La Xunta evaluará el alcance de los daños del temporal y estudiará líneas de ayudas

Redondela va recuperando poco a poco la normalidad, tal y como este martes pudo comprobar en primera persona el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo , quien se desplazó hasta una de las zonas más afectadas, la parroquia de San Esteban de Negros, para hacer una primera evaluación de los daños causados por las lluvias del pasado viernes. La intensidad con la que los servicios técnicos trabajaron durante todo el fin de semana era visible, si bien el paso del temporal dejó una huella imborrable en más de una decena de viviendas con cuyos propietarios pudo charlar ayer el mandatario autonómico.

«Creímos que se había caído un avión» , comentaban aún asustadas dos de sus vecinas. Y es que sus casas se encuentran a escasos kilómetros del aeropuerto de Peinador. «Yo estaba viendo la tele cuando escuché el estruendo», comenta otra que se suma a la conversación con Feijóo. Se refieren a la noche del viernes, cuando fueron sorprendidos por una avalancha de lodo y piedras que causó problemas importantes en esta zona rural. Muchas de las viviendas permanecían aún este martes sin suministros.

Una riada de barro y ramas que, según explicó el alcalde de Redondela, Javier Bas , se sospecha pudo deberse a un embalsamiento de agua (monte arriba) provocado por un vertido ilegal. Otro vecino comenta al presidente que su coche fue desplazado metros abajo. «Aún estamos pagándolo y nos hemos quedado sin él», comparte con Feijóo antes de que éste les trasmita un mensaje de tranquilidad: «El Ayuntamiento tendrá que hacer una evaluación de los daños y se actuará en consecuencia» . A su vera, Bas asiente para confirmar al jefe del Ejecutivo gallego que hoy recibirán en el Consistorio el inventario de daños elaborado por los vecinos para poder así iniciar la gestión de las posibles ayudas.

Por un lado estarían los vecinos que pueden acogerse a los apoyos del Consorcio de Compensación de Seguros y, por otro, quienes no cuenten con ninguna cobertura, explicó el regidor redondelano, quien indicó que solicitó a la Diputación de Pontevedra maquinaria con la que poder retirar las piedras, el lodo y los árboles que todavía ayer permanecían depositados en el terreno de una de las viviendas en San Esteban de Negros.

Y no solo la administración local arrimará el hombro, pues en palabras de Núñez Feijóo «la Xunta procurará dentro de sus posibilidades dar apoyo a las familias afectadas» . «Buscaremos que puedan tener un acogimiento por parte de la administración central, autonómica, provincial o local, y poder servir con mayor intensidad a las personas que tengan una dificultad sobrevenida, a las familias más débiles, y que no tengan una cobertura adecuada del seguro», dijo. «Vamos a ver lo que somos capaces de hacer entre todos para estar a la altura de las circunstancias» , agregó.

Según indicó el presidente gallego, durante un acto posterior en la sede de Aldeas Infantiles en Redondela, será este jueves en el Consello de la Xunta cuando el equipo de gobierno evalúe los daños y estudie las diferentes líneas de ayudas que puede poner en práctica. En este sentido, señaló que «en tan solo 48 horas la mayoría de los problemas están solucionados y en su totalidad identificados». Respecto a las competencias de la Administración gallega, avanzó que «habrá que reparar taludes, carreteras y puertos» .

Con todo, en una reflexión en alto, Núñez Feijóo afirmó que « el mejor balance es que no haya habido daños en personas , pese a que los materiales son cuantiosos y todavía hay que evaluarlos». «Les decimos que no nos vamos a olvidar y, dentro de las responsabilidades de cada administración, vamos a intentar cumplir nuestras obligaciones», reiteró para, acto seguido, acentuar la «solidaridad» del pueblo redondelano como del resto de pueblos gallegos y reconocer el trabajo de los efectivos municipales, voluntarios y vecinos por su ímproba labor durante el fin de semana. Extremo este último del que ayer daba fe el centro del municipio. Allí, el presidente de la Xunta pudo charlar con varios de los comerciantes, que recordaban cómo el viernes apenas les dio tiempo a tapiar las entradas de los locales cuando se vieron sorprendidos por las lluvias.