«No hemos firmado un documento de trámite ni es folio y medio: esto no es postureo»
Las ocho comunidades firmantes del pacto de Santiago insisten en que no buscan levantar un frente contra el Gobierno ni otros territorios, sino sumar al debate desde el consenso y la lealtad
La imagen vale, probablemente, más que las palabras pronunciadas. Ocho presidentes autonómicos, de diversos signos políticos, saliendo juntos en público a reclamar un nuevo sistema de financiación , que dé salida a sus reclamaciones (que frente al total de habitantes, pesen otras cuestiones, como el envejecimiento y la dispersión, y se tenga en cuenta el «coste real» de los servicios), y que se ataje la crisis demográfica. Una imagen que, posteriormente, se ha repetido con la Catedral de Santiago (la capital gallega ha albergado el foro) de fondo, en cuyas inmediaciones se ha puesto la rúbrica al documento en el que se consensúan todas las reivindicaciones.
Demandas formuladas desde la voluntad de sumar, como han puesto de manifiesto todos los líderes regionales. «No es un frente contra nadie», ha subrayado el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, quien se ha encargado de cerrar el turno de intervenciones, sin preguntas. « Se trata de sumar y no de enfrentar », ha insistido. Quien lo vea de otra forma, «no quiere que hablemos», pero al tiempo, si no hay diálogo, a los políticos se les acusa de ser «incapaces de entenderse». Hablar, ha defendido, es bueno para las autonomías, para España y para la política. Máxime cuando lo han hecho «ocho comunidades autónomas distintas, con presidentes distintos, de tres partidos distintos», que han firmado un acuerdo «útil», porque «beneficia al conjunto de los españoles». El mandatario gallego ha hecho hincapié en que ha imperado la «lealtad», aunque ha dejado claro que esta se formula en primer lugar hacia los ciudadanos, en segundo lugar, entre los ocho firmantes, y en tercer lugar, «con el Gobierno de la Nación». «Hacemos Estado desde las autonomías, ejercemos el derecho a aportar a los grandes debates del país».
Los líderes regionales han reivindicado el peso del encuentro que han celebrado en Santiago, su «vocación de permanencia», ha dicho Feijóo, y de utilidad en el debate sobre el nuevo modelo de financiación. El presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, ha sido rotundo al afirmar: « No hemos firmado un documento de trámite ni es folio y medio. Esto no es postureo . Es una declaración sosegada y pensada». Del encuentro ha salido, además, la intención de celebrar una futura nueva reunión en la localidad cántabra de Comillas.
Feijóo ha ejercido de anfitrión de un cónclave, bautizado como ‘Foro Santiago. Camino de consenso’ , al que han acudido sus colegas García-Page (Castilla-La Mancha), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Javier Lambán (Aragón), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), Adrián Barbón (Asturias), Miguel Ángel Revilla (Cantabria) y Concha Andreu (La Rioja). Cinco comunidades socialistas, dos populares y una presidida por un partido regionalista.
Los ocho presidentes autonómicos han comparecido durante algo más de un hora ante los medios de comunicación en la capilla del Hostal de los Reyes Católicos de Santiago, tras una reunión de trabajo, que arrancó a las 10 de la mañana, en el Salón Real, para cerrar los últimos flecos de la declaración institucional conjunta, que posteriormente han firmado antes de situarse ante la prensa. Esa última reunión se ha alargado más de lo previsto , pues desde la Xunta se confiaba en que la rueda de prensa conjunta arrancara en torno a las 12.00 y ha acabado comenzando a las 13.15.
Feijóo y el «coste real» de los servicios
Feijóo ha reivindicado que el documento alumbrado en el foro está concebido de cara al «interés general», en un encuentro a ocho bandas donde « se han relativizado las procedencias, ideologías y lógicas discordancias (...), en aras a una unidad» que ha entroncado con los acuerdos que propiciaron la Constitución del 78 y los Estatutos de Autonomía. Barriendo para casa, ha recordado que hace 40 años, en el mismo lugar, se fraguó el pacto que dio pie al estatuto gallego.
Feijóo Ha puesto el acento, como resumen del documento firmado a ocho manos, en la demografía, la financiación y los fondos europeos. La primera es la «principal hipoteca de España»; los terceros, la «principal oportunidad»; y la financiación es «constitucional con la España autonómica», ha desgranado. No ha dejado pasar también la ocasión de recordar que el «coste real de los servicios», una de las principales reclamaciones de estas regiones, «es siempre, siempre, siempre como se han hecho las transferencias a las comunidades », «nunca en función de la población o se le da a otras» regiones.
Page, sumar sin «fastidiar»
Page se ha mostrado «contento» por haber ofrecido una « imagen muy en positivo de España, que necesita hablar, pero para sumar, no para fastidiar ». Sumar «en las dos acepciones», añadiendo valor al «debate político», con la queja incluida de que «se decide más en clave territorial en el Congreso», y sumando «ingresos y gastos». Eso sí, ha remarcado que no pretenden «tener toda la verdad» y que «aquí no se agota el circuito» de todas las comunidades; el «puzle de la pluralidad de todo el país lo tiene que componer el Estado», ha advertido.
Page ha incidido en que «es muy sano poder hablar», «independientemente de las ideas e ideología que cada uno profesemos y de los partidos políticos que representemos». «No se hace contra nadie, si fuera así, sería muy denunciable», ha coincidido. «Mejor financiación y más justa para todos los ciudadanos (...), vivan donde vivan », ha pedido desde el atril.
Despoblación y justicia social, sin privilegios
Otro barón socialista, el extremeño Fernández Vara, ha visto en el foro, que ha calificado de «buena iniciativa», por lo que tiene de «salirse al encuentro» y debatir, un «signo de madurez del Estado autonómico», al que refuerza. En su alocución, poniendo la sanidad como ejemplo, ha abogado por « antes de decidir cuánto cuesta, saber qué es lo que queremos tener ». Y ha lanzado un mensaje de advertencia: «Bien haríamos en no creer que la despoblación es solo un problema de una parte del país, o de un territorio o de un continente».
Su colega asturiano, Adrián Barbón, ha defendido el «clima de normalidad» del foro y ha dicho que le «sorprende que sorprenda, aunque entiendo que pueda sorprender en el marco del debate general». El «consenso» alcanzado entre los ocho líderes regionales, ha defendido, «favorece el consenso» global. Y ha querido remarcar que las autonomías menos pobladas «no pedimos privilegios», sino que se «garantice la prestación de servicios de la misma calidad» .
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha advertido de que «la financiación autonómica es uno de los elementos esenciales de la justicia social, y la justicia social empieza por garantizar una financiación que cubra la prestación de esos servicios públicos (...) de todas las personas, vivan donde vivan». El primero en intervenir, ha hecho hincapié en que el coste de los servicios «no es igual en todo el territorio» .
Del frentismo al lobo
El aragonés Lambán ha puesto en valor el consenso fraguado en Santiago « en una España en un momento en que el frentismo se enseñorea del Congreso y de la política española en general ». Los ocho presidentes han demostrado, a su juicio, «que es perfectamente posible en nuestro país hacer política superando, rechazando y dejando atrás el frentismo». Algo que «debería servir de alivio para los españoles decentes y bienpensantes, que son mayoría».
Lambán ha pedido que se preste la misma atención a la «sostenibilidad de los servicios públicos», que prestan las autonomías, que al futuro de las pensiones, demandando «más recursos y más fondos». Para el presidente de Aragón, el debate, en último término, « nos pone frente a la necesidad de definir el modelo de España, el modelo de país que queremos para el futuro », en el que ha reclamado que la «igualdad de derechos sea real y efectiva».
Para Miguel Ángel Revilla, « la foto de lo que está aquí es lo que nos tiene que quedar en la cabeza, y es el gran desastre de España (...). Es lo que nos tiene aquí para corregir esa deriva, una catástrofe», que a su entender es el hecho de que España sea el «país peor articulado territorialmente», con una escora hacia las grandes urbes, señaladamente Madrid, que le ha llevado a preguntarse si la España vacía «es el Sáhara».
La espina para Revilla es que no haya habido un consenso pleno en el documento , pues su reivindicación de que se diera el mismo peso a la necesidad de dialogar con el Gobierno en torno al estatus de protección del lobo se ha incluido finalmente a modo de addenda, «no firmada por todos», pues dos regiones se han descolgado: La Rioja y Extremadura.
Concha Andreu, la más breve, ha resumido el foro como un «encuentro de consenso», y ha sido palpable su interés por dejar claro que el documento pactado «es un apoyo al Gobierno de España», al que ha subrayado que se trata de «ayudar» en el diseño del nuevo modelo de financiación. Si ocho autonomías han sido capaces de ponerse de acuerdo, será «más fácil llegar a un consenso», ha apuntado.
Posado y almuerzo
El encuentro se había fijado inicialmente para el 2 de noviembre, pero se pospuso tres semanas a raíz de las suspicacias que levantó entre las filas socialistas, a pesar de que Feijóo insistió, por activa y por pasiva, en que el objetivo no era erigir un frente contra el Gobierno ni contra ninguna autonomía, sino buscar puntos de consenso.
Una vez concluida la comparecencia conjunta ante la prensa, y tras el posado frente a la catedral, los líderes autonómicos se han dirigido a almorzar en el Hotel San Francisco , también en las inmediaciones del templo compostelano.
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