ANA NÚÑEZ, PSICÓLOGA

«En los naufragios el duelo es complicado, hay más angustia sin un cuerpo que velar»

Un equipo de 39 profesionales está alertado para atender a los familiares de los marineros del Villa de Pitanxo

El mal tiempo, con olas de siete metros, complica el rescate de la tripulación del Villa de Pitanxo en Terranova

Ochenta marineros muertos y cinco desaparecidos en trece grandes naufragios desde 1991

Familiares de las víctimas del pesquero Villa de Pitanxo, hundido en aguas de Terranova EFE

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Tras conocerse el naufragio del pesquero Villa de Pitanxo en Terranova, un equipo de 39 psicólogos se ha puesto en situación de alerta p ara acompañar a los familiares de los marineros muertos o desaparecidos. Coordinado por Ana Núñez ofrecerá atención durante varios días a aquellos allegados que la soliciten tanto en sus domicilios como en el punto de información del puerto de Marín. «En los naufragios los procesos de duelo pueden ser complicados, hay más angustia sin un cuerpo que velar», explica la psicóloga.

Varias parejas de profesionales se han desplazado ya a las casas de algunos de los afectados por la peor tragedia en el mar de los últimos años. «Lo que más necesitan ahora es información de lo que ha sido de sus familiares. La incertidumbre es lo que peor se lleva», indica Núñez, coordinadora del grupo de intervención psicológica en catástrofes y emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia. «Ahora están en una fase de total ambivalencia, sus pensamientos oscilan desde que aparezca, que me digan que lo encontraron con vida en una lancha, a ese momento de desesperación en la que dicen son muchas horas, hace mucho frío, la probabilidad de supervivencia es muy baja», indica. En estos primeros momentos el equipo trata de evitar que el shock inicial «no anule» a los familiares de las víctimas.

Enseñar a los familiares a enfrentar el duelo

«A veces se olvidan de la medicación que tienen que tomar, de comer o de que tienen que descansar , de que no pueden estar 24 horas pegados al teléfono esperando noticias», explica. El equipo de psicólogos trata de que no se descuiden un poco a sí mismos y también de prepararlos para lo que puede suceder a continuación, para cómo enfrentar el duelo.

«Les damos información sobre cómo se pueden despedir de esa persona, asesoramiento si hay niños en la familia y les recomendamos que las decisiones importantes -como vestir a las víctimas para el entierro, si se va a incinerar el cuerpo, que se hace con sus pertenencias...- no las deleguen», relata Núñez. «Es importante que les demos ese derecho a tomar decisiones para que después no se queden en un duelo que se complique por haber tomado decisiones a correr», explica.

En caso de que haya niños, los psicólogos recomiendan hablar del tema. Los más pequeños, afirma Núñez, todavía no tienen claro el concepto de la muerte como algo irreversible. «Pese a que todavía no lo entienden, no quiere decir que no tengamos que ir hablándoles de la muerte, ir dándoles cierta información adaptada a su edad y que después con el tiempo sean ellos los que nos pregunten por sus dudas», recomienda. A partir de los 10-12 años, la psicóloga considera que deben ser los propios menores los que decidan si quieren asistir o no al tanatorio o al funeral.

No ver el cuerpo incrementa la angustia

El equipo de intervención psicológica para catástrofes y emergencias suele acompañar a los familiares de las víctimas hasta el momento del funeral, que en el caso del Villa de Pitanxo puede tardar en llegar. Núñez explica que en un primer momento los allegados entran en una fase de shock en la que les cuesta creer lo que está pasando. Esta fase suele concluir «cuando llega el cuerpo y lo ven». Pero en el caso de los naufragios este momento puede que no se produzca nunca incrementándose la angustia . Después llega el «dolor del duelo» con muchas lágrimas y mucha tristeza.

Pero también con otros sentimientos como la ira y la rabia contra todo. «Es muy habitual que aparezcan pensamientos del tipo, '¿por qué te subiste a ese barco?¿por qué no dejaste esa profesión?', explica la psicóloga. Por último llega la aceptación y el proceso de aprendizaje para poder convivir con el dolor que deja la muerte de un ser querido.

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