TRIBUNALES

Un sacerdote revela que entregó un millón de euros al líder de la secta de los Miguelianos

Lo hizo, aseguró en el juicio, a modo de donación a la Orden de los Miguelianos

Rosendo a su llegada a la Audiencia de Pontevedra EFE

P. Abet

La undécima sesión contra Miguel Rosendo , el líder de la presunta secta de Oia, dejó al descubierto una donación de más de un millón de euros para el principal procesado . Su benefactor fue un seguidor de la orden que ayer declaró en calidad de testigo para manifestar que fueron «donaciones personales» desde que en 2008 supo de la constitución de esta «asociación pública de fieles» dentro de la Iglesia. «Me fiaba completamente de ellos» , insistió el testigo a propósito de unas elevadas cantidades que siempre entregó en mano.

Sobre estos intercambios de dinero, el benefactor llegó a explicar ante el tribunal que entregó en Madrid unos «870.000 euros» a dos miembros de la Orden, Esteban R.M. (acusado en la causa) y M.C. (tesorero de la Orden). El testigo, que a su vez también es sacerdote, retiró el dinero de «un fondo» personal junto con un matrimonio que definió como los «delegados» de Rosendo en Madrid. Sobre la escena, detalló que los billetes «no cabían» en sobres y tuvieron que meterlos «en dos bolsas» para a continuación introducirlos en una mochila en la que se lo llevaron.

El religioso, exlegionario de Cristo, también testificó que ya en el año 2013 «sospechó» que «no estaba todo claro» y «especificó» que solo «ayudaría» a Rosendo y a su mujer. Y es que, pese a conocer las denuncias por abusos sexuales contra el cabecilla de la presunta secta, el benefactor mantiene firme su confianza en Rosendo. «Allí [en alusión a la casa madre de Oia] se vivía en un entorno alegre y Miguel tenía con las mujeres consagradas que actuaban como sus bastones una relación preciosa de respeto y cercanía», expresó ayer en sala.

Insistiendo en los presuntos abusos en el seno de la orden, el donante reveló que cuando el tesorero le traslado las violaciones que se le imputaban a Rosendo «le creí y me sentí engañado» , manifestó. Pero después, una hermana monja le dijo que «tenía una luz interior que quería decir que me habían engañado» y retomó su relación de amistad con el principal acusado.

Apelando a los delitos económicos que este viernes se abordaron en la vista, la abogada de la acusación particular manifestó que no han «desaparecido» de la causa «como quieren hacer ver las defensas», pues por parte de su acusación solicita condena por delitos de «apropiación indebida y estafa» para Rosendo . «Y reclamo —prosiguió la acusación particular— responsabilidad civil para las cantidades que mis representados han dado para Orden y Mandato, y que entendemos que Rosendo hizo suyas». La causa se retomará el lunes.

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