Ayuso pedirá desde mañana salir del estado de alarma
Los datos que llevaron a Illa a confinar Madrid están ya obsoletos
«Desde hace dos semanas, bajan camas, UCI, ingresos, Atención Primaria y Urgencias. Nuestras medidas, moderadas y técnicas, funcionaban. Hoy, la Comunidad de Madrid ya tiene una incidencia acumulada por debajo de 500 (el indicador del Gobierno). Madrid no debe estar en alarma. Si no es libre, no será Madrid». Estas palabras de Isabel Díaz Ayuso, el pasado sábado, resumen el malestar y la posición del Ejecutivo que preside después de conocerse cómo Moncloa utilizó datos obsoletos para decretar el cierre de Madrid y otras ocho grandes ciudades de las afueras.
Según ha podido saber ABC, la Comunidad piensa recurrir formalmente, al menos a partir de mañana, el decreto de estado de alarma en Madrid. La orden decretada el pasado 30 de septiembre, en la que el Ministerio de Sanidad estipulaba los baremos para confinar a casi 5 millones de habitantes, es clara. Y por ahí, tras conocerse que las cifras eran ya anacrónicas cuando el viernes pasado el Consejo de Gobierno tomaba la decisión sin dar el tiempo que le pedía Ayuso, es por donde el Ejecutivo autonómico pretende solicitar el levantamiento del decreto: Madrid ya está por debajo de esos 500 casos por cada 100.000 habitantes en esos municipios.
La orden, firmada por Salvador Illa, establece que este confinamiento afectaría a localidades de más de 100.000 vecinos «que presenten una incidencia de 500 o más casos en 14 días (medida hasta 5 días antes de la fecha de la valoración)»; es decir, antes de que se consideren «consolidados». Ese es el principal punto de fricción con Madrid, puesto que el día 9, fecha del decreto, la capital ya estaba por debajo de ese límite; pero Pedro Sánchez utilizó las cifras del 4 de octubre, más altas, sin esperar a esa «consolidación». Concretamente , si el día 4 la incidencia acumulada era de 609; el 7 era de 465 casos; y el sábado, de 450. No se cumplía, entonces, el criterio para el cierre. Y desde la Comunidad de Madrid tienen claro que, el martes, la cifra será aún menor. Considera que lo que ha triunfado es su modelo: las restricciones en las 45 zonas básicas de salud, correspondientes a los ambulatorios con más de 1.000 contagios por 100.000 habitantes, y que el mismo viernes ofreció a Sánchez bajar a 750 contagios y ampliar esas áreas a 51. Sin éxito.
Lo cierto es que existen otros dos argumentos: que el porcentaje de camas UCI pre-Covid no supere el 35% (Madrid está cerca del 40%) y que la tasa de positivos en las pruebas realizadas no vayan más allá del 10% (los municipios confinados la doblan); pero el propio documento de Sanidad establece que, para decidir estos cierres, deben «concurrir» las tres circunstancias. Es decir, darse todas a la vez, cosa que ya no ocurre.
Es más, teniendo en cuenta que el dato de las UCI es el mismo en toda la región (aunque no contempla el plan de «elasticidad» de Madrid en Cuidados Intensivos), no se comprendería que Alcalá de Henares se haya quedado fuera de este último decreto (está por debajo de 500) y Móstoles continúe, cuando esa ocupación de camas UCI es la misma. ¿No se da concurrencia para unos y sí para otros?
Eso se preguntan Díaz Ayuso y su equipo de técnicos, por lo que esperarán al paso de los cinco días preceptivos para la consolidación de las cifras del 8 de octubre para solicitar oficialmente el levantamiento de la medida. Y podrá hacerlo, con la normativa en la mano, a partir de mañana, aunque no descartan hacerlo entre el miércoles y el jueves próximos.
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