La pesadilla de un hombre obligado a practicar una felación a sus atracadores: «Si gritas, te apuñalo»

«Me dijo que me lo clavaría si gritaba o hacía alguna cosa, que no tenía nada que perder...». Fue lo que un hombre declaró en 2017 al denunciar la agresión física y sexual a la que había sido sometido por dos atracadores en Orense, quienes además de golpearle y robarle le obligaron a que practcara una felación a uno de ellos . La Fiscalía provincial pide para ellos 11 años y seis meses de prisión por tres delitos (uno de agresión sexual, otro de robo con violencia y un tercero de lesiones) en el juicio en su contra que será celebrado esta próxima semana en la Audiencia Provincial de Orense.

Los hechos, que ocurrieron en enero de hace tres años, tuvieron lugar cuando los dos atracadores, de origen marroquí y rumano, respectívamente, acordaron una cita con la víctima para que les vendiese un teléfono móvil . Tras quedar con él en el coche de uno de ellos, lo condujeron hasta el complejo deportivo de Oira, en Orense. Una vez allí, según el relato del agredido –que también era de origen marroquí– uno de los acusados le amenazó poniéndole un cuchillo en el abdomen y diciéndole «se lo clavaría si gritaba o hacía alguna cosa, que no tenía nada que perder». Acto seguido, le obligaron con bofetadas y puñetazos a entregarles todo lo que llevaba encima. En total, le robaron 96 euros en efectivo, dos tarjetas bancarias y un teléfono móvil, entre otros enseres.

Pero lejos de tocar a su fin, la peor parte de la pesadilla estaba aún por llegar. Tras cachearlo, le obligaron a desnudarse y a practicarle una felación al acusado que portaba el cuchillo, quien en cierto momento, además, le introdujo los dedos por el ano , según concluye el escrito de la Fiscalía. «Culminada la acción, lo dejaron marchar advirtiéndole de que no denunciara estos hechos porque de lo contrario le quitarían la vida», apunta el documento.

Aunque la víctima hizo caso omiso y se dirigió esa misma noche a comisaría para interponer la correspondiente denuncia, a mitad del relato se marchó a casa «a buscar el DNI», tras lo cual no regresó hasta cinco días más tarde. En ese tiempo, los procesados le devolvieron a través de una tercera persona y en un establecimiento de ocio las tarjetas y el teléfono sustraído. Finalmente, el agredido, quien requirió de asistencia facultativa para el tratamiento de sus lesiones, terminó por renunciar al ejercicio de acciones penales y civiles y solicitó el archivo de las actuaciones.

Además de la pena de cárcel, la Fiscalía solicita para los acusados una multa de seis euros diarios durante dos meses y una orden de alejamiento por un plazo de diez años.