Cartas al alcalde

El buzón

Uno hubiera arriesgado que ya no había ninguno, igual que ya no hay cabinas de teléfono

Una mujer deposita una carta en un buzón de Madrid, en 1962 MANUEL SANZ BERMEJO

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Un par de lectores se nos cruzan en la misma queja: no hay buzones a mano en Madrid . Uno escucha esto, y repara en el buzón como arqueología, directamente, porque uno daba ya por hecho que el buzón no existía. No es que hubiera pocos, en Madrid, sino que uno hubiera arriesgado que ya no había ninguno, igual que ya no hay cabinas de teléfono.

Pero es verdad que todavía quedan buzones, sólo que si tienes que echar a volar una carta mejor te vas a la oficina de correos , que seguro que queda más cerca. El buzón es una cosa que te encuentras muy de tarde en tarde, como un carruaje, o un limpiabotas. El buzón es un artefacto en vías de extinción. Me he puesto a pensar y casi hay más buzones para el uso propio de los profesionales que buzones para los particulares. Eso, así pensando deprisa el mapa de la memoria que uno tiene de la ciudad.

El móvil ha matado las cabinas de teléfono , que ya son reliquia de un Madrid absurdo, remoto y hambriento, porque ahora todo el mundo va hablando de móvil por la calle, avalando aquello de que somos una multitud a solas. Pero el móvil ha acabado también con el buzón, o está acabando, porque la carta es un perdido hábito prehistórico, y ahora el peatonaje se escribe por whassap, con alegría de tontuna y voltaje de faltas de ortografía. Nadie va a negar a estar alturas las bondades incalculables del móvil, pero nos ha ido quitando algunas facultades de provecho y no pocas costumbres de imaginación, como practicar el género epistolar . Ahora, si alguien escribe una carta no sólo es un tipo raro, zona antañazo, sino casi un egipcio. Nacido en Lavapiés, pero egipcio.

La escasez de buzones, según quienes nos leen, es una novedad, porque al buzón le dábamos por muerto, y es una tristeza, porque si alguien se queja de que no encuentra el buzón es porque escribe cartas . Y a la gente que escribe cartas hay que atenderla, alcalde. Son unos egipcios de Chamberí que aún tienen el bendito vicio de expresarse con papel y tinta.

Noticias relacionadas

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación