Galicia
Sonia Iglesias, oficialmente muerta once años después de su desaparición
El hijo de la pontevedresa inició lo trámites el día que se cumplió una década de la desaparición de su madre
Diez años después de la misteriosa desparición de su madre , el hijo de Sonia Iglesias inició los trámites judiciales para que se la declarase oficialmente muerta . Ahora, el Juzgado de Primera Instancia Número 5 de Pontevedra da por concluido el trámite. Es el punto y final a uno de los casos más enigmáticos de la crónica de sucesos española , que marcó profundamente a la sociedad pontevedresa, siempre volcada con una familia que nunca obtuvo respuestas. Quién mató a Sonia y dónde está su cuerpo son incógnitas que tras el fallecimiento del único investigado por el crimen, Julio Araújo, expareja de la mujer y padre de hijo, serán aún más difíciles de despejar.
Araújo estuvo en el punto de mira de los agentes desde los primeros compases de la investigación, pero la falta de pruebas contundentes le permitieron esquivar a la justicia. No fue hasta 2018 cuando los agentes dieron el paso y pasaron a investigarlo, siempre en el ámbito policial, por un delito de homicidio . En ese momento, parecía que las pesquisas iniciadas tras su desaparición en agosto de 2010 avanzaban hacia una resolución, pero el intento resultó frustrado. Con la reapertura de las diligencias se registró la vivienda que el sospechoso compartió con Sonia y también varias fincas propiedad de la familia y hasta un cementerio próximo . Los efectivos policiales peinaron 800 metros cuadrados de terreno con un georradar, vaciaron un pozo y revisaron una fosa séptica, en busca de algún vestigio de la pontevedresa, sin hallazgos significativos. Tampoco ayudó la declaración del sospechoso, siempre frío y hermético ante los agentes , al igual que su hermano, al que también se interrogó por un presunta colaboración.
De la suerte que corrió Sonia el día de su desaparición solo se sabe que la acompañaba su pareja, que la llevó a una zapatería de Pontevedra para dejar unas sandalias. Los dos viajaban en el mismo coche, pero ella se bajó porque había mucho tráfico. Iba camino de su puesto como encargada en una conocida tienda de ropa de la ciudad, pero nunca llegó. A partir de ahí, todos las hipótesis quedan abiertas. Tras su extraña falta, a los pocos días, la Policía localizó su cartera, con su tarjeta sanitaria , en una cuneta de una zona apartada. Siempre se pensó que la persona que acabó con su vida la colocó allí a propósito para despistar.
Desde entonces, ni una pista, ni un rastro, ni un testigo de lo que pudo acontecer. El posicionamiento del teléfono de la pareja de Sonia fue analizado, porque cinco horas después de la desaparición estaba en un monte cercano a la casa de Sonia, pero no se derivó ninguna conclusión de peso. También se sabe que unos meses antes del suceso, Sonia Iglesias acudió a un centro para mujeres maltratadas , probablemente para solicitar asesoramiento de algún tipo. Este hecho ahondó más en la relación que mantenía con Araújo y en un posible móvil del caso, aunque nunca mediaron denuncias entre ellos.
Año tras año, la familia ha recorrido las calles de Pontevedra clamando justicia. La foto de Sonia empapeló su ciudad y ahora pervive en la retina de quienes se cruzaban con ella a diario y de quienes, sin conocerla, conectaron con el calvario de los suyos. Sonia Iglesias tenía 38 años cuando desapareció , el 18 de agosto de 2010.
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