Investigación

El lotero en entredicho, giro inesperado en el caso del boleto sin dueño premiado con 4,7 millones

El responsable de la administración de Lotería pide justificar su versión ante el juez. Los investigadores le apuntan ahora como autor de un presunto ardid para engañar al legítimo propietario

Manuel Reija, en la puerta de su administración, en una imagen de archivo ABC

ABC

«He pedido declarar voluntariamente en el juzgado, no tengo más que decir» . Manuel Reija, responsable de la administración de lotería de La Coruña en la que, presuntamente, se localizó hace ya seis años un boleto de la Primitiva premiado con 4,7 millones de euros, ha solicitado exponer ante el juez su versión de los hechos tras el giro en la investigación que le apunta como autor de un posible ardid para engañar al legítimo propietario del premio.

Reija ha declinado hacer más declaraciones en torno a las conclusiones del citado informe policial. El caso se remonta seis años atrás, al sorteo del 30 de junio de 2012. El 3 de julio el lotero se puso en contacto con la delegación provincial de Loterías para hacer entrega del boleto premiado, explicando que había encontrado el resguardo olvidado en el mostrador de su administración. A partir de ahí, arrancó una búsqueda infructuosa del legítimo propietario en la que hasta seis personas se presentaron como reclamantes. En junio, la juez encargada del procedimiento decretó que la custodia del boleto pasase a manos del lotero , si bien, el caso ha tomado un curso inesperado a la vista del informe policial que ahora, y tras el análisis de los movimientos registrados en la terminal de la administración de Manuel Reija, apunta a un posible engaño .

El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, confirmó este jueves la práctica de diligencias y actuaciones por parte de la Policía Nacional, a requerimiento judicial. El proceso se encuentra bajo secreto de sumario, pero ha trascendido que el informe de los investigadores contradice la versión inicial ofrecida por Reija : el dueño del premio, sostienen, habría acudido el 2 de julio a la administración de la plaza de San Agustín para comprobar junto a otras tres apuestas el resguardo premiado. El lotero habría comprobado los cuatro boletos, ocultado el premio mayor, y abonado otro de pequeña cuantía.

«Me dirigía hacia la puerta cuando vi un boleto en el mostrador. Habitualmente suelo tirar todos los que me encuentro, pero éste me sorprendió, porque estaba muy bien conservado, como planchado. Por curiosidad, lo metí en la máquina para comprobarlo. Cuando apareció en la pantalla que estaba premiado, me fallaron las piernas. Mi cara debió de ser un poema. Lo comprobé una, dos, tres veces antes de darme cuenta de lo que tenía en las manos », contó en su día Manuel Reija a ABC.

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