Política
Feijóo distancia a Galicia del «ruido» de un adelanto electoral en el País Vasco
Apela a «seguir trabajando» frente a las «noticias» en otras «comunidades», ante los vaivenes de Iñigo Urkullu. Esquiva el intento de marcar los tiempos de Gonzalo Caballero al pedir que concrete la fecha de los comicios
Más apagados ya los ecos de la propuesta de Inés Arrimadas para que Ciudadanos confluya con el PP en las elecciones autonómicas de este año —País Vasco y Cataluña, además de Galicia—, a Alberto Núñez Feijóo se le persigue mediáticamente ahora para que desvele qué hará con la fecha de los comicios en la Comunidad. ¿Habrá o no adelanto? La pregunta ya gozaba de cierta recurrencia en semanas precedentes, pero ha ascendido al primer puesto de temas candentes, desplazando a los mensajes de Arrimadas, desde que el lendakari Iñigo Urkullu amagó, y muy seriamente, con saltarse varios meses y colocar las urnas en abril . Ayer el jefe del Ejecutivo vasco dio la de arena y aparentemente pospuso cualquier anuncio hasta el mes de marzo. Pero antes, durante la mañana, se escrutó cada frase del presidente de la Xunta durante la sesión de control y se buscó una declaración pública, en la misma sede parlamentaria, aprovechando una reunión a mediodía con el presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp).
«No hay ninguna novedad», aplacó Feijóo las ansias de titulares jugosos. «Seguimos trabajando. En Galicia vamos a intentar seguir trabajando con independencia del ruido, los comentarios o noticias que afecten a otras comunidades autónomas », amplió. «Estatus quo», por tanto, al menos por ahora. Es la tesis que siempre se ha defendido desde la Xunta: quedan mucha legislatura y leyes por aprobar en el Parlamento;no hay razones que justifiquen, en principio, no agotar el mandato tal y como estaba previsto.
La cuestión, en cualquier caso, tiene amplio recorrido y a nadie, empezando por el propio Feijóo, se le oculta que resurgirá hoy mismo tras la reunión semanal del Consello, por más que también jugara Feijóo a no levantar grandes expectativas, al preguntársele si tenía pensado, tal y como hizo Urkullu, someter un hipotético debate sobre los plazos electorales a la consideración del resto de miembros del gabinete. « La respuesta es que no », replicó el presidente.
No hubo lugar a continuar con el tira y afloja porque ya había advertido el mandatario autonómico de que la exposición ante los medios —junto al vicepresidente Alfonso Rueda y el presidente de la Fegamp, Alberto Varela, alcalde de Vilagarcía de Arousa—, duraría lo que permitiera la llamada a votar. Fijado el encuentro para las doce del mediodía, se prolongó por espacio de más de una hora y se echó encima el momento de regresar al hemiciclo. Las alocuciones no serían prolijas, se advirtió, pero se extendieron lo justo para que la gran incógnita, los planes sobre un eventual cambio de fecha electoral, quedara contestada de forma igualmente breve, aunque lo suficientemente aclaratoria. « Ni el presidente de la Fegamp ni yo estamos preocupados por esa cuestión», bromeó incluso Feijóo antes de exponer que no había nada nuevo de lo que informar.
«Tengo que votar. Estoy en el Parlamento. Tengo que cumplir mis obligaciones como diputado y mañana [por hoy] mis obligaciones como presidente de la Xunta en el Consello», recordó ante los medios de comunicación. «En todo caso, como las ruedas de prensa son amplias, seguiremos hablando », emplazó a los informadores que acudan a San Caetano.
Sortea a Caballero
Unas horas antes de que se colocara ante el atril en la primera planta de O Hórreo, en el área reservada al Gobierno, Feijóo se veía inquirido por la misma cuestión un piso más arriba, en el segundo, en el hemiciclo y no por periodistas, sino por Gonzalo Caballero. En el turno de preguntas al presidente que el secretario general del PSdeG gusta de convertir en un cajón de sastre, éste osciló de la sanidad a la economía para acabar aterrizando, en el último tramo de su intervención final, en la cuestión electoral. « ¿Cuándo va a convocar las elecciones? », lanzó de pronto.«¿Cuándo van a ser las elecciones?», insistió entre el barullo que generó en el hemiciclo. «Si quiere ser candidato o no quiere ser candidato (...) es una cosa del PP», lanzó, pero «sería muy positivo» conocer el calendario.
Apagado su micrófono, aguardó Caballero la réplica del presidente, pero no fue la que ansiaba. Feijóo eludió el intento de su rival de marcarle los tiempos y no entró, en absoluto, al trapo de someter a la refriega parlamentaria las dudas que se ciernen sobre la fecha de las elecciones autonómicas. Pero no dejó de enviar varios recados al socialista, a quien atacó por el flanco de las discrepancias que han surgido en el socialismo gallego a cuenta de la reclamación del IVA. Le afeó su enésimo «mitin», y con ironía, le animó a aplacar sus ánimos, porque «lo máximo que puede» conseguir en la Cámara son «14 votos», y alberga personalmente serias «dudas» de que incluso sus compañeros de bancada vayan a apoyarle. Especialmente con campañas publicitarias donde asocia su imagen con la del presidente del Gobierno. « Usted siga agarrándose tan fuerte a Pedro Sánchez, que es lo único que le queda », recetó Feijóo.
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