El infierno de una mujer a la que su ex intentó matar junto a su hijo haciendo explotar su vivienda

Con Galicia conmocionada aún por lo que apunta a ser un nuevo caso de violencia de género , ocurrido este fin de semana en la ciudad de Lugo, la provincia acoge a partir del próximo miércoles un juicio (Audiencia Provincial, sección 2ª) a un individuo que convirtió la vida de su expareja, residente en Foz, en un infierno como venganza por la ruptura de la relación que habían mantenido. Hasta tal punto que planeó incluso su muerte y la de su hijo menor, sin lograr salirse con la suya . La Fiscalía demanda treinta años de prisión para este sujeto, al que acusa de los delitos de asesinato en grado de tentativa, robo, quebrantamiento de medida cautelar y daños.

Los hechos se remontan al año 2016, cuando, según se recoge en el escrito de la Fiscalía, el acusado, que se negaba a aceptar el final de su relación sentimental , inició una actitud «controladora» hacia la mujer : pasaba frente al colegio donde trabajaba, se dirigía a ella en la calle, a pesar de que ella le solicitaba que no lo hiciera. Acompañada siempre por una compañera, alteró sus rutinas -no llevaba su coche al trabajo para despistar a su expareja- hasta que no pudo más y acudió a la Guardia Civil. Al hombre se le impuso una orden de alejamiento , con prohibición asimismo de comunicarse por cualquier vía, pero esto no le frenó.

Siguió contactando en varias ocasiones con la víctima y acudiendo al bar donde trabajaba. Intimidaba a la mujer, con manifestaciones que evidenciaban por un lado que se negaba a aceptar la ruptura, y por otro, con amenazas hacia su integridad física. Le decía «que como lo iba dejar, que a ella no la iba a querer nadie, que era una vieja, menopáusica, para dónde iba ir, que no sabía hablar , que era una ignorante, que nunca había salido de Foz», recoge la Fiscalía. Y además: «Que iba a prenderle fuego a la casa con ella y con su hijo ». Todo esto con el niño, menor de edad, presente.

Quebrantada la orden de alejamiento, en marzo de 2017 fue condenado a 8 meses de prisión. Tampoco ahí se detuvo. La escalada llegó a su punto álgido en marzo de 2018. Pasada la medianoche del día 30, ausentes la mujer y su hijo de la vivienda, el acusado rompe el cristal de la puerta del portal y accede al domicilio de su expareja. Una vez allí, causa varios desperfectos : rompe el cristal de una foto, desmonta el cajón de un armario, rompe un televisor, y se apodera de diversos objetos de valor.

Por último, «con ánimo de acabar con la vida» de la mujer «y de su hijo menor de edad», lleva adelante su amenaza: abre los cuatro fogones de la cocina de gas y las bombonas de butano de gas, el calentador y la estufa de gas . Pero no logra su objetivo. La mujer regresa sobre las 1.45 y percibe el fuerte olor. Avisa a una amiga y alertan a la Guardia Civil. Con el auxilio de una patrulla logran cerrar todos los escapes.

Mientras ella espera la llegada del Instituto Armado en el exterior de la vivienda, el sujeto regresa a pesar de la orden de alejamiento y de comunicarse y la increpa de forma grosera y violenta . Ese mismo día queda detenido y el siguiente queda en prisión provisional, mantenida en abril de 2018.