Las cuatro versiones de la madre del niño discapacitado de Morón desaparecido
En todas las declaraciones, la mujer, que presenta un trastorno mental fortísimo con brotes psicóticos, coincide en dos puntos clave: que el niño está muerto y que lo tiró a un contenedor de basura de las afuera de Madrid
El caso del niño discapacitado de Morón, cuya madre afirma que ha muerto (con matices, según las distintas versiones que ha aportado), está cada vez más enrevesado. La situación mental de la mujer, con trastorno bipolar y brotes psicóticos, la hace aportar declaraciones «inconexas» a la Policía Nacional , que se toma todo lo dicho por ella con «mucha cautela».
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Los dos únicos detalles en los que coincide en todas sus testificaciones es que Antonio David Barroso Díaz , de 15 años y con una gran discapacidad, que le impide caminar, hablar, oír e incluso comer solo, está muerto y que lo arrojó a un contenedor.
Versión 1: lo he matado y tirado a un contenedor
Macarena, que es auxiliar de enfermería en el hospital de San Juan de Dios, en Bormujos (Sevilla), tiene 38 años y estaba considerada una madre ejemplar con el adolescente. Tiene la custodia de David y de otra hija de 19 años del mismo exmarido (se separaron en 2007, pero la relación entre ambos era cordial), y otra de 5 de otro hombre, cuya patria potestad ejerce él. Estuvo recientemente ingresada por problemas psiquiátricos en los hospitales de Valme (Sevilla) y Puerto Real (Cádiz). El ex conocía su situación mental. Pero Macarena continuaba con la custodia.
El relato inicial que dio a la mujer al ser hallada «desorientada» por una empleada de la gasolinera Repsol de Carabias (Segovia), a la altura del kilómetro 131 de la A-1 (autovía de Burgos), fue el siguiente: «Me matado a mi hijo y lo he arrojado en unos contenedores que hay en una salida de Madrid, junto a un edificio blanco y rojo abandonado» . Está situado junto al centro comercial Xanadú (Arroyomolinos).
La Policía no ha hallado resto alguno del chaval ni de su silla de ruedas en los cubos, que ha mandado analizar. Tampoco en el coche.
![Macarena y Antonio David](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2021/09/16/moron-k3lF--510x349@abc.jpg)
Versión 2: «Lo corté en trozos y arrojado en varios contenedores»
En este relato, que cambió sobre la marcha, dijo que ella lo mató y luego lo descuartizó. Los restos los había tirado no en uno, sino en varios contenedores. La Policía cree que esto es totalmente falso: no hay rastro de sangre ni de otros elementos de violencia ni en el coche, ni en la casa de Morón, ni en la habitación del hotel donde pararon cuatro horas de la tarde-noche del domingo, día de la huida, ni en las ropas de la mujer.
Versión 3: «No lo he matado. Se murió en el viaje»
Esta aportación la hizo en otro momento y estado mental. Afirmó que Antonio David murió durante el viaje desde Sevilla a Madrid, en el que circuló por la llamada Ruta de la Plata, que une la capital andaluza con Mérida (Badajoz). De allí, presuntamente, acudió hasta Talavera. Fueron unas cinco horas de viaje en las que, aseguró, el niño falleció, pero no lo mató. Y coincide de nuevo en que lo tiró al contenedor de Arroyomolinos.
Esta es la declaración que, en el psiquiátrico de Segovia, aportó a la Policía. Dijo que el niño sufría desde hacía días fiebres fuertes, pero no lo llevó al médico. Decidió entonces viajar a Galicia, después de cambiar las cerraduras de casa («No quiero visitas, y menos de mi familia»), deshacerse de casi todos sus muebles, tirar el móvil a un contenedor de Morón (que ayer fue hallado con la pantalla rota) y llevarse algunos enseres de la vivienda, que había puesto en venta. Todo esto ocurrió un mes después de que, tras una discusión con Míriam, su hija mayor y que fue madre por esas fechas, la echara de casa violentamente.
Según este relato, hizo lo siguiente: a media tarde del domingo 12 de septiembre subió al niño, ya muerto, al coche adaptado. Pararon en el hotel Perales de Talavera de la Reina (Toledo) a las 20.30 horas. Entró con David en la silla de ruedas, aparentemente dormido, y pidió una habitación (no había hecho reserva). «Estoy muy cansada del largo viaje desde Sevilla», dijo al recepcionista mientras le entregaba su DNI. A las cuatro horas, en torno a las 00.30 ya del lunes 13, entregó la llave y se marchó con el niño, que también parecía dormido, tapadas sus piernas con una manta. «Nos marchamos ya porque hemos descansado», dijo al encargado de ese turno.
Las cámaras de Tráfico han captado cómo el coche salía de Talavera, pero tiene las lunas traseras tintadas y no es posible ver si alguien iba detrás. Aunque así fuere, en ese caso y según esta versión, el niño no iría dormido, sino muerto, algo que la Policía no tiene como principal hipótesis.
Lo que ocurrió entre la hora en que salieron de Talavera y las once de la mañana del lunes, cuando paró a reportar en Segovia (demasiado tiempo para poco más de 200 kilómetros) es una grandes incógnitas. E n ese lapso de más o menos diez horas es cuando pudo morir el chiquillo y la madre deshacerse de él.
Los investigadores consideran que se trata de «un caso muy complejo, debido a la situación mental de la madre y sus continuas incoherencias».