crisis sin retorno.

Por eso, y pese a las reticencias de parte de su equipo sanitario, apoyó la petición de pase a la fase 1, un documento que se entregó al Ministerio de Sanidad al filo de las diez de la noche del jueves día 7 y que carecía de firma, aunque acompañado de una carta del consejero de Sanidad, Ruiz Escudero.

En el Gobierno regional esperaban ayer durante toda la jornada la decisión del Ministerio, con quien mantuvieron un encuentro por la tarde antes de la rueda de prensa del ministro Salvador Illa junto con el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ante la que reaccionaron sin sorpresa. De hecho, Díaz Ayuso comentaba minutos antes: «El Gobierno tendrá que decidir lo que considere».

El «tsunami» social

Mientras la curva de la crisis sanitaria se aplana, la gráfica del drama social y económico comienza a dispararse en Madrid capital. El 38% de los hogares ha visto reducido sus ingresos desde que comenzó el confinamiento e incluso el 9% recibe menos de la mitad que antes. El recorte más severo se da en las familias con rentas inferiores a los 2.000 y 500 euros mensuales. Y su perspectiva para los próximos seis meses se antoja mucho peor: el 64 % da por hecho que sus rentas se reducirán de aquí a final de año, según un informe del Ayuntamiento de Madrid presentado ayer.

Todo ello provocará un «tsunami social» que ya se puede cuantificar: el 22% de las familias prevén que deberán pedir ayuda a los servicios sociales del Consistorio porque no les llegará con la prestación por desempleo. Esto es el triple de personas que ya atiende la red municipal, que ahora sólo representan el 6% de la población.

Llaman a la responsabilidad

Por otra parte, las autoridades policiales en la Comunidad de Madrid llamaban ayer a la ciudadanía a mantener la calma y seguir el ejemplo de civismo que se ha mantenido durante el desconfinamiento, porque se tiene la percepción de que las últimas medidas de alivio del confinamiento (tanto la salida de los niños, como los paseos y los ejercicios de los deportistas) están provocando cierta relajación de las medidas decretadas por el estado de alarma para la primera fase en la que Madrid va a continuar, al menos, una semana más.

De hecho, el jueves fue una jornada de «récord» de denuncias, con 800 y 700 el día anterior, que fuentes policiales tacharon de «una barbaridad». Se disuaden «grupos de ciclistas, corros de personas hablando en la calle y personas haciendo uso del mobiliario urbano», informan las mismas fuentes, cuando se recuerda que todavía no está permitido atendiendo a los criterios científicos marcados por el Gobierno para este dilatado confinamiento.

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