ENTREVISTA | CONSEJERO DELEGADO DE FERROGLOBE
Pedro Larrea: «El tiempo se nos está agotando, todos tenemos que buscar soluciones»
Ferroatlántica ofrece 200 millones en inversiones a cambio de la venta de sus centrales de la Costa da Morte. Los trabajadores, movilizados, le dan la espalda a la operación que debe refrendar la Xunta
![Pedro Larrea, presidente de Ferroatlántica y consejero delegado de Ferroglobe](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2017/02/20/pedro-larrea-ferroatlantica-kCmF--620x349@abc.jpg)
Ferroatlántica tiene dos vertientes en la Costa da Morte: la energética y la industrial. La compañía, con su consejero delegado Pedro Larrea a la cabeza, ya tiene un acuerdo para vender la primera. Los trabajadores defienden que, sin la una, no existirá la otra. Aunque para Larrea eso ya no tiene sentido, ofrece un plan de inversiones de 200 millones para compensar la cesión de las centrales hidroeléctricas, una operación que tiene que refrendar la Xunta. A esta síntesis le sigue una comarca, puesta en pie, como testaferros de su bienestar económico.
—¿Cómo puede asegurar Ferroatlántica que no efectuará durante siete años un solo despido en sus instalaciones de la Costa da Morte?
—Los mecanismos de garantía los estamos estudiando. En mis conversaciones con el comité de empresa de Cee-Dumbría y de otras fábricas, lo que he dicho es que vamos a firmar lo que sea necesario para dar una garantía de empleo. Por ese lado, no tiene que haber preocupación de nadie. La forma que vincule a la empresa se va a encontrar.
«Si el plan sale adelante, es una victoria para todos. Nadie tiene que pensar que ha salido derrotado»
—Entiendo que todavía no se ha encontrado.
—Nosotros tenemos alternativas absolutamente blindadas que tienen que ver, a veces, con poner el dinero por delante. Lo que tenemos que asegurar es que todo el mundo está tranquilo con ellas. Si no, añadiremos otras. Lo que no quiero hoy es establecer públicamente cuáles son, porque al final igual alguien dice que tienen que ser mayores. El mensaje muy claro es que llegaremos a dar todas las garantías. Si las centrales no se llegan a vender, ¿las factorías corren peligro de cierre? No, en ningún escenario. En la perspectiva de que sí se venden, estoy seguro de que no solo no van a cerrar, sino que van a recibir inversiones. En un escenario en el no se vendan, sin duda van a estar en una situación de austeridad en cuanto a gastos e inversiones.
—Esa pérdida de recursos para invertir en la factoría de Cee, ¿podría llevar consigo despidos?
—No lo sé. No es que sea una reducción de recursos para la fábrica de Cee, sino para la empresa en general. A cada uno le tocará su parte alícuota. Si no hay crecimiento en la fábrica, desde luego supondrá por parte de la empresa la búsqueda de la competitividad, como siempre ha sido. Si eso supone reducción de plantilla, habrá reducción de plantilla.
—¿Cuáles fueron los principales obstáculos que usted detectó en la pasada reunión para que se desencadenara esta situación?
—Es muy importante que vayamos aclarando los aspectos objetivos. La empresa está haciendo todo lo posible por ponerlos encima de la mesa de manera clara y transparente. Y luego hay opiniones que entiendo muy bien y tienen raíces históricas en la Costa da Morte. Percepciones que entiendo que hay que trabajar.
—Le he leído que la convocatoria de una huelga supondría un fracaso para todos. Hay una prevista el próximo 10 de marzo. ¿Qué autocrítica hace la compañía?
—Creo que mostramos una absoluta disposición al diálogo. La reunión del otro día fue un avance importante. Lo que ocurre es que ellos ya habían aprobado una convocatoria de una huelga y siguieron esa línea. Es una pena. Espero que tengan sentido de la responsabilidad y saber que la huelga, si tiene efectos en la producción, sí es un riesgo para la fábrica.
—¿Pero cree que han hecho algo mal, que quizás falló la comunicación?
—Todo es mejorable. En privado, hemos recibido críticas y las acepto. Prefiero no mirar hacia atrás para mejorar en las próximos días y semanas.
«Llegaremos a dar todas las garantías para asegurar el empleo; firmaremos lo que sea»
—Hay trabajadores que desconfían de las inversiones previstas. Algunas les suenan a una cantinela ya prometida, ¿qué ha cambiado hoy para que puedan confiar?
—Dos cosas. Si comprometemos una serie de inversiones, es que la voluntad existe. Yo ahí les pediría a los representantes de los trabajadores que no tomen como postura por defecto la desconfianza. En la segunda parte, le dije al comité de empresa: «Yo estoy dispuesto a firmar todos los documentos para que no sea necesaria la confianza».
—¿Por qué es necesaria la venta de las centrales para efectuar, al menos, una parte de las inversiones?
—Como cualquier empresa, los recursos son limitados. Lo primero es pagar salarios, proveedores… Y después piensas en cuánto me queda para invertir. Dada la situación actual de la empresa, lo que se puede invertir en un escenario es muy poco. En el otro, mucho más.
—Se lo pregunto porque otra de las dudas es si lo recaudado por la venta de las eléctricas se destinará al pago de la deuda de Ferroatlántica.
—Es que, al final, cualquier empresa lo que tiene son recursos. Uno no puede separar. No entiendo muy bien ese argumento. Estamos poniendo encima de la mesa un plan que supera la cuantía de la venta de las centrales.
—¿Por qué se ha cerrado un acuerdo de venta antes de saber si tendrían la autorización para llevarla a cabo?
—Es normal. No tendría necesidad de pedir la autorización si no pensara que voy a vender las centrales. Es un proceso que, desde el punto de vista de concepción, se produce en paralelo.
—Fluye en paralelo, dice, pero todavía no han presentado la solicitud formal ante la Xunta.
—No, fluye en paralelo en cuanto a su concepción. He intentado ser preciso con esto. Lo que sí hemos hecho en paralelo es cerrar la venta e ir poniendo las bases para presentar la solicitud.
—Hablan de que el plan es de interés público, ¿por qué creen que la Xunta todavía no se ha pronunciado a favor?
—No hemos presentado ninguna solicitud, por tanto la Xunta desde su posición administrativa no se puede pronunciar. Me parece lógico que no se pronuncie.
—¿La presentarán en breve?
—La presentaremos cuando creamos que estamos preparados.
—El veto a la segregación está garantizado por la jurisprudencia, ¿por qué debería eliminarse?
—Hoy, la vinculación entre la actividad eléctrica y la actividad metalúrgica no existe. Eso lo sabe todo el mundo. Es absurdo pensar que las centrales hidráulicas son un apoyo que garantiza la supervivencia de la fábrica. En el año 1992, por parte del comité de empresa se expresaba que las centrales aportaban 32 millones y las fábricas perdían 12. En ese momento, eso podía tener sentido. Además, la vinculación no puede existir; la regulación eléctrica lo dice. Nuestra visión de la regulación actual es que casi lo obliga.
—¿El tiempo se está agotando?
—El tiempo se está agotando. Todos tenemos que hacer un acto de responsabilidad para avanzar en buscar soluciones.
—¿Cuánto tiempo se dan?
—Son semanas y no meses.
—Haciendo un ejercicio hipotético, ¿qué final le ve a esta historia?
—Estoy convencido de que todos va a entender que proponemos un plan excepcional. Creo que debemos ser la única empresa que ofrece un incremento de plantilla del 40 por ciento. Llevarlo a cabo es una victoria para todos y aquí nadie tiene que pensar que ha salido derrotado.
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