Elecciones Gallegas 2020
Votar a un partido con el móvil
El sufragio electrónico, una manera de votar de forma segura en plena pandemia, no se contempla en la legislación española
El escenario sanitario y epidemiológico bajo el que se desarrollará la convocatoria electoral del 12 de julio en Galicia resulta todavía una incógnita . Pese a que son varios los informes médicos que apuntan a un menor riesgo de rebrote tanto ese mes como a lo largo del verano debido a los nocivos efectos que tanto el calor como la humedad suelen ejercer en patógenos como el SARS-CoV-2, las circunstancias reales en las que tendrán lugar los comicios permanecerán inevitablemente en el aire hasta el día de su celebración . Ante una situación que, además de resultar inédita, podrá servir como laboratorio y marco referencial para futuras citas con las urnas mientras se prolongue la pandemia, la mayoría de los expertos coinciden en la potenciación del voto por correo como una de las mejores maneras de preservar y garantizar la integridad sanitaria.
No es, sin embargo, la única vía que se viene a la mente a la hora de imaginar unas elecciones en un contexto de emergencia como el actual. En plena era de la hiperconectividad, la idea de ejercer el derecho al voto a través de internet ya no se antoja una opción tan remota como podía serlo a principios de siglo. Son numerosas las organizaciones e instituciones como universidades, colegios profesionales, asociaciones, sindicatos y partidos políticos que en los últimos años han venido incorporando esta posibilidad en sus plebiscitos, llegando en algunos casos a convertirla directamente en la única. A escala municipal, también varios ayuntamientos lo han empleado para la celebración de presupuestos participativos o en determinadas consultas ciudadanas.
Sin embargo, su uso electoral a nivel local, regional o estatal no está actualmente contemplado en la legislación española vigente. «La razón –explica Víctor Hidalgo, director de Ingeniería de Pre-Ventas de Europa de Scytl , una empresa barcelonesa dedicada al suministro de esta tecnología– no es otra que el contexto de la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General), un documento que fue elaborado en los años 80, cuando el voto electrónico no era siquiera concebible, y que no ha sufrido modificación alguna en ese apartado». Aunque han pasado casi cuatro décadas desde entonces y el voto electrónico sería plenamente factible en pleno 2020, Hidalgo añade que «pese a que la mayoría de los partidos usan este tipo de herramientas para sus elecciones primarias o sus consultas, a la hora de plantearlas a nivel institucional suelen ser muy cautos, porque una reforma de este calado y con algo tan sensible como es una ley electoral hace falta mucho consenso político ».
El experto subraya que la tecnología para habilitarlo debe implementarse cumpliendo siempre los principios de autenticidad, seguridad y verificación. Y destaca que, además de ampliar el abanico de soportes para ejercer el voto, también sirve, según han demostrado ciertos estudios, para aumentar –por lo general– la participación. «Es obviamente una opción muy cómoda si por ejemplo estás de viaje el día de la votación, pero también para quienes no pueden votar de manera autónoma por problemas de movilidad o para la gente joven , a quienes si les das la opción de votar desde el móvil tal vez se lo piensen», explica el responsable de Scytl.
«El reto es explicar sus aspectos positivos y puntualizar que se trataría solo de un canal adicional; la idea no es sustituir un método por el otro. Hay gente que por mucho voto electrónico siempre seguirá prefiriendo ir el domingo a introducir la papeleta », remacha Hidalgo, que matiza en cambio que «sí que podría servir para reemplazar por ejemplo al voto por correo, que no es una vía ni conveniente, ni ágil, ni eficiente en costes ni del todo segura».
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