TENSIÓN DENTRO EN MAREA

Villares resiste el pulso de los alcaldes y rechaza el adelanto electoral interno

El líder de En Marea vincula la renovación de la ejecutiva a los plazos estatutarios

El líder de En Marea, Luís Villares, en rueda de prensa EFE

M. N.

Luís Villares hace oídos sordos a los ultimátums. El portavoz de EnMarea rechazó ayer un adelanto de las elecciones para renovar la ejecutiva del partido, pese a que un grupo de críticos encabezado por los alcaldes rupturistas amenaza con derrocar su mando en la cúpula . En una entrevista concedida a la Radio Galega, el magistrado en excedencia no quiso ahondar en el órdago lanzado en las últimas semanas por la denominada Mesa da Confluencia, un colectivo ideado por Compostela Aberta, y bajo el que se adscriben las marcas más representativas de la izquierda radical, como Podemos, Anova, Esquerda Unida y la Marea Atlántica y Ferrol en Común.

Villares aseguró que En Marea seguiría «lo que marcan los estatutos» . Es decir, abocará a los inscritos a esperar a finales de año —a cinco meses de las elecciones municipales—a enfrentarse a otro proceso interno. Con todo, fuentes de la dirección no descartan adelantar los comicios unas semanas, siempre y cuando se respeten las normas y los plazos previstos a tal efecto.

En juego está la renovación del Consello das Mareas, el órgano ejecutivo que Villares controla agracias a los apoyos prestados por inscritos a título individual, algunas mareas locales y sobre todo por Cerna, una organización de corte nacionalista escindida del seno de Anova en 2014.

En el documento de conclusiones elaborado por la Mesa da Confluencia, los críticos apuestan por dar la puntilla a un proyecto «agotado políticamente» a través de la renovación del Consello, «el único camino», dicen, «que nos puede acercar a un relanzamiento de En Marea» . De lo contrario, advierten de la existencia de «motivos suficientes para buscar otras vías como las del revocatorio». El éxito de la maniobra depende de que partidos que hasta entonces habían renegado de En Marea como algo más que una coalición —caso de Podemos o Esquerda Unida— decidan inscribirse y materializar un cambio en la correlación de fuerzas interna, aunque de momento no se han producido movimientos al respecto.

Precisamente ése tono de aviso empleado por los rivales de Villares ha soliviantado al sector oficial de la formación, que lo considera como una demostración de que los críticos solo practican la vía del últimátum. De momento, Villares fía su continuidad al frente del proyecto al respaldo de las bases. Preguntado por su continuidad, fue tajante:«Mientras la gente lo quiera, sí» .

Al margen de la tormenta que se está gestando en el interior de la confluencia, la cita electoral de 2019 será clave. Villares la afronta con la certeza de que el partido estará presente en cada concello «con el nombre que decida» la militancia. Eso sí, en un recado indirecto a los alcaldes rupturistas, les exige que arrimen más el hombro: «Aquellos que tienen responsabilidades de gobierno, que expliquen que en los lugares donde gobernamos se vive mejor» .

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