Lucha interna en el PSdG

Las primarias suben de tono

Caballero acusa a Formoso de querer «derechizar» el PSOE y este le replica que el partido «no conecta» con la sociedad

Gonzalo Caballero durante la rueda de prensa del lunes en Santaigo EFE/LAVANDEIRA JR

José Luis Jiménez

Apenas cuatro días lleva en marcha la campaña de primarias que elegirán al próximo secretario xeral del PSdeG, pero ya se han convertido en un cruce de acusaciones entre los dos candidatos, el líder socialista a la reelección, Gonzalo Caballero, y el aspirante Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de La Coruña. Cualquier frase de uno es replicada por el otro en su siguiente acto, que eleva la apuesta y alimenta un círculo vicioso en el que el debate programático se ha aparcado.

Abrió fuego González Formoso el jueves reividicando su candidatura a la secretaría xeral para « recuperar el orgullo de ser socialista en Galcicia» y abandonar «la resignación» de tener que verse como último partido en el Parlamento, por detrás de un BNG al alza. La réplica vino de uno de los habituales voceros del líder socialista, Pablo Arangüena, que afirmó que «si alguno tuvo que recuperarlo es que nunca lo tuvo». Ayer mismo, Caballero reiteró esta idea: « Nunca lo perdí y nunca lo perderé ».

El siguiente dardo no ha sido discursivo sino ideológico. Caballero insinúa que su candidatura es la única realmente de izquierdas en el seno del socialismo gallego, porque su rival aboga por una derechización del partido , una aproximación del mismo al centro-izquierda, acusándolo de entenderse con el PP y de «pastelear» con Núñez Feijóo. «El proyecto que yo represento implica un claro compromiso por la izquierda» para «mantener una alternativa al PP sin connivencia ni pasteleo con Feijóo, quien tan mal está gobernando Galicia».

Conexión con la sociedad

La réplica de Formoso vino el domingo desde la Mariña Lucense: si Galicia se «derechiza» es porque el PSdeG no es capaz de impedir las victorias del PP de Feijóo . «El proyecto para Galicia no conecta con la sociedad», mientras que el que encarna Pedro Sánchez «ganó las elecciones» en la Comunidad en 2019 y en las municipales se lograron «111 alcaldías y tres de cuatro diputaciones». Esta es una de las ideas fuerza de la candidatura alternativa: cuando el candidato es otro, el PSOE consigue buenos resultados hasta el punto de alcanzar el hito de ser primera fuerza en Galicia por delante del PP; cuando el cabeza de cartel es Caballero, la marca se desploma.

Pero los resultados de unas elecciones pueden leerse de muchas maneras. Caballero ayer señaló que la provincia con peores resultados en las pasadas autonómicas fue, precisamente, La Coruña, donde Formoso es secretario provincial. «Quien tiene que explicar la situación es quién quiere dirigir el partido», afirmó durante su habitual comparecencia de los lunes en el Parlamento ante los periodistas. En Pontevedra y Orense, contrapuso, el partido subió -cuatro y dos puntos, respectivamente-, aunque eso no se tradujo en ganancia de escaños; el BNG subió seis . Algo inédito: el candidato adjudica a otros la responsabilidad por sus resultados, una lectura hasta ahora inédita de lo acontecido el 20-J.

González Formoso el lunes no quiso entrar al trapo. Se limitó a afirmar que el socialismo no solo «se predica» sino que también «se aplica» desde las distintas responsabilidades institucionales, como los concellos de Betanzos y Gondomar -cuyas agrupaciones locales visitó- o la Diputación de Pontevedra, gestión que puso en valor. La provincia pontevedresa es una de las piedras de toque de estas primarias, dado que sus principales referentes, como Abel Caballero o Carmela Silva, parecen guardar una aparente neutralidad , como si la elección de líder no fuera con ellos. Es el terreno del candidato a la reelección, a pesar de sus enfrentamientos pasados con el alcalde de Vigo y sus más estrechos colaboradores.

Mientras Caballero proclama su visión «ecologista, federalista, feminista y galeguista», Formoso subraya la base «municipalista» de su propuesta, de la que él mismo sale, en su condición de alcalde de As Pontes. Nada hace pensar que el intercambio de mensajes públicos entre uno y otro vaya a cesar en los próximos días, aunque habrá una obligada tregua, dada la presencia de ambos en el congreso federal que el PSOE celebra este fin de semana en Valencia. Todos se unirán ahí en torno a la figura de Pedro Sánchez, ese que Caballero recuerda siempre que puede cómo «me llamó en la noche electoral para reconocer mi trabajo y animarme a seguir liderando el partido». Ese ánimo no se ha traducido en un respaldo público de Ferraz, que guarda silencio a la espera de la evolución de los acontecimientos.

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