Letra pequeña

Desvelado el misterio de los Presupuestos Generales del Estado para 2017. Y salvo al PP, no le gustan a nadie en Galicia . Resulta llamativo que a quien sí le entusiasmen sea al presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, que los pone como ejemplo de trato preferente frente a la escasa inversión que —a su juicio— recibe su Comunidad. Nunca se presupuesta a gusto de todos.

Las cifras de Fomento serán buenas o malas en función de una doble variable: que se doten partidas que permitan realizar inversiones efectivas, y que estas después se ejecuten. Parece una obviedad, pero hubo un tiempo en que el BNG apoyaba a Zapatero en el Congreso por una enmienda que recogía el AVE al puerto exterior de Ferrol. Nunca se ejecutó. Pero fue vendido como la demostración de que se educaba a Madrid en el respeto a Galicia.

Qué tiempos aquellos. ¿Recuerdan cuando el PSOE y el BNG sacaban pecho por haber doblegado a Pedro Solbes y Magdalena Álvarez al incluir una inversión territorializada en Galicia del 8%? Para Touriño, soberbio presidente, esa cifra era un éxito sin igual porque el peso poblacional de Galicia apenas llegaba al 6% del total estatal. Llegar a esa mágica cifra del 8% era una conquista histórica.

En los PGE conocidos ayer, Galicia recibe sobre el papel el 10,8% de la inversión territorializable, 924 millones de euros. Pero para el BNG es una «bofetada en el rostro» de los gallegos, para el PSOE una «tomadura de pelo» y según la Marea «son para indignarse». ¿Qué dirían entonces de la época de ZP? Los datos objetivos son otros. La economía gallega es el 5,2% del total español (PIB), la población no llega al 6% del conjunto del país; sin embargo la inversión supera el 10% y se garantiza el AVE. ¿Qué más se puede pedir?