Crecen los robos y los hurtos a manos de menores magrebíes
Desde el verano, vecinos y sindicatos policiales detectan un aumento de estos delitos en el centro
Los amigos de lo ajeno que siempre están al acecho y en los lugares más transitados se han dejado notar también en el entorno de la calle de las Carretas (Centro). Los robos de teléfonos móviles, carteras o bolsos utilizando la fuerza, así como los hurtos, han aumentado sensiblemente. Los mayoría de los autores son menores marroquíes, menas en concreto . Así lo han asegurado a ABC varios sindicatos de la Policía Municipal. Desde la Asociación de Vecinos de Sol y del Barrio de Las Letras, su presidente, Víctor Rey, corrobora ese extremo. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid asegura no tener constancia de ese aumento.
«¿Que si hay más robos? Están a la orden del día . Lo más cotizado son los móviles . Lo tienes en la oreja y, a la que te descuidas, te quedas hablando solo y con una cara de tonto que alucinas». explica Manuel Pérez, una de las víctimas.
«Aunque se diga que son menas, muchos de menas no tienen nada: superan la veintena. Son peligrosos porque no dudan en atacar a la víctima», recalca Rey, portavoz vecinal. Agrega que a diario hay, al menos, algún grupo pequeño de tres chavales máximo en la zona de Huertas y la calle de Atocha , que aumentan los fines de semana. No obstante, donde proliferan más, precisa, es en la zona que va de Jacinto Benavente a la Plaza Mayor. «Ahí están habitualmente y hay más grupitos».
Violentos
Desde la asociación recalcan que los magrebíes son más violentos que los rumanos. «Estos están en vías de extinción aquí, prácticamente. Se llevaban al descuido lo que podían:cazadoras, bolsos, teléfonos... Si les sorprendían, se iban corriendo, estos de ahora, no». Por ello, Rey destaca la creciente preocupación de los residentes y los visitantes del barrio. «A finales de agosto o principios de septiembre no mataron a un camarero de milagro . En la plaza del Ángel casi esquina a la calle de las Huertas se produjo un robo con fuerza. El empleado se enfrentó a los delincuentes. Uno de ellos sacó un cuchillo enorme y se abalanzó hacia él. Suerte que reaccionó doblando el torso».
Matías, residente en el barrio, explica que en Carretas, durante las obras de peatonalización, era frecuente encontrar carteras vacías, así como bolsos robados en los contenedores o en las zanjas de las obras. «Y ahora también sucede. Te lo dice uno de los jubilados que siempre está mirando, ahora detrás del visillo y antes de las vallas», ironiza.
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