El rebrote de ladrillo
El sector de la construcción parece haber dejado atrás los años oscuros de la crisis y el estallido de la burbuja. Fue la época en la que las empresas se agarraron al salvavidas de la rehabilitación, a la espera de tiempos mejores. Ahora regresa la demanda de compra, aunque la escase de vivienda nueva y la falta de ordenación ralentizan el repunte
En la Galicia donde todavía se desconocían vocablos como prima de riesgo, algunas facultades de Informática tuvieron que reducir sus plazas por falta de vocaciones. Había otros potentes incentivos: un operario de la construcción podía ganar más dinero que un ingeniero informático con experiencia. Pero ahora las postales son otras. El ladrillo ha experimentado su particular «jueves negro» — como el día en que estalló la Gran Crisis de 1929— solo que en lugar de un plazo tan breve el desplome del sector se ha prologando durante varios años, y se puede decir que los agentes ya se han levantado después de haber tocado fondo .
«Se está evolucionando bastante bien», «se está empezando a edificar», «hay ansia de volver» , son frases comunes entre trabajadores y empresarios, conscientes aún así de que la época dorada del cemento se ha despedido para no volver. El presidente de la Asociación de Empresarios de la Constricción en Orense, Eligio Nieto, apunta a factores como los tipos de interés por los suelos o el comportamiento irregular de la Bolsa para explicar las razones del rebrote. « Como en el banco no pagan nada, entonces la gente está comprando vivienda para alquilar », sentencia. El último informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) apunta a los problemas de ciudades como Vigo, La Coruña o Santiago para ampliar su parque de viviendas en alquiler; lo que convierte la inversión en un potencial foco de rentabilidad.
Sin embargo, Eligio Nieto no oculta cierto cierto pesar. Estima que el 75% de las operaciones se cierran sobre viviendas usadas, cuando los ahorradores suelen mostrarse más inclinados a pagar por un piso nuevo. El problema: no los hay. La causa: Nieto apunta a obstáculos como la falta de planes de ordenación urbanística en vigor . Ocurre así en Orense, donde según el presidente de la patronal algunos promotores mostraron su interés por construir varios bloques de 24 viviendas, capaces de generar carga de trabajo para «cerca de 2.000 personas». La falta de PXOM, dice, la abortó.
Lo menos malo
En otros concellos, el mismo factor explica una situación contraria. Es el caso de Cabanas (La Coruña), el ayuntamiento donde el número de afiliados a la Seguridad Social en la construcción muestra uno de los mejores comportamientos: un 19% del total, en comparación con el 7,3% de la media gallega. Su alcalde, José Muíños, lo achaca a la revisión del PXOM de 1999 y al «temor» de los empresarios a que se reduzca el suelo urbanizable. «Se están haciendo más licencias de lo normal, la verdad es que sí, hay repunte» , concede el regidor popular, sabedor de que éste no suele ser un sector al que fiar asuntos como la recuperación demográfica. «Uno de cada tres vecinos está en edad de jubilación y el sector que podría fijar población sería la industria , pero muchas veces estos concellos no resultan atractivos para instalar polígonos», lamenta. Así que a falta de otro motor, bienvenido sea el ladrillo. « Es lo menos malo, por lo menos hay gente que está en el sector, pero es lo que hay, no tenemos otra salida ».
El pesimismo también se respira entre algunos portavoces sindicales. Plácido Valencia, de la federación sectorial de la CIG, ve un mayor movimiento de los agentes, pero no una clara tendencia hacia el crecimiento. Si acaso en la rehabilitación, «lo que hubo en esta crisis» , afirma. Y no es la única voz que señala su importancia durante los años más duros. En el futuro, añade, convivirán los dos modelos: « Habrá un cierto equilibrio entre la rehabilitación y la obra nueva, que se llevará la parte más grande ». Como en los buenos tiempos.
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