ECONOMÍA
Los precios de la energía empiezan a parar la pesca y la industria gallega
Los sectores afectados demandan al Gobierno medidas para intervenir un mercado que se ha desbocado tras la invasión de las tropas rusas a Ucrania
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Ha empezado como un goteo, pero amenaza con generalizarse. El estallido de la guerra en Ucrania ha llevado a los precios de los combustibles y de la electricidad a niveles sin precedentes. Los grandes consumidores empiezan a parar máquinas, dado que los costes son mayores de lo que supone la venta de sus productos. A lo largo de la semana se han sucedido los anuncios. Las metalúrgicas de Megasa o Xeal (antigua ferroatlántica) apagaron sus hornos . Parte de la flota de O Celeiro y de Vigo se quedó en puerto y los transportistas empezaron también a dejar camiones aparcados. Los sectores afectados demandan una intervención de los precios para frenar la subida.
Los 132 trabajadores de Megasa llevaban desde el pasado mes de noviembre trabajando fundamentalmente por las noches. La factoría que produce acero corrugado trata de sortear desde hace tiempo los elevados costes de la electricidad adaptando su horario a las horas en que la energía es más barata. Según los datos de la patronal de las electrointensivas (AEGE), esta semana el megavatio hora se pagó a más de 362 euros. «La subida de la corriente fue tan elevada que no son capaces de vender el producto con un incremento que permita cubrir los costes», explica Carlos Bascoy, presidente del comité de empresa. La fundición, donde la chatarra se convierte en acero, es la parte de la factoría que más electricidad utiliza. Lleva parada desde el día 4 y seguirá así al menos hasta el 1 de abril . Allí trabajan unas 50 personas que han aceptado coger vacaciones adelantadas. El resto de empleados tiene faena para al menos quince días. Queda algo de stock de acero para convertirlo en corrugado, las barras utilizadas para la construcción con hormigón. Pero si los hornos no se encienden pronto también tendrán que parar. «No se descarta que a la vuelta el día 1 haya que tomar otras medidas», indica Bascoy. El ERTE parece la más probable.
La factoría de Xeal en Cee también se ha apagado . «La empresa no nos comunicó nada, entendemos que es por el precio de la energía», explica Alfonso Mouzo, secretario del comité de empresa. En la Costa da Morte, la compañía posee dos centros de trabajo en Dumbría y en Cee; el primero sigue funcionando, pero el segundo está totalmente paralizado después de que se apagase el único horno que hasta ahora se mantenía operativo. Los trabajadores denuncian, sin embargo, que pese a ser una electrointensiva los elevados precios eléctricos no deberían de frenar la producción. «Tenemos unas concesiones hidroeléctricas que precisamente están hechas para alimentar a las fábricas de ferroaleaciones», recuerda Mouzo. El comité cree que la empresa está aprovechando el contexto alcista de los precios para hacer negocio vendiendo a la red su producción eléctrica a costa de las fábricas. «Es un negocio redondo. No consumo en las plantas y vendo el megavatio a 500 euros. El beneficio que pueden estar teniendo es una auténtica animalada», denuncia Mouzo. Desde la llegada de los nuevos propietarios en agosto de 2019 las fábricas se han ido parando. «Éramos 293 trabajadores fijos y todos los años se contrataba a 80 eventuales. Ahora somos 260 fijos y nunca se ha vuelto a contratar a los eventuales», denuncia el presidente del comité de empresa, muy crítico con el cambio de manos de la compañía.
En los puertos gallegos el alza del gasoil también está empezando a dejar amarrados los barcos de pesca. «A principios del año 21 el litro se pagaba a 0,36 céntimos y esta semana llegó a 1,20», ejemplifica Basilio Otero, patrón mayor de Burela y presidente de la Federación Nacional de Cofradías. Buena parte de la flota en O Celeiro se quedó ya en puerto esta semana. También desde Vigo, la Cooperativa de Armadores aseguraba que sectores como el palangre ya han advertido que no podrán seguir ejerciendo la actividad pesquera. Los que ahora están en el mar, no volverán a partir a faenar una vez que regresen. «El gasóleo es un gasto importante en una embarcación. Ahora mismo están yendo al mar pagando en vez que cobrando. Son más los gastos que los ingresos», explica Otero. Uno de los barcos que más consumen son los arrastreros. Cada día necesitan unos 2.000 litros. A principios del año pasado les suponía un gasto de 720 euros diarios. Esta semana, con el gasóleo a 1,2 euros el litro, la factura se elevó hasta los 2.400 euros.
El sector teme que el paro pueda llegar a ser total y que los mercados sufran desabastecimiento de pescado . «Estoy convencido, si el ministro de Pesca no sale pronto a anunciar alguna medida, estoy seguro de que va a parar todo el mundo», apunta el presidente de la Federación de Cofradías. Tanto esta organización como Confederación Española de Pesca urgen una reunión con Luis Planas para abordar el asunto . «Pedimos una reunión que ni nos dio, ni sabemos si nos va a dar», censura Otero. El sector demanda que se rebajen cotas de la seguridad social y otro tipos de tasas como las portuarias para poder reducir costes. «Ahora mismo estamos totalmente desamparados», indica el patrón mayor de Burela.
El pasado sábado las cofradías gallegas mantuvieron una reunión para decidir los pasos a seguir de manera conjunta. Por el momento optan por darle un margen de una semana a Luis Planas para ver si los recibe. El próximo martes tienen una cita con la secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, pero insisten en que quieren hablar con el ministro. «Si no es así el lunes 21 se tomarán medidas», indica Otero. La más probable será el paro de la flota pesquera . Pese a que el gasóleo se rebajó hasta los 90-102 céntimos hacia el final de la semana, los precios siguen siendo «inviables» para poder salir a faenar. Otero alerta de que si no se soluciona el problema no habrá pescado. «Hasta ahora las carencias de la flota de aquí se suplían con la importación. Pero el problema ahora es global. La flota pesquera italiana ya está parada», explica.
El sector del transporte de mercancías sufre ya de doble manera la crisis. De él dependen unas 25.000 familias en Galicia. «Hay muchas empresas que están parando porque sus clientes no generan mercancía al parar la producción», indica Carlos García, secretario de la Federación Gallega de Transporte de Mercancías (Fegatramer). «Los que siguen trabajando no pueden trasladar a su cliente los elevados costes del gasóleo porque los consumidores no podrían pagar los productos», recalca. García explica que aunque todavía no se han producido paradas masivas, muchas son las empresas que han decidido dejar alguno de sus camiones aparcados para reducir costes y minimizar las pérdidas. No las descarta tampoco en el futuro.
Los sectores afectados por el alza de la energía coinciden en señalar que hay que intervenir el mercado . «Hay que desvincular ya la electricidad del gas», reivindica García. «Ucrania fue la puntilla, pero la escalada de precios se inició ya en noviembre. Es necesario intervenir el sistema de fijación de precios», coincide Bascoy desde Megasa.
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