Política

El PSdeG reedita en los congresos provinciales la guerra Formoso-Caballero

El exsecretario general insiste en mostrar un perfil bajo mientras sus afines van tomando posiciones

Gonzalo Caballero, este luns en rueda de prensa en O Hórreo MIGUEL MUÑIZ
Pablo Pazos

Pablo Pazos

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La calma chicha que parece vivir el PSOE gallego bien puede ser la que precede a la tempestad. La inminente celebración de los cuatro congresos provinciales volverá a situar las espadas en todo lo alto y a enfrentar al sector oficialista, el del secretario general, Valentín González Formoso, con el del líder saliente, Gonzalo Caballero. Aunque sea por persona interpuesta, a través de los respectivos candidatos, se reeditará el pulso en el que el presidente de la Diputación de La Coruña dobló el brazo al todavía portavoz en O Hórreo. Unas primarias tensas a las que siguió un congreso santiagués agridulce, con escenas desagradables protagonizadas por el propio Caballero y sus adláteres. El exsecretario general se fue este lunes por la tangente cuando se le preguntó con insistencia si ha hablado en los últimos días con su sucesor en el cargo. «Soy un hombre de partido», repitió el mantra de las últimas semanas durante su comparecencia en el Parlamento.

Tampoco se mostró excesivamente prolijo al ser interrogado por la celebración de los congresos provinciales, más allá de desear «lo mejor» a quienes concurren y, al partido, «que acertemos entre todos». Sí aprovechó para sacar pecho al recordar que «mientras fui secretario general, el PSdeG, en la provincia de Pontevedra, consiguió crecer en todos los procesos electorales (...), mientras en otras provincias no conseguimos tener esos resultados tan altos », deslizó. Y es en esta provincia, la suya, donde se dirime el choque de mayor morbo de todo el proceso, al medir fuerzas el actual secretario general, David Regades, hombre de Abel Caballero (cuya mano derecha, Carmela Silva, es nueva presidenta del PSdeG con Formoso); y la ‘gonzalista’ Paloma Castro, diputada en el Parlamento gallego y responsable de justicia en la anterior ejecutiva autonómica. Castro y Regades entregaron ayer los avales para las primarias del 23 de enero -en primera vuelta; el congreso, el 11-12 de febrero-. Como tercero en discordia, Francisco Barreiro.

Un enfrentamiento con picante . En Pontevedra, pese a la neutralidad en público de Abel, Gonzalo obtuvo un 62% de los votos en las primarias del 30 de octubre, y en Vigo se fue al 79%. Pero quienes se ven las caras ahora son un afín al tío y una escudera del sobrino. Sobre la mesa, la incógnita de si será el regidor olívico quien, en cierto modo, le dé la ‘puntilla’ al exsecretario general del PSdeG.

Resto de congresos

En el tablero, otros tres escenarios . El primero, el congreso coruñés, a celebrar el 19 de febrero, y en el que Formoso aspira a ceder el testigo a uno de los suyos, Bernardo Fernández, alcalde de Pontedeume y portavoz socialista en la Diputación provincial. En las primarias del 30 de enero se verá las caras con otra mujer, otra diputada autonómica y otra ‘gonzalista’: Noa Díaz. Formoso tuvo un 70% de votos en su victoria sobre Caballero. En Lugo, que tiene fijado su congreso para el 20 de febrero y primarias también el 30 de enero, el apoyo al nuevo secretario general fue aún mayor, de prácticamente el 74%, tres de cada cuatro respaldos. En liza, ahora, otro peso pesado, el presidente de la Diputación y alcalde de Monforte, José Tomé, alineado con Formoso; y otro regidor, el de Castroverde, Xosé María Arias.

Finalmente, la situación de Orense (congreso el 27 de febrero, primarias el 23 de enero) es peculiar, porque aquí es un ‘gonzalista’, Rafael Rodríguez Villarino, quien busca retener su puesto frente a un afín a Formoso, Alfredo García, alcalde de Valdeorras y expresidente de la Fegamp. Caballero salió airoso en esta provincia en las primarias autonómicas, con un 54% de votos.

El exlíder insistió este lunes ante los medios en marcar perfil bajo. « No estoy en la política de si me ofrecen, o si me muevo o no sé qué . Tengo la vida profesionalmente orientada y laboralmente resuelta», repitió. «No vengo a la política a buscar un modo de vida, vengo a la política a servir», se reivindicó una vez más, en una rueda de prensa en la que se le notó quejoso por la acumulación de preguntas sobre futuro desde su derrota ante Formoso. Más aún, se despachó: « Percibo una campaña continua de cuestionamiento , incluso de que este diputado deba estar en el Parlamento de Galicia». «Tiene un perfil poco democrático», acusó.

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