Casi 19 millones de solidaridad

Instituciones, empresas y muchos particulares se vuelcan en las donaciones para luchar contra el coronavirus

Dos voluntarios, con material donado ABC

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Miles de madrileños, desde empresas hasta particulares, han acudido como una sola voz ante la llamada de ayuda para luchar contra el Covid-19. Desde que el Gobierno regional puso en marcha un canal para recaudar las donaciones económicas, éste ha conseguido casi 19 millones de euros de contribuciones. Y hay una segunda vía, para la que no hizo falta ni siquiera llamamiento: la de quienes desde el minuto uno se ofrecieron a colaborar, miles de propuestas que han tejido una red de solidaridad en la región.

Más de 9.000 personas han donado hasta la fecha en torno a 18,9 millones de euros. Desde la página web oficial de la Comunidad de Madrid , es posible realizar la donación mediante tarjeta o transferencia. Y a esta ayuda económica se suma la no menos importante de los más de 1.800 ofrecimientos de ayuda de todo tipo. Desde material hasta mano de obra, desde esfuerzo personal hasta una nave industrial.

La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Ordenación e Inspección, que dirige Elena Mantilla, se encarga de coordinar a 250 voluntarios y de organizar la avalancha de ofertas de ayuda que recibieron desde el primer día. Todo, en una hoja de cálculo que es una relación de la generosidad humana. Cada miembro del equipo se ocupa de un área: los ofrecimientos de material sanitario, los de ayuda personal, los de infraestructuras...

Al pabellón 10

En Ifema cuentan con un enorme almacén, situado en el pabellón 10, donde van a parar todas las mercancías que se reciben:agua mineral, mantas y todo tipo de productos, que desde allí se canalizan luego hacia hospitales, residencias, ONG, Banco de Alimentos u otros que los necesiten.

Hay costureras profesionales, amas de casa habilidosas o señoras que informan de que tienen «una máquina de coser» y ganas de ayudar, y se han prestado para coser mascarillas, batas o cualquier otro elemento de la indumentaria hospitalaria. Los voluntariosos jóvenes del Círculo de Orellana distribuyen con sus coches particulares ropa, alimentos, bebidas o material allí donde se les dice.

Decenas de empresarios han ofrecido sus contactos comerciales con China para facilitar la llegada de productos sanitarios; e igual con India Camboya u otros países. Ha habido personas políglotas que se proponían como intérpretes allá donde hiciera falta . Decenas de cocineros, algunos con cocinas incluidas, que también se han puesto a disposición de la Administración con un único fin en todos los casos: ayudar.

Hasta los más pequeños han colaborado, enviando miles de cartas y dibujos hechos desde el confinamiento y que se han enviado a hospitales y residencias, e incluso a personas confinadas en sus domicilios en soledad. Se han repartido hasta torrijas en Semana Santa; ropa y material de aseo donde se ha necesitado; y dispositivos electrónicos para facilitar las comunicaciones.

Torrijas de Pascua

Un repaso a la lista de las ayudas recibidas –perfectamente ordenada– permite ver donaciones de particulares, de empresas españolas y extranjeras, de asociaciones y universidades; de ayuntamientos grandes y pequeños... Las propuestas personales son un ejemplo de solidaridad que le reconcilia a uno con la humanidad: cocineros y reposteros, costureras; personas que, tras diseñar y realizar con sus impresoras 3D piezas de respiradores, los ofrecen a quien pueda sacarles rendimiento; ponen a disposición su vehículo de gran carga y sus manos para conducirlo hasta donde sea necesario; o voluntarios para «llevar medicamentos a domicilio».

Ha habido empresas que han puesto a disposición instalaciones y cientos de empleados; hospitales privados abriendo sus instalaciones desde el primer día; un «call center» con casi 100 personas abierto 24 horas….

Y a la hora de concretar las donaciones , la variedad es también infinita: millones de litros de botellas de agua mineral, cientos de kilos de alimentos, cubiertos y platos desechables; respiradores, monitores, bombas de aire, aspiradores, camillas ; un asistente virtual inteligente que responda a preguntas sobre el coronavirus; obras de arte para decorar espacios sanitarios; un servicio de atención a domicilio a los colectivos más vulnerables; servicios de compra de alimentos para personas mayores o que estén aisladas... Y la lista sigue.

Naves y pisos

Porque no se han ofrecido sólo cosas; también espacios: miles de habitaciones en cientos de hoteles, algunos recién construidos; bungalows para el aislamiento de quien lo necesitara; viviendas turísticas, aparthoteles; naves industriales; albergues; residencias de estudiantes...

Ha habido ciudadanos que han ofrecido viviendas cerca de hospitales para alojar a familiares; todo tipo de vehículos, incluidos taxis, tanto de particulares como de empresas con grandes flotas . Si el virus ha demostrado una fortaleza inquietante, no ha sido menor el alarde de generosidad de la población. Los canales de recepción de ayudas siguen abiertos, y esa lista de gestos solidarios continúa creciendo cada día.

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