La familia del fallecido arrollado por la lancha: «No se paró después de llevarse por delante a mi hermano»
La familia del médico fallecido en una playa de Sanxenxo exige un cambio de normativa
Llevaba una boya localizando su posición, un gorro fluorescente para ser visto y nadaba dentro del perímetro permitido, pero ninguna de estas prevenciones fueron suficientes para evitar que el oftalmólogo coruñés Juan Tábara fuese atropellado por una lancha el pasado Viernes Santo. El golpe, explica su hermana Belén Tábara en declaraciones a ABC, fue fatal e «instantáneo», por lo que nada se pudo hacer por salvar su vida. Por eso ahora la familia lucha para que «la muerte de Juan suponga un antes y un después en la seguridad de las playas».
Con el caso en manos de la Guardia Civil y una persona detenida, todo apunta a que la embarcación implicada en el suceso pudo invadir la zona bañista a gran velocidad, lo que anuló las posibilidades de que saliese con vida. «Ni siquiera le dio tiempo a oír la lancha, no pudo sumergirse porque se le vino encima », asegura tanto su entorno como algunos de los testigos que estaban en el arenal en ese momento. «La investigación tiene todos los datos porque la lancha es de última generación y lo tiene todo registrado», anota la hermana del oftalmólogo de 59 años, un experimentado nadador que se conocía la costa gallega «de cabo a rabo».
El piloto de la embarcación, de 34 años, es un experto que competía a nivel mundial en la categoría endurance. Fue detenido tras el accidente y sobre él pesa una acusación por un presunto delito de homicidio. Ante los agentes que lo arrestaron se negó a declarar. En los próximos días será el juez a cargo de las pesquisas quien reclame su presencia para aclarar las circunstancias de la muerte, que pone en tela de juicio la seguridad de los bañistas frente al tráfico de este tipo de embarcaciones.
Sin boyas
Consultados sobre las medidas de control en el arenal, desde el concello de la localidad pontevedresa informaron a este diario de que las boyas que delimitan la zona de baño no se empiezan a colocar hasta los primeros días de mayo, para así tenerlas listas desde el día 1 de junio, con la campaña estival. La cantidad de visitantes que este turístico municipio recibe cada verano obligó a crear el pasado año un 'corredor seguro' para nadadores, que conecta la playa de Silgar, donde se produjo el atropello, con Portonovo. «Se hizo precisamente para evitar esto», comentan desde el concello. Preguntados sobre la idea de comenzar con el servicio de boyas aprovechando ya la afluencia de visitantes en Semana Santa, aclaran que nunca estuvo sobre la mesa. El motivo, según fuentes municipales, es que el mal tiempo y las olas de estos meses podrían arrastrar las balizas. «Nunca va a haber seguridad al cien por cien», declaran», sostienen.
Con la investigación aún en marcha y a espera de la declaración del único acusado ante el instructor, se trabaja par a dilucidar el punto exacto en el que se produjo el atropello y la velocidad a la que navegaba la lancha, dos factores determinantes a la hora de depurar responsabilidades. Fuentes próximas al caso confirman que el fallecido estaba dentro del área delimitada para bañistas (200 metros a contar desde la costa), «incluso más cerca de los 188 de los que se ha hablado». Y tanto los testigos oculares como el amigo de Tábara que en ese momento nadaba unos metros más adelante confirmaron que la embarcación que lo arrolló iba «muy rápido» y que «no se paró después de llevarse por delante a Juan». «Los que avisaron y los primeros en detenerse a intentar prestarle auxilio a mi hermano fueron los tripulantes de otro barco que estaba un poco más lejos cuando pasó todo» explica Belén Tábara.
Un conocido oftalmólogo
La indignación por un accidente «que se podrá haber evitado» unida al impacto que la pérdida del conocido oftalmólogo ha generado a la familia a crear un correo electrónico para que los ciudadanos aporten datos sobre lo sucedido y también sobre hechos similares ocurridos con anterioridad. Las respuestas, cuentan, no se han hecho esperar. En tan solo unas horas han sido muchos los correos recibidos informando de «incidentes a los que en su día no se les dio importancia» y poniendo de relevancia que «no era la primera vez que estas mismas lanchas navegaban allí, que no fue algo puntual», explica la familia del fallecido, que ya se ha personado como acusación particular en la causa por la prematura muerte.
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