El siglo de la caída de población

Galicia pierde la barrera psicológica de los 2,7 millones de habitantes

La Comunidad sufre un retroceso demográfico en los últimos años, después de conseguir su pico en 2010

Las que más sufren, según el INE, las provincias con mayor impacto de la despoblación rural:Lugo y Orense

La caída de población afecta, como es lógico, principalmente al rural MIGUEL MUÑIZ

David Gómez

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La complicada situación demográfica que vive Galicia se ha visto acentuada en los últimos años. La población envejece, muere y el relevo generacional se produce a trancas y barrancas , con el número de nacimientos en sus cotas más bajas. Tanto es así, que con la entrada de un nuevo año y la actualización de los datos del padrón, que fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Galicia ha bajado de la barrera de los 2,7 millones de habitantes. Por muy poco, ya que la cifra se queda en los 2.699.499, pero es un reflejo de lo que está ocurriendo en la Comunidad y en consonancia con la España vaciada. Para comparar los datos dentro de los primeros años de este siglo, en el 2000 la Comunidad contaba en su censo con un total de 2.732.926 habitantes . Se viviría dentro de este siglo el punto álgido en 2010, con 2.797.653 habitantes. Desde entonces, y en solo diez años, el censo de Galicia ha perdido casi 100.000 personas.

Aunque las cifras también pueden ser vistas desde otra óptica:la bajada con respecto a 2018 es de solo 2.244 habitantes, lo que la convierte en la menor desde el año 2011, reduciendo la población gallega en un 0,08 por ciento. Entre 2012 y 2017, Galicia perdía población a un ritmo mucho más alto , en porcentajes que se colocaban entre las cinco y las seis décimas de manera anual. El último año de crecimiento es 2010, aunque este incremento se situó en un pírrico 0,06 por ciento, siendo la antesala de las cifras negativas que llegarían después, aderezadas por la galopante crisis económica vivida, y de la que muchos hogares no se han conseguido recuperar.

Como siempre, quien se lleva la peor parte en esta sangría poblacional es el rural. Aquejado de falta de servicios, de aldeas vacías, de cierre de colegios , sucursales bancarias o tiendas, la caída de habitantes es evidente y peor, sobre todo en las provincias alejadas de la franja atlántica y con mayor peso de este rural:Orense y Lugo.

Diferencia en provincias

Echando un vistazo a las cifras de estas provincias en el INE se ve cómo la Galicia interior va hacia atrás:la provincia de Lugo ha bajado en 35.000 habitantes de 2001 hasta 2019:de 364.125 a 329.587 vecinos en dos décadas. Orense también cae, con una bajada ligeramente superior a la de la provincia luguesa: en este caso, registra un retroceso de 37.000 personas en el mismo periodo temporal:de 344.623 habitantes a comienzos del nuevo siglo y nuevo milenio a 307.651 en el año que acaba de terminar. Por su parte, las provincias atlánticas ofrecen un comportamiento diferente.En el caso de Pontevedra, en todo el siglo la provincia ha aumentado su población en 26.000 ciudadanos:de 916.176 a 942.665. Como a nivel gallego, se comprueba un ligero retroceso con los datos de hace unos pocos años: en 2011 esta provincia consiguió la cifra de 963.511 habitantes.

Es un comportamiento casi calcado al de la provincia más poblada, la de La Coruña. Actualmente sigue siendo la única gallega que supera el millón, con 1.119.596, dato del padrón del año 2019. Comparado con 2001 son 17.000 habitantes más, aunque también 2011 supuso el pico para la provincia atlántica, llegando a albergar 1.147.124 habitantes. Sus principales ciudades aguantan el envite, con la propia La Coruña subiendo 6.000 habitantes desde 2001 o Santiago de Compostela 4.000 . También se elevan, y mucho, municipios dormitorio cercanos a estos núcleos urbanos:Ames, cerca de Santiago, eleva en 14.000 sus habitantes. Teo, también próxima a la capital, en 4.000. Oleiros, cerca de La Coruña, se apunta un aumento de 10.000 habitantes. La que no aguanta es Ferrol, que cede 14.000 habitantes, mientras que su vecina Narón sube más de 10.000 habitantes, aunque empieza a ceder población ligeramente.

En Pontevedra ciudad los números dan un aumento de 8.000 personas y en Vigo, la subida es de una cifra también sobre los 8.000 habitantes. Además, se ve un aumento en localidades cercanas: Vilagarcía sube 4.000 habitantes;O Porriño, sobre 3.000. En las dos capitales de provincia interiores, disparidad:Lugo crece unos 10.000 habitantes;Orense baja 4.000. Pero las dos provincias, al igual que el rural de Pontevedra y La Coruña, tienen un común denominador: una herida abierta que sangra a chorro . Negueira de Muñiz, en la montaña lucense, solo tiene ya 215 habitantes. La cifra a principios de siglo no era mucho mejor, pero se situaba en 239. Navia de Suarna pierde más de 800, situándose ya cerca de la barrera psicológica de los 1.000 habitantes. En Orense, municipios como O Bolo también sufren las inclemencias del invierno demográfico: de 1.347 a 884 en el periodo en el que se han venido comparando también el resto de datos. Otros como Beade tampoco viven la mejor de sus épocas en cuanto a población:de 606 a 397 entre 2001 y 2019.

Intentos de mejora

El Gobierno gallego tiene en marcha diferentes propuestas para tratar de paliar la despoblación: que nazcan niños, que la gente no se vea obligada a marchar y que las familias se puedan instalar con garantías en zonas rurales, permitiendo la conciliación entre la vida personal y la laboral. Entre ellas están las casas niño, que buscan ser una solución para las familias con niños pequeños en concellos de menos de 5.000 habitantes , donde se cuida hasta a cinco niños de entre 0 a 3 años. Ahora este proyecto se encuentra en expansión.

También otros, como el bus a demanda, buscan un impulso para los servicios en todos los concellos:este programa permite utilizar los buses de transporte escolar por otros ciudadanos, de manera que se facilita a esas personas, que en muchos casos no tienen otro modo de moverse, acudir a hacer las gestiones diarias al núcleo de población más cercano. Igualmente en el apartado tecnológico, como aquellos para garantizar la cobertura móvil, de datos e internet fijo en todos los puntos de Galicia, algo que facilitará la comunicación, pero también poder vivir conectados a la hora de trabajar (un datáfono, por ejemplo)o de entretenerse. Queda por ver qué se hace desde el nuevo Gobierno estatal , y si impulsa un ministerio específico contra la despoblación, que evite atropellos como el cierre de taquillas en estaciones con pocos viajeros por parte de Renfe, paralizado por Teruel Existe.

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