Alta para Naiara, la pequeña heroína del Gregorio Marañón con un trasplante de corazón pionero

Con su fortaleza, se ha conseguido un hito de la Sanidad pública y abierto la puerta a la esperanza de otros bebés

ABC

Se llama Naiara y es un pequeño milagro. Le acaban de dar el alta en el Hospital Gregorio Marañón, donde hace poco se sometió nada menos que a un trasplante de corazón en asistolia (a corazón parado) y con incompatibilidad sanguínea con su donante. Por primera vez en el mundo para una paciente de su edad. Una concatenación de dificultades que se sumaban al hecho de que la pequeña es apenas un bebé de dos meses, prematura al nacer, con dificultades cardiacas desde antes de salir del útero materno, y que desde que llegó a este mundo había estado en el hospital. Pero a esta campeona no parece que nada la pare : se marcha del Gregorio Marañón con más peso, comiendo por boca y sin sufrir episodios de rechazo.

Todo un triunfo de la naturaleza y también de la ciencia. Las novísimas técnicas aplicadas con eficacia a la bebé en el Hospital Gregorio Marañón la han salvado, literalmente, la vida, y su rápida y feliz recuperación abren una puerta a la esperanza para otros chiquitines con problemas parecidos.

El corazón que recibió Naiara era apenas como una nuez. Llegó parado al Gregorio Marañón procedente de otro hospital, y la pericia del equipo médico del centro hospitalario logró que volviera a funcionar en el pecho de la bebé. Que luego ha puesto todo de su parte para salir adelante.

Ahora, por fin, deja el hospital y llegará a su casa, donde le espera el resto de la familia. Su vida a partir de ahora será «prácticamente normal», aunque con las revisiones de rigor y una medicación crónica contra los rechazos, explica la jefa de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil del Gregorio Marañón, Manuela Camino.

La doctora no puede evitar la sonrisa cuando contempla a la bebé, tan recuperada. «Su evolución es muy buena, no ha tenido episodio de rechazo de su nuevo corazón y ha superado un problema de alteración del ritmo del corazón con medicación antiarrítmica», explica.

Por eso, el momento de despedir a Naiara ha sido una pequeña fiesta en el centro hospitalario : «Estamos emocionados; siempre lo es ver irse de alta a estos pequeños que han estado muy malitos ... Y en el caso de Naiara, si cabe, aún más, porque es muy especial, y para nosotros ha supuesto abrir una puerta a nuevas posibilidades de poder vivir a estos bebés tan pequeños. Naiara es nuestra pequeña campeona», resume Manuela Camino.

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