El compañero del guardia civil que asesinó a tiros a un marroquí: «Lo mató por un simple roce»

El agente ha declarado que le impactó la frivolidad del presunto homicida. Sus padres aseguran que estaba obsesionado con un atentado terrorista

El presunto asesino, Ángel Luis V. J. ABC

EFE/S. L.

El agente de la Guardia Civil que mató a tiros a un ciudadano marroquí en la autovía A-3, en abril de 2016, aseguró a uno de los compañeros que acudió al lugar que le disparó con su arma después de haber tenido un «roce» con su vehículo y el de la víctima y ante la negativa de que éste se parara. Así lo ha declarado este agente, en calidad de testigo, en el juicio al guardia civil Ángel Luis V., quien se enfrenta a 21 años de cárcel por delito de asesinato y quien ha defendido en el juicio que tiroteó a la víctima, de origen marroquí, al pensar que era un terrorista.

De hecho, el testigo ha explicado que el compañero les dijo a los agentes que se personaron en el lugar que miraran a la víctima, que era «una persona rara». El agente también ha manifestado que le impactó mucho la frivolidad del acusado «para haber matado a una persona, sobre todo por un simple roce».

Según la Fiscalía, sobre las siete y media de la mañana del 25 de abril de 2016, Ángel Luis V. , en prisión provisional, mató a tiros a un ciudadano marroquí en el kilómetro 68 a la altura de Fuentidueña del Tajo (Madrid) de la A-3 después de provocar que saliera de su coche embistiéndolo contra el quitamiedos y disparando hasta en 14 ocasiones.

Durante esta jornada del juicio, que comenzó el martes, también ha declarado el técnico sanitario del SUMMA que atendió al acusado porque le dijeron que estaba «muy nervioso» y dándose golpes contra el coche, y ha contado que él, sin embargo, le encontró «totalmente normal, razonable y al cien por cien de sus facultades».

Falta de empatía

A otra médico que atendió al acusado seis horas después de los hechos también le llamó la atención la actitud de Ángel Luis V., al que ha descrito como «distante, con falta de empatía, incluso displicente», pero sin ninguna alteración psíquica que le situara fuera de la realidad. A la pregunta de este técnico, el acusado le respondió que había tenido «un accidente de tráfico».

Otro testigo que circulaba por ese lugar en el momento de los hechos ha descrito cómo vio a la víctima tumbada junto a un charco enorme de sangre y al acusado, muy nervioso, acercarse a su vehículo, diciéndole en repetidas ocasiones «este hijo de puta se me ha cruzado». Angel Luis V. se encontraba bajo los efectos del hachís que había consumido previamente cuando ocurrió el incidente y estaba de baja por sufrir una lumbalgia ; a pesar de ello, llevaba consigo su arma reglamentaria con la que disparó a su víctima y además, un machete de 45,5 centímetros atado a la espalda y escondido bajo su ropa.

La hermana y el padre de Ángel Luis V. han manifestado hoy durante el juicio que el acusado llevaba unos diez días antes de los hechos «muy raro, irascible» y especialmente preocupado por un posible atentado terrorista: « Estaba obsesionado , lo repetía constantemente», ha expresado su padre durante su testimonio.

El padre de Ángel Luis V., que también es guardia civil jubilado, tuvo un encuentro con su hijo pocas horas después de ser detenido, en la que le notó «ido» y este le dijo que no se preocupara porque cuando se esclareciera que él había tratado de evitar un atentado, saldría enseguida de ahí: «Todo está previsto en la alerta cuatro». El juicio seguirá el lunes con las pruebas periciales, fase que se alargará hasta el miércoles.

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