Plan de desescalada

El sector de las bodas en Galicia, ante la encrucijada

Los principales restauradores y organizadores confian en recuperar la normalidad con la desescalada mientras un grupo defiende que la mejor opción es cancelar eventos este año y retrasarlos a 2021

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Los novios jugando en una playa en una imagen de archivo EFE/JAVIER ETXEZARRETA

Estefanía D. Carruébano y José Luis Jiménez

El sector nupcial gallego es uno de los que más está sufriendo los efectos del estado de alarma y de las medidas de seguridad e higiene que se deben tomar para evitar contagios. Los primeros inmersos en un mar de dudas son los novios que estos días deben tomar la decisión de mantener sus enlaces para este año o esperar hasta que amaine la crisis sanitaria, en un horizonte indefinido. El sector, que no está constituido como tal a través de una asociación que lo represente en su heterogeneidad —organizadores, restauradores, fotógrafos, floristas o maquilladoras—, acoge una disparidad de voces, aunque son mayoría los que defienden que la desescalada debe aportar las certezas suficientes como para mantener los compromisos previstos y apuestan por celebrar eventos nupciales este año.

Es la visión del cocinero Pepe Solla, propietario de Casa Solla y portavoz de los restauradores de Grupo Nove, que en conversación con ABC ha querido aclarar que «el sector de bodas como tal no existe, hay un sector de hostelería y restauración y es el mismo para todos». «Creo que lo primero que hay que hacer es adaptarse a las condiciones e intentar volver a la normalidad», ha manifestado , «todos tenemos que adaptarnos a esto, tenemos que trabajar y pelear y poner nuestros esfuerzos en poner en marcha estas condiciones higiénico-sanitarias para que todo se reestablezca a la velocidad que sea acorde». «Todos queremos que sea cuanto antes», ha sentenciado.

El cocinero gallego ha querido «reforzar el compromiso que yo tengo con mis clientes: muchos quieren casarse y nosotros tenemos que cumplir» . «Todo nuestro esfuerzo irá en adaptar nuestros locales y nuestras formas de trabajo», ha insistido Solla, que previamente había contactado «con gente potente, como es el caso de Finca Montesqueiro o Pepe Vieira», para fijar una postura abiertamente favorable a celebrar eventos nupciales este mismo año.

«Mantenemos bodas activas para este año, queremos tratar las cosas con calma , queremos actuar sobre la marcha porque las parejas continúan con la misma ilusión, queremos ir actuando sobre los pasos que hay que ir dando y se nos permiten, pero siempre desde la tranquilidad», ha confirmado a ABC Alba Díaz, organizadora de enlaces con amplia experiencia en la Comunidad.

Asociación no representativa

En el extremo contrario se sitúan miembros y trabajadores en la organización y gestión de bodas , que se han unido en una asociación para «ayudar a salvar el día más importante de una pareja», tal y como refieren en un comunicado enviado a los medios y que generó un fuerte malestar entre otros representantes del sector —que así se lo hicieron saber a este periódico—, por entender que este grupo no es representativo del conjunto del mismo. «No pueden erigirse en portavoces de un sector porque no hay» , replica Solla.

La solución que proponen es «la prohibición por parte del Gobierno de estos eventos», solicita Malala Domínguez , dueña de una finca donde se realizan enlaces. «Hay que entender que nosotros no entendemos de medias tintas», admite para este diario María José Jiménez , también perteneciente al colectivo. «Los novios no quieren bodas con restricciones, ni mesas con mamparas: quieren su boda normal, por eso muchas parejas están aplazando su enlace a 2021», apunta Domínguez. «La bodas de solo ceremonia o con pocos invitados podrían hacerse, entendemos, pero el resto es imposible», asume.

«A nosotros lo que nos importa es la seguridad de los novios y de todos los invitados; no queremos ser un foco de infección », asegura Domínguez. «Por eso, solicitamos que no haya bodas, porque de no ser así, si las parejas anulan sus bodas, tendríamos que cobrarles la fianza porque podrían hacerla, solo que con restricciones», refleja con pesadumbrez. Jimenez, por su parte, cree que hay que hacer matizaciones a esta decisión: «Hay que entender que se trata de una situación extraordinaria en la que consideramos que se están pasando momentos económicos difíciles : si se pospone, nosotros no cobraríamos nada a esa pareja, aunque habría que estudiar cada caso», sostiene.

Otro de los problemas que ven en su sector con respecto al «plan de desescalada» es que no hay unas medidas concretas: « No podemos avisar a los novios con un día de antelación porque no tienen margen de maniobra , hay que saber los protocolos y el aforo permitido con más tiempo», asumen desde la asociación. «Nosotros estamos dispuestos a trabajar, pero en las mejores condiciones posibles», apunta el DJ de eventos Carlos Lorente. Sin embargo, teme que el conocido como « intrusismo laboral » empañe su trabajo: «Queremos que se nos valore, no podemos permitir que nosotros no hagamos algo por seguridad pero haya quien sí», expone.

«La boda no es solo la ceremonia civil o católica: es todo, desde el banquete hasta los aperitivos. No podemos permitir que se hagan bodas a medias », reiteran una y otra vez desde este grupo. Por ello, ante la situación, confirman de nuevo su compromiso con la prohibición de las celebraciones. « Solicitamos que se continúe con las ayudas para que podamos sobrevivir durante este 2020 », refleja Domínguez. Entre estas ayudas económicas, solicitan la continuidad de los ERTE y la moratoria o suspensión de los impuestos durante la inoperatividad forzosa del sector. Además, también solicitan al Gobierno varias subvenciones y ayudas específicas para el sector nupcial porque, entienden, «no podemos permitir que caigamos en el olvido », teme Lorente.

«Si esos restaurantes están decididos a cerrar me parece muy bien pero debería hablarse siempre en estos términos», contesta Solla , «Lo que no puedo pensar ahora es que si no nos va bien no abramos y que el Gobierno me subvencione porque no lo creo coherente». En su opinión, «lo que pido le pido al Gobierno es que me ayude durante el tiempo que me obliga a tener limitaciones, pero luego estamos en el mercado y tengo que pelearme con mi empresa, como lo he hecho siempre. Yo reclamé que hasta que nos dejen abrir al 100% haya ayudas a nivel laboral, pero sé que tengo que defender a mis trabajadores y a mi empresa. Pero, evidentemente, yo no puedo decirle a nadie que abra o que no abra».

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