La «tibieza» de Raxoi ante los disturbios indigna a la Xunta y a los sindicatos policiales
El único detenido por la reyerta quedó en libertad. Noriega argumenta que la movilización tenía carácter «pacífico»
El día después de la violenta reyerta desatada por el desalojo de un local okupa en Santiago , el único detenido por los graves altercados quedó en libertad tras su paso a disposición judicial . Al joven, de iniciales J. M. A., se le imputa un delito de atentado contra agente de la autoridad y desórdenes , acusaciones que fueron respaldadas por los seis efectivos que resultaron heridos durante la batalla campal que el pasado martes tuvo como escenario las calles de la zona monumental. Según fuentes policiales indicaron a ABC, fueron medio millar los manifestantes que se desplegaron por el casco antiguo de la ciudad para censurar el cierre del centro okupa. Más de un centenar, encapuchados, iban armados con piedras, palos y bengalas .
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) —mayoritario en el cuerpo— anunció, tras conocer los pormenores del atestado, que se personará como acusación particular en la causa ante la «gravedad» de las agresiones cometidas . Desde la Confederación Española de Policía (CEP), y en la misma línea, revelaron que «como se puede observar en los vídeos, no es la Policía la que convoca una manifestación totalmente ilegal , no solo por no estar previamente autorizada, sino por portar palos e ir con la cara tapada» , algo que, recuerdan, está «totalmente prohibido» en la legislación española.
La violencia con la que se desarrolló la concentración también fue ayer duramente respondida por el presidente de la Xunta, que atacó la «tibieza» del gobierno populista de Martiño Noriega. «Estos son los hechos: hay una sentencia de desalojo de un inmueble ocupado por unas personas que no son los propietarios. Se notifica la sentencia, y los funcionarios, cumpliendo la instrucción del juez, la ejecutan, y por eso son agredidos y lesionados», explicó Alberto Núñez Feijóo para indicarle al alcalde de la capital que «o se está con las libertades y el Estado de Derecho, o se está en contra» . En igual sintonía, desde la Subdelegación del Gobierno en la provincia anotaron que la intervención policial fue «proporcionada» y que respondió a una «grave alteración del orden público» en el marco de una protesta no autorizada.
El cable del alcalde
Por su parte, y después de calificar como «modélico» el comportamiento de los okupas desalojados del edificio y de criticar la «desproporcionada» actuación policial , Noriega optó ayer por condenar la actitud de «aquellos que no respetaron el mobiliario urbano», aunque no dudó en lanzarles un cable al aclarar que «rechazo criminalizar a los hombres y mujeres que allí estaban» y que «se estaban movilizando por razones absolutamente pacíficas» .
Desde Raxoi también afearon la actuación de la Delegación del Gobierno por no haberlos puesto al corriente del desalojo, una comunicación para la que según el organismo aludido «no existe obligación ninguna de informar cuando se trata de un mandato judicial» . Un día después del conflictivo desalojo, el Concello activó la mecánica municipal para abrir un expediente a los propietarios de la casa okupada por tapiar las paredes con ladrillos. Según fuentes locales, la obra carece de licencia y en principio no sigue las directrices que marca el plan especial que rige en la almendra compostelana, por lo que los dueños podrían ser obligados a eliminar el tapiado que impide que los okupas vuelvan a tomar el inmueble, en el que llevaban tres años concentrados. Consultados sobre si el centro social «autogestionado» tenía licencias para la venta de bebidas alcohólicas —algunas informaciones aseguran que en el interior del local había una barra de bar— desde el Concello de Santiago indicaron a este diario que ese permiso no sería preciso si no existe un afán de comercialización . Además, remarcaron que la convivencia de los okupas con los vecinos de la zona «siempre había sido buena» y que nunca habían recibido ninguna queja al respecto.
En la resaca del enfrentamiento que llevó la tensión al casco antiguo de la capital gallega, colectivos afines al centro social desokupado volvieron echar mano de las redes sociales para convocar una nueva movilización, esta vez en contra no solo del desalojo sino también de la «brutalidad policial». El llamamiento corrió por la redes sociales durante toda la mañana y derivó en una concentración que a las 21.00 horas de ayer partió de la céntrica plaza de Galicia de la capital gallega hacia la zona de San Caetano, bordeando la zona vieja compostelana. Numerosos efectivos de la Unidades de Intervención Policial (UIP) respaldados por agentes de la comisaría de la ciudad se trasladaron al lugar para evitar una nueva oleada de disturbios. El talante de esta quedada fue distinto al ofrecido en la jornada anterior y, pese a que se contaron alrededor de 400 manifestantes, no se detectaron incidentes de gravedad , informó Mario Nespereira. Al grito de «un desalojo, otra okupación» los participantes avanzaron seguidos de cerca por los efectivos policiales. En esta ocasión y, según confirmó la Delegación del Gobierno en la Comunidad, la protesta tampoco contaba con los permisos necesarios.
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