Meteorología

Julio termina sin lluvias en Santiago: hacía 39 años que esto no sucedía

El hecho es anecdótico, pero como julio suele ser el mes más seco, no supone una preocupación importante, según aclaran los expertos

Catedral de Santiago MIGUEL MUÑIZ

Ántar Vidal

Muchas veces la fama no hace justicia a la realidad. Si hay algo que caracterice casi tanto a Santiago como su Catedral, el Camino o la Universidad es la lluvia: «Se dice que siempre llueve, pero a veces es al contrario», bromea José Ángel Docobo, director del Observatorio Astronómico Ramón María Aller da USC. Tanto es al contrario, que el pasado julio no cayó ni una gota de agua en la capital gallega.

De hecho, hacía 39 años que no sucedía algo así. En 1981 no hubo precipitaciones ni en julio ni agosto, algo de los más inusual en la ciudad. De todas formas, si bien es cierto que es «anecdótico que no haya llovido nada», cabe aclarar que «tampoco es nada excepcional»: el séptimo mes del año es, históricamente, el más seco. «Que llueva entre 0 ó 1 (como en 2016) litros por metro cuadrado es casi indiferente», explica Docobo. Por tanto, no hay que alarmarse con el dato.

Lo más probable es que esta f alta de lluvia en verano se compense hacia finales de año . En Santiago, de media, caen unos 1.800 l/m². En los seis primeros meses de 2020 llovió alrededor de 800 l/m², por lo que Docobo confía en que se alcance la media anual, pues en «los próximos cinco meses puede llover tanto como en los seis primeros».

Agricultura

Aunque que no haya llovido ni un solo día en los 31 que tiene julio, en líneas generales, no es un dato alarmante. Pero sí puede poner en apuros a un sector concreto, como lo es el de la agricultura . «Es una preocupación para los agricultores porque el campo está muy seco», lamenta Docobo, aunque hay cierta esperanza a corto plazo: «A ver si se cumplen las predicciones de que llueva un poco este fin de semana», pero si «este mes tampoco hay precipitaciones, la cosa empieza a preocupar».

«La gente que está veraneando se lo pasa muy bien, pero los que están en el campo notan que les falta agua », por lo que, aunque las predicciones de cara al final del verano mejoren en este aspecto, no quita que al sector agrícola le esté pasando cierta factura. De todas formas, Docobo dice que «mejor no llamar por la lluvia, que la lluvia viene sola».

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