Visita de los Reyes
Un Día de Galicia entre mascarillas
La pandemia del Covid imprime su huella en una jornada más breve y bajo fuertes medidas de seguridad
Galicia vivió este sábado otro día grande en el que se vio alterado el guión convencional. Si hace siete años fue el accidente ferroviario de Angrois el que tiñó la jornada de luto, en esta ocasión fue la pandemia de coronavirus la que condicionó la fecha más señalada en el calendario autonómico. Por eso adquirió una connotación especial la visita de los Reyes , que eligieron el 25 de julio para recalar en Santiago de Compostela, dentro de su gira por las autonomías españolas. El alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, revelaba hace unos días que la petición de la visita «salió de la alcaldía» y su confirmación supuso un «motivo de orgullo».
El espaldarazo de Casa Real resultó especialmente significativo, pues Santiago y Galicia, como recordó Don Felipe en su discurso, tienen « la mirada puesta en la celebración del Año Santo en 2021 ». «Nos unimos a la esperanza y el entusiasmo que genera la llamada del Camino en toda España, Europa y el Mundo», dejaron escrito los Reyes en el libro de honor del Ayuntamiento. La visita al Pazo de Raxoi, que alberga la sede consistorial, marco el último punto de una agenda de actos más ajustada de lo habitual.
Pese a estar inicialmente prevista, no hubo una primera parada en la Plaza del Obradoiro , donde tradicionalmente se pasa revista a las tropas. Los actos comenzaron directamente en la iglesia de San Martiño Pinario. Allí los Reyes recibieron las primeras muestras de cariño: saludos desde los balcones y vivas de un grupo pequeño -por las restricciones- pero muy entusiasta. En su recorrido hacia el templo, Don Felipe y Doña Letizia se interesaron por las alfombras florales que engalanan su exterior.
Manuel Alonso, presidente de la federación de asociaciones de alfombristas gallegos de arte efímero, les explicó su significación, que incorporó «un poco de la Catedral a las conmemoraciones del Apóstol». Según explicó Alonso a ABC, los Reyes quisieron saber los materiales con los que están elaboradas las alfombras ; les «llamó la atención» cómo se habían recogido detalles como el códice calixtino o las conchas de vieira.
Vivas y aplausos
Tras la misa, celebrada bajo el protocolo que marca el Covid, un sol radiante acompañó a la comitiva hacia el ayuntamiento. Un paseo amenizado por una banda de música a su paso por la Plaza de la Inmaculada. Un intenso dispositivo de seguridad mantuvo perimetrado todo el entorno de la Plaza del Obradoiro. A poca distancia, en la Plaza de la Quintana, el BNG celebraba previa marcha un acto -con el que cada 25-J marcan su perfil más secesionista- donde su líder, Ana Pontón , atacó a la Casa Real , a la que acusó de «podredumbre» y «corrupción» .
Decenas de personas ocuparon un lateral de la calle de San Francisco. Apretaba el calor. Los más animados amenizaban la espera reproduciendo el himno nacional. Provistos de banderas de España, portaban pancartas con mensajes como «Majestad, España está contigo», «Santo patrón protege a Felipe de Borbón» y, en un tono irónico, « Prefiero a Felipe que a Echenique ». Al cabo de aproximadamente una hora reaparecieron los Reyes, esta vez en coche. Con la ventanilla entreabierta, saludaron Doña Letizia -en primer término, al ocupar el asiento derecho- y Don Felipe, y fueron correspondidos con vivas y aplausos en su despedida a Santiago y Galicia.
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