Decepción en la tienda de Shein en Madrid: «Llegamos a las 10 y no nos dejan entrar hasta las 9 de la noche»
El gigante asiático online abre un local temporal en el distrito de Chamberí, donde los clientes hacen colas de hasta seis horas
Colas kilómetricas por segundo día consecutivo en el centro de Madrid por la apertura temporal de Shein
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La ilusión se convierte en frustración y decepción conforme pasan los minutos en la calle de Sandoval, en el distrito de Chamberí de Madrid. Horas de espera, la cartera preparada y, al llegar a la puerta del número 3, la esperanza se desmorona. Es el local elegido por el gigante asiático Shein para abrir su primera tienda efímera en la capital, que apagará sus luces el domingo. Cuatro días de consumismo 'low cost' que cambia la modalidad 'online' por la presencial. Por primera vez, aquellas que llenaban una cesta de la compra digital pueden tocar y probarse las prendas. O eso creen algunas, tras casi seis horas de espera. «No podéis entrar hasta las 9 de la noche» es la respuesta que reciben las compradoras, doce horas antes de que el reloj marque la hora señalada .
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Aroa, Lorena, Andrea y Eva son cuatro amigas estudiantes de Magisterio Infantil. No han conseguido poner un pie en el espacio Ephimera, ubicación elegida por el minorista chino. Llegan al centro de la capital, a las 9 horas, procedentes de Getafe y Torrejón de Ardoz pero, en vez de portar en sus manos vestidos y bañadores, llevan una hoja de reclamación . «Nos hemos puesto a hacer cola antes de que abriesen la tienda. Después, nos han repartido un ticket con un número. Pensábamos que en cuanto llegásemos a la entrada íbamos a poder acceder», cuentan ellas, que se enteraron de la apertura a través de Tik Tok. Nada más lejos de la realidad: su número de espera roza el 700 . Instantes después se les ha acercado otro trabajador. «Vuestro turno es entre las 9 y las 10 de la noche» , afirman que les han dicho. «Hemos llegado antes de las 10 y no podemos entrar hasta las 9. No es normal, es un caos de organización y los trabajadores son unos bordes», critican las amigas.
Si lo hubiesen sabido -subrayan- no habrían venido. «Es perder el tiempo. Además de estudiar, trabajamos. Que nos lo hubiesen dicho al llegar porque no podemos volver por la noche », añaden. Por eso, han pedido una hoja de reclamación. «Al principio, no nos la querían dar. Hemos tenido que insistir. Ahora nos dicen que la llevemos nosotras a la oficina del consumidor», explican, visiblemente enfadadas. Mientras, la Policía Municipal controla que el caos de centenares de personas que aguardan no se vaya de madre.
Imelda y Rosa han corrido suerte diferente. Antes de las 8 de la mañana, madre e hija ya estaban frente al número 3 de Sandoval. Salen con una bolsa que contiene ocho prendas de ropa y unos pendientes de bisutería. Por todo eso, han pagado menos de 56 euros. Todo un chollo y un hito, viendo a lo que se enfrentan otras fanáticas de Shein. Pero tampoco van contentas. «Hay muy pocas tallas y pocos modelos. Nada comparado con la página web» , aseveran, pese a ser conscientes que los miles (o millones) de productos que vende este gigante por Internet no se pueden trasladar a la capital. « No merece la pena venir . Habríamos comprado por Internet si lo supiéramos y no habríamos perdido tanto tiempo», concluyen. Y con ellas coincide Lorena, una joven de Moratalaz que a las 7 de la mañana ya hacía cola. Su bolsa es todavía más pequeña: un vaquero y una camiseta a cambio de cuatro horas bajo el sol. «Tenía muchas expectativas y me ha decepcionado. No sé si es que ayer se agotaron muchas prendas o qué, pero no hay mucha variedad. Ni tallas», cuenta, y se queja: «Y eso que han abierto 40 minutos más tarde».
La locura por Shein termina en desengaño con la experiencia de compra física. A pesar de esto, todas aseguran que seguirán comprando por Internet. «El precio que pagas lo compensa todo» , dice Rosa: «En Primark pagamos más por la misma cantidad de productos. Y no hablemos ya de Zara...». Ese es el valor real de Shein (además de ofrecer tallas grandes), una marca en sí misma con presencia en más de 150 países y que ofrece desde bañadores a sandalias, bisutería y ropa interior con precios que rondan los 10 y 15 euros de media por artículo. Fundada en 2008 con Sheinside, sus números son estratosfécos: según su página web tienen casi 10.000 empleados en todo el mundo y ha sido valorada en 100.000 millones de dólares (92.000 millones de euros), más que Inditex (62.000 millones) y la sueca H&M (18.500 millones) juntas.
La experiencia en Madrid es efímera, como el nombre del espacio de 300 metros cuadrados que han elegido, pero no la digital. «Fortalecer lazos con nuestros usuarios y dar a nuestros clientes la posibilidad de vivir una experiencia de compra física donde pueden comprar las tendencias de primavera-verano 2022. Amamos como el público español aprecia la marca y crea una estrecha relación con Shein», dijo Mingjie Zhao, director de marketing, antes de la apertura. Solo sus clientes podrán decidir si lo han logrado.