Los trabajadores dicen no a Alcoa
El comité afirma que la propuesta se olvida del empleo en las auxiliares y pide garantías de continuidad a largo plazo
Los trabajadores de San Cibrao rechazan de momento la propuesta de Alcoa. Un día después de que la multinacional propusiese quedarse en A Mariña a cambio de apagar las cubas de electrólisis hasta 2024, la plantilla celebró esta mañana una asamblea. En declaraciones a los medios el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, aseveró que el plan de Alcoa «no le sirve» porque se olvida de los empleados de las empresas auxiliares de la factoría de aluminio, unas 500 personas. Zan reclamó también garantías a Alcoa que permitan mantener la actividad de la planta más allá de 2026.
Con el ERE para despedir a la plantilla anulado por la justicia, una huelga activa desde septiembre y la venta de la factoría a un inversor estancada, Alcoa dio el lunes un giro a su estrategia. Anunció la posibilidad de permanecer en San Cibrao, pero a condición de que se apagasen las cubas de electrólisis, donde se produce el aluminio primario (no reciclado) hasta 2024. Las cubas son las que necesitan mayor electricidad para funcionar y Alcoa asevera que cerrará noviembre con 20 millones de pérdidas. Pese a la huelga siguen funcionando porque el proceso para apagarlas y luego rearrancarlas es muy caro. Los trabajadores lo que hacen es retener la producción dentro de la planta.
Alcoa propone ahora pararlas y volverlas a iniciar en 2024, siempre que logre firmar un contrato con una compañía eléctrica que le permita abaratar los costes de la energía para esa fecha. Los trabajadores piden garantías de que la planta va a continuar. «Aquí básicamente lo que necesitamos es una viabilidad a 15-20 años que dé garantías a toda A Mariña de una solución», apuntó Zan. Desde CCOO reivindican que se necesita un plan industrial que «pueda certificar el futuro y la viabilidad del centro», informan en una nota de prensa. Los trabajadores ya han solicitado una reunión urgente con el Ministerio de Industria y la Xunta. Los trabajadores piden a las administraciones que «se mojen» y que ofrezcan los recursos necesarios. « Parar las cubas no es una solución. Se puede poner un marco energético estable, que esto le correspondería al Gobierno, durante este tiempo», apuntó el presidente del comité.
A cambio de parar la producción de aluminio primario, Alcoa se compromete a mandar a casa a los trabajadores que no sean necesarios con permisos retribuidos y a no iniciar ningún proceso de despido colectivo en los próximos cuatro años. Este punto tampoco gusta al comité porque la paralización de la fábrica podría suponer la destrucción del empleo indirecto. «Los trabajadores de las empresas exteriores son igual que los de Alcoa» , recordó Zan. Una vez conozcan la opinión de las administraciones, el comité se compromete a presentar una contrapropuesta a Alcoa. De momento, no paralizarán la huelga que entienden ha provocado el movimiento de la multinacional.
Por el momento, el vicepresidente económico, Francisco Conde, consideró que le corresponde al Gobierno central buscar «una solución definitiva» para la planta dado que la propuesta de Alcoa es «provisional». Conde censuró que no haya sido capaz de «establecer un precio eléctrico competitivo que pueda garantizar el mantenimiento de la actividad» y se mostró cauto con el plan de Alcoa mientras no se conozcan «cuáles son las garantías desde el punto de vista de las inversiones industriales y de las inversiones energéticas».
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, aseveró temer que la propuesta de Alcoa sea «una nueva argucia de la empresa» que «no es de fiar» . Alcoa «lo que quiere es dilatar en el tiempo el cierre», consideró. «No podemos permitir que lo que ya pasó en Alcoa en A Coruña se repita ahora en Alcoa San Cibrao, tenemos que aprender de las experiencias negativas, y esa dirección de Alcoa no es de fiar», razonó. Así, advierte de que se podría «estar ante un Alu Ibérica 2».
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