Crimen del tapicero de Latina: investigan si el detenido dio una paliza a la dueña de un bar tres días antes
La mujer fue asaltada por un sujeto que entró a robar en su local, ubicado en la misma zona donde se cometió el asesinato
«Mamá, has tenido mucha suerte. Si ha sido él, te podía haber matado». Así de cruda fue la reacción de la hija de Inés (nombre ficticio) nada más enterarse de la detención de Emilio, de 45 años, acusado de asesinar al tapicero de Latina tras irrumpir en su comercio para robarle. No era para menos, a tenor de lo vivido. Tres días antes del crimen, cometido el 4 de noviembre en el interior del número 122 del paseo de Extremadura, su madre fue asaltada por un violento sujeto , aparentemente español, cuando se disponía a abrir el bar que regenta junto a su marido en la misma zona donde tuvo lugar el trágico suceso. «En 32 años que llevamos abiertos, nunca había sufrido nada igual», explica la víctima, de 64 años, en conversación telefónica con este periódico.
Inés se encontraba fregando el bar a las 8 de la mañana cuando un hombre, vestido de negro, con guantes y el rostro tapado, llamó a la puerta. «Abrí sin pensar pensando que necesitaba algo y, de repente, me dijo “dame todo el dinero, hija de puta, o te mato”». Su primera reacción fue gritar “socorro”, lo que motivó que el asaltante le propinara un fuerte puñetazo en la cara que le hizo caer al suelo. Presa del miedo, la mujer entró por debajo de la barra para entregarle una bolsa con alrededor de 600 euros: «Se la di y mientras él miraba su contenido, intenté escaparme por el mismo hueco por el que había pasado».
Su intento de huida, no obstante, quedó frustrado al ser agarrada por el brazo. «Me cogió y me volvió a tirar al suelo», relata Inés, que recibió entonces una puñalada en el brazo izquierdo con una pequeña navaja que portaba el individuo, además de una patada. Malherida y sangrando abundantemente, la hostelera fue obligada a encerrarse en el baño. «Estuve un rato hasta que decidí salir, pero él seguía en el bar rebuscando entre las cosas», añade, antes de ser empujada de nuevo al interior del inodoro. Ahí esperó arrinconada el tiempo suficiente para abandonar el habitáculo y comprobar, esta vez sí, que el atacante se había marchado.
La víctima llamó a su marido, que acudió a socorrerla y dio aviso a la Policía. Los agentes llamaron al Samur y la trasladaron al Hospital Gómez Ulla, donde recibió dos puntos de sutura en el brazo y cuatro grapas en la cabeza. Ahora, con el ojo todavía amoratado y el tabique de la nariz probablemente desviado, Inés no se atreve a estar sola en el bar: «Ya no abro a nadie». Una vez presentada la denuncia en la Comisaría de Latina, está a la espera de saber si los investigadores han averiguado la identidad de su agresor.
«Estaba muy nervioso»
En el barrio de Lucero, donde tuvo lugar el crimen del tapicero y está situado también su establecimiento, todos sospechan que detrás de ambos hechos está el mismo sujeto . «Hablaba español y tenía la voz ronca. Los clientes me comentan que es un vecino de la zona, que vive por la calle del Olivillo, muy cerca de aquí», explica sin querer asegurarlo del todo: «Estaba muy nervioso y alterado».
El arrestado por al asesinato de Fernando López, de 62 años, es un delincuente con nueve antecedentes policiales por robo con violencia, con fuerza, tenencia ilícita de armas, lesiones y violencia de género. El año pasado fue detenido tras agredir a varias personas después de que estas le recriminaran su conducción temeraria por la que casi se lleva por delante a una mujer y su hija. En otra ocasión llegó a casa con una garrafa de gasolina y amenazó con quemar a su pareja . En prisión desde el domingo, el presunto autor del crimen ya había cumplido anteriormente una condena entre rejas.
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