Cerrados de forma indefinida todos los parques y zonas verdes de Madrid ante el riesgo de caída de árboles

Cerrados todos los parques y zonas verdes de Madrid de forma indefinida. Así lo acaba de decretar el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante , ante el gran peligro que entrañan los ejemplares perjudicados de caerse sobre los viandantes. Desde que Filomena desató una t ormenta de nieve el pasado viernes , la desoladora estampa que custodian los grandes parques de la ciudad sigue siendo aún una incógnita. Para realizar una primera aproximación de los daños, el Ayuntamiento de Madrid aprovechará los drones de la Policía Municipal para otear el panorama desde el aire. Según indicaron a ABC fuentes municipales, también se va a proceder a balizar grandes parques que carecen de verjas, como Madrid Río y Casa de Campo .

La Dirección General de Aguas y Zonas Verdes, dependiente del Área de Medio Ambiente y Movilidad, estima que más de 150.000 árboles de los 800.000 que se ubican en zonas verdes y el eje viario sufren afecciones por los efectos del temporal. Madrid es la cuarta ciudad más arbolada del mundo, donde, según datos publicados por el Ayuntamiento de Madrid en 2018, acumula casi dos millones de ejemplares distribuidos, más allá de las hileras de las calles y otras zonas verdes (300.000), en seis parques históricos-artísticos (unos 500.000), la Dehesa de la Villa (9.240) y la Casa de Campo (624.000).

En total, el Consistorio cuenta con 64 equipos de Zonas Verdes, el Server y las empresas concesionarias gracias a las que cada día se retiran unos 325 árboles caídos en la vía pública. No obstante, se van a contratar medios extraordinarios para reducir los riesgos al máximo, ya que hay tres tipos de riesgos asociados a los efectos de la nevada : Ramas retenidas en la copa que con viento se pueden precipitar sobre la vía; árboles donde el agua de la nieve se ha quedado en oquedades y con las bajas temperaturas se puede producir el «efecto cuña», es decir, que al helar se ensancha y arranca el árbol produciendo su rotura y precipitación; y riesgos de vuelcos por el efecto de la saturación de agua en el suelo.