BNG y PSOE acusan a Núñez Feijóo de utilizar O Hórreo para sus intereses partidistas
Le reprochan que use la Cámara como si estuviera en Madrid, en las Cortes, y solo adjudique «deberes» a otros, sin asumir su responsabilidad
Si no fuera porque el portavoz del Grupo Socialista, Luis Álvarez, convino en que las medidas aprobadas por la Xunta ante la escalada de precios «están bien» (con matices), las réplicas de la oposición a la comparecencia del presidente de la Xunta de este martes se habrían limitado a acusarle de utilizar el Parlamento gallego para sus fines partidistas, como colofón a su campaña para presidir el PP.
«Hoy es martes y estamos en Santiago de Compostela. Esta cámara es el Parlamento de Galicia, no es el Senado», fueron las primeras palabras que salieron de labios de Ana Pontón. «Le digo esto porque lleva tantos días de campaña interna que igual piensa que esto es un mitin del PP, y desde luego los gallegos no están para sus mítines. Nos duele que usted use a Galicia en un momento tan duro para hacer campaña por el PP», atacó. «Lamento que no sea capaz de estar a la altura de Galicia ni en el tiempo de descuento».
«Cuando entré, entré por la rúa do Hórreo, y cuando le escuché a usted pensé que estaba en la plaza de las Cortes», calcó el argumento de Pontón el portavoz socialista, Luis Álvarez, quien bromeó con que, al ver al presidente de la Cámara, Miguel Santalices, advirtió que no se trataba de Meritxell Batet, presidenta del Congreso. «Necesita un ámbito de proyección que de momento no tiene, y emplea el Parlamento de Galicia para proyectar su imagen para todo el Estado», «Eso es bastante feo; deja en bastante mal lugar a esta comunidad autónoma y al presidente de la Xunta». «Cuatro quintas partes de su comparecencia fueron (...) de un candidato a la presidencia del Gobierno del Estado», afeó, «de un presidente del PP, que le felicito por esa reñidísima contienda», chanceó.
Pontón anunció que el «legado» del mandatario es «dejar a Galicia al pie de los caballos», «un país peor del que había hace 13 años». E insistió en que mientras hacía «turismo», para colmar sus «ambiciones política y personales», «se tiraban toneladas de leche y de pescado», con «empresas y sectores al límite». «Lo que no vale es ponerle deberes a los demás cuando tiene los suyos sin hacer», acusó. Álvarez coincidió en interpretar el decálogo propuesto al Gobierno como «deberes» ajenos. Si apenas hubo discrepancia entre ambos fue al valorar las medidas de la Xunta. «Propaganda» a ojos de Pontón, «ninguna mediad real sobre la mesa». Álvarez dijo que no iba a «negar» la conveniencia de las decisiones, pero les restó «impacto económico» para las arcas gallegas y apreció un «nivel de compromiso bastante cuestionable».
Pontón agita el 'machismo'
El debate se enfangó en las segundas réplicas. Pontón aprovechó que Feijóo bromeó con que su marcha le iba a provocar una «crisis de ansiedad» para acusarle de «indignidad» y acusarle veladamente de actitud machista. Álvarez se sumó y aprovechó para afearle el uso, la víspera, del término «autista» para calificar la postura del Gobierno.
Pedro Puy, portavoz del Grupo Popular, recordó que el presidente de la Xunta se ha llevado estos años su ración de insultos, de «sumiso» a «mentiroso». «Muchas veces quien más se queja es quien tiene menos motivos para quejarse», recriminó. Y para «formato» de mitin, rebatió, la primera intervención de Pontón.
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