El Rey apela a un «esfuerzo común» ante una nueva encrucijada
Don Felipe, que presidió los actos de la festividad del Apóstol con Doña Letizia, reivindica la Corona como «punto de encuentro»
En un discurso marcado por la pandemia de coronavirus, Don Felipe ha apelado desde Santiago de Compostela, donde los Reyes han presidido los actos por la festividad del Apóstol, al «conjunto de los españoles» para llevar a cabo «un esfuerzo común, similar al que se produjo en otras encrucijadas de nuestra historia». En su alocución, el Monarca ha empleado en cuatro ocasiones el término «unidad» y en dos, «unidos», que en otro punto de su discurso ha confrontado con la «fragmentación», que ha advertido de que «no cabe» en una «etapa transcendental» para el «proyecto europeo». Asimismo, ha proclamdo que «la vocación y el deber de la Corona es ser punto de encuentro que permita recorrer unidos y en libertad el Camino» que sigue la «historia» de España.
Desde la iglesia de San Martiño Pinario, donde ha realizado la ofrenda nacional al Apóstol Santiago -por segunda vez, tras estrenarse en 2014-, Don Felipe ha engarzado las lecciones que dejaron «los tramos más agudos de la pandemia» de Covid-19 con mensajes enfocados al momento presente , en el que ha señalado que el principal «logro» que afronta ahora España «consiste en ser capaces de aminorar el impacto de la crisis, sin merma de la solidaridad entre personas y territorios que los españoles consagramos en nuestra Constitución».
Esa «solidaridad», ha incidido, quedó probada cuando más arreciaba el coronavirus, «cuando España actuó al unísono y españoles geográficamente distantes se sintieron unidos en una causa común, en una lucha compartida». Si entonces se constató que la «fuerza» del país descansa sobre «la cercanía, la colaboración y la capacidad de situarnos en el lugar de los demás», resulta «fundamental ahora que ese espíritu se mantenga y amplíe, gracias a la búsqueda incesante de la concordia y el entendimiento», con los que «afirmar el sentido más profundo de comunidad», ha precisado, con la Conferencia de Presidentes en el horizonte.
Caminar «juntos»
«El principal reto», ha expuesto el Rey, «consiste en salvaguardar» los «valores» que preserva la Unión Europea , «y consolidar y avanzar en ese proyecto compartido, al tiempo que se responde con prontitud y eficacia a la crisis derivada de la pandemia». De nuevo, con «medidas solidarias» y «caminando juntos» con «mayor solidez», ha incidido. El «arraigo de tradiciones» como la ofrenda al Apóstol «elevan el espíritu y fortalecen la unidad», ha resaltado.
La sociedad española, ha puesto en valor el Monarca, posee «voluntad», «capacidad» y «carácter para dar respuesta a los desafíos», y pocos han resultado tan «enormes» como la crisis del Covid, que «deja miles de víctimas cuyo recuerdo debe acompañarnos siempre, y también situaciones angustiosas por el confinamiento», ante las cuales se constató el «impagable esfuerzo de los ciudadanos». Con el virus aún sin derrotar, es necesario «mantenernos diligentes y prudentes», ha recordado. Las «consecuencias sociales y económicas» de la pandemia, que marcan el devenir del país, «requieren una unidad profunda en torno a nuestros valores compartidos», además de «un compromiso firme con la búsqueda del bien común».
En las palabras del Rey ha habido hueco también para alternar el castellano con el gallego y guiños a los anfitriones: «Quiero reconocer el compromiso de Galicia con el autogobierno y con nuestra España tan diversa y plural», a manifestado en la lengua de una tierra que, ha agradecido, «siempre nos recibe con hospitalidad». «En nuestra voluntad de estar cerca de todos los españoles, en todas las comunidades autónomas, saludamos con gran afecto y ánimo a los gallegos y a todos aquí en Santiago», han añadido posteriormente los Reyes, por escrito y con su rúbrica, en su visita a la sede del Ayuntamiento.
Autoridades
En la misa estacional de la solemnidad del Apóstol, Don Felipe y Doña Letizia , que fueron recibidos en el aeropuerto santiagués -informó Casa Real- por la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, han estado arropados, como principales autoridades, por el presidente en funciones de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada; el presidente del Parlamento autonómico, Miguel Santalices; y el jefe de la Fuerza Logística Operativa, el general Juan Francisco Arrazola.
Los Reyes, recibidos a la entrada de la iglesia de San Martiño Pinario -reemplazo, por segundo año, de la Catedral, en obras- por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, recorrieron el pasillo central bajo los acordes del himno nacional. La ofrenda, a cargo de Don Felipe, ha estado precedida de la lectura del Evangelio y le siguió la homilía de monseñor Barrio. Tuvo palabras de recuerdo para las víctimas del Covid y del accidente ferroviario de 2013, e invocó al Apóstol para que «nuestros gobernantes (...) sepan encontrar (...) soluciones a los auténticos problemas que nos preocupan». El coronavirus marcó igualmente la intervención del arzobispo, que ha censurado el «individualismo» y apuntado que hay otra pandemia «no menos hiriente»: la de «una vida sin sentido, sin esperanza y sin amor». El virus es un aviso de que «tal vez nuestra fe es poca». Concluida la celebración litúrgica, encomendó a los Reyes y resto de asistentes a la protección del Apóstol. «Todos» la precisamos, ha recordado.
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