Feijóo plantea a Sánchez recurrir al Ejército para garantizar el suministro de productos básicos
El presidente de la Xunta reclama un plan de contingencia frente al conflicto del transporte, como parte de un decálogo de medidas con el que pone deberes al Gobierno
Alberto Núñez Feijóo ha reclamado al Gobierno central, durante una comparecencia este martes ante el Parlamento de Galicia, un « decálogo de medidas urgentes que se deben impulsar hoy mismo en el Consejo de Ministros», decisiones «inmediatas» y «excepcionales, para mitigar la grave crisis» que provoca el alza de precios, agravada por la guerra en Ucrania. Que está dejando «enormes pérdidas», aboca a cierres de empresas y provoca que las familias más vulnerables no puedan llegar a fin de mes, ha alertado.
La primera de esas medidas consiste en un « plan de contingencia para garantizar el suministro de productos básicos a la población», empleando «todos los instrumentos al alcance del Gobierno central», lo cual no solo implicaría a los cuerpos y fuerzas de seguridad, sino incluso, si fuera necesario, la ayuda del Ejército , para «garantizar corredores seguros de alimentos perecederos», que puedan llegar desde los puntos de origen a los de venta, y de ahí, a los hogares. Al hilo, Feijóo aboga por un plan nacional de productos estratégicos y fijar reservas además de priorizar, a corto plazo, y temporalmente, la producción del mercado interior para afrontar la carencia de materias primas y componentes; solicitando además, ante Bruselas, revisar las condiciones de importación para cubrir aquellos productos que se adquirían en Ucrania y Rusia.
De nuevo, ha pedido al Gobierno que se siente a hablar con la plataforma convocante del paro de transportes y «llegar a una solución». También ve «imprescindible» una respuesta nacional contra la emergencia energética, revisando el ritmo de transición energética, y bajar ya los impuestos de la energía. Singularmente, extender hasta final de año las medidas fiscales que vencen en junio (suspensión del impuesto sobre generación y reducción del impuesto especial eléctrico al mínimo legal) e impulsar otras, como reducir el IVA a los hidrocarburos y situarlo en el tipo reducido o superreducido (o ayudas por consumo); suspender temporalmente por parte de la Comisión Europea esos tipos mínimos de forma excepcional y transitoria; y estudiar un mecanismo para estabilizar el precio eléctrico a las familias.
Feijóo, en el decálogo del Gobierno gallego, también defiende abordar una exención temporal de las cotizaciones a la Seguridad Social en los casos más extremos, además de otro paraguas de apoyo, con un fondo extraordinario de liquidez, moratoria de un año en los préstamos ICO, medidas de apoyo para ampliar los ERTE y acelerar la tramitación de la nueva ley concursal. Adicionalmente, se reclama flexibilizar los contratos públicos, eliminando trabas y costes desproporcionados, flexibilizando los contratos vigentes y agilizando los procesos de contratación en las Administraciones.
En un último tramo de propuestas, se insta a agilizar los PERTE en marcha e impulsar otros para sectores clave (agroalimentario, naval, etc), así como crear la nueva figura del proyecto tractor autonómico , ya anunciada en La Palma. Yendo al detalle, se piden medidas específicas para la agricultura y el mar; para el primero, reducción de costes de producción, con bonificaciones para gasóleo y fertilizantes o reducción del IVA al 4% de compras para productores; para el segundo, medidas análogas a la rebaja de impuestos a los combustibles o rebajas en tasas portuarias en las dársenas de interés general del Estado.
Finalmente, Galicia, con Feijóo al frente, quiere identificar nuevos mercados potenciales para obtener materias primas, y reclama transparencia en las negociaciones internacionales , refiriéndose a lo que se pacte en Bruselas, pero señaladamente el volantazo en la relación con Marruecos, en la que se ha mostrado nuevamente muy crítico. «Es urgente que el Gobierno comparezca y dé respuestas», ha instado.
El presidente de la Xunta ha recordado que ya el 10 de noviembre del año pasado advirtió al Gobierno central, con una carta remitida a Sánchez , de los problemas que advertía entonces, y las «inquietudes» que le generaban. «La respuesta que encontramos es decepcionante», ha terciado el mandatario, quien en las últimas semanas ha trasladado en varias ocasiones, rumbo a Moncloa, consideraciones sobre cómo debería acometerse la crisis. En una intervención donde ha anunciado nuevas medidas en el ámbito autonómico, ha esgrimido una hoja, vacía, para simbolizar el «folio en blanco» de medidas del Ejecutivo central «después de 26 días» de conflicto bélico.
En paralelo, además del decálogo de actuaciones frente al alza de precios, también ha demandado al Gobierno más coordinación y organización en la llegada y acogida de refugiados procedentes de Ucrania. La Xunta estima que la cifra real en Galicia asciende ya a 800 personas que han huido del país desde la invasión rusa.
«Provocación a los ciudadanos»
En el tono crítico de las últimas semanas, y entre acusaciones de la oposición de emplear la Cámara autonómica como si fuera el Senado, asumiendo más un rol de líder de la oposición que de presidente autonómico, Feijóo ha tachado de « auténtica provocación a los ciudadanos » culpar a la Unión Europea de actuar con retraso, «cuando hace meses que el Gobierno central debía tomar medidas» en el ámbito de España. El mandatario ha dicho no entender un «enfoque» que asume que la «solución al 100% de los problemas» está «solo en manos de la UE».
«¿Qué más tiene que pasar para que el Gobierno reaccione? ¿Qué más se necesita para que el Gobierno dé la cara? ¿Qué más se necesita para que actúe y tome decisiones?», se ha preguntado. «Desconcierta y preocupa la parsimonia con la que desde el Gobierno central se afrontan los problemas de España y, por tanto, también los problemas de Galicia. Cada día que pasa es un día de pérdida de empleo, de empobrecimiento colectivo, de destrucción económica y de conflicto social», ha advertido.
Durante su comparecencia, ha insistido varias veces en estas ideas. Un «Gobierno responsable», ha remarcado, «debe ofrecer explicaciones y garantizar medidas que dependan de uno, y exigir con firmeza las que corresponden al resto de Administraciones públicas». Los ciudadanos «precisan de gobiernos proactivos que no se escondan , que deben dar la cara y que no se inhiban cuando más se necesita».
De forma retórica, se ha preguntado cómo se puede pedir «comprensión» a los sectores afectados por la crisis por parte de quienes no atienden sus «quejas» o decir que las «secuelas en España son mucho menores», mientras « privan a esta Nación de medidas » que sí se adoptan en el resto de la UE.
Se vuelve a negar la crisis
El líder gallego ha hecho especial énfasis en rechazar que la actual situación no se originó con la guerra en Ucrania, por lo que ha asegurado que se originó «un año atrás como mínimo» y que esto «no es ningún capricho personal, sino una necesidad colectiva». « Ocultar el diagnóstico de una crisis es algo que ya vivimos en España en un pasado no muy alejado», ha añadido en alusión a la crisis financiera, con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente. «Nos fue muy mal a España y al PSOE. Sería muy recomendable no caer dos veces en la misma piedra en tan corto espacio de tiempo».
Los problemas, ha advertido, se agravan porque no solo se desconoce cuánto durará esta crisis y cuál será su extensión, sino que «la situación política en el país añade más desconfianza ante la gran división en el seno del Gobierno central y con los partidos que lo apoyan». «No sabemos qué consecuencias tendrá esta división; sí sabemos y sabemos sin ningún género de dudas que muchos de los problemas que tenemos ya existían con anterioridad» a la invasión orquestada por Vladimir Putin, «por mucho que se pretenda esconder y engañar ».
Otra de las quejas que ha dejado Feijóo en su comparecencia es que « tristemente en España no hay política de Estado en este momento; hay políticas de Gobierno, en plural». Con una actualidad «dominada por la desconfianza y las incertidumbres», el país se encuentra, ha afirmado, «en manos de dos Gobiernos» y «huérfana» de esa política de Estado, lo que constituye «la peor forma de afrontar los retos que tenemos por delante».
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