Entre cinco y diez agresores siguieron pateando a Samuel cuando ya estaba inconsciente

Tres jóvenes coruñeses de entre 20 y 25 años, los primeros detenidos por el crimen

Flores en honor a Samuel, en el lugar donde fue pateado por al menos cinco individuos EFE/ ATLAS

Pese a que la brutal paliza que la madrugada del viernes al sábado acabó con la vida del joven Samuel quedó registrada en algunas cámaras de videovigilancia de la zona, la Policía Nacional ha demorado tres días en detener a los supuestos autores del crimen. Según han explicado a ABC fuentes conocedoras de la investigación, la juez que ha asumido la instrucción del caso ha querido perfilar bien las responsabilidades de cada uno antes de su arresto. Finalmente, ayer por la tarde, la Policía Nacional detuvo a tres jóvenes, de entre 20 y 25 años, por su supuesta implicación en la muerte de Samuel.

Los tres arrestados son vecinos de La Coruña. Se trata de dos chicos y una chica, según ha podido saber ABC de fuentes de la investigación. Los tres son amigos, salieron juntos de un bar y no conocían de nada a la víctima . Con toda probabilidad, habrá alguna detención más en las próximas horas, dado que en la agresión ocurrida en dos momentos diferentes participaron entre cinco y diez personas , según han declarado varios testigos y acreditan las cámaras.

Esta 'manada' furiosa propinó numerosas patadas en la cabeza a Samuel y siguieron golpéandolo cuando ya estaba inconsciente en el suelo . Dos de los detenidos participaron en los dos momentos distintos en que tuvo lugar la paliza. El tercero, solo en la segunda.

El móvil homófobo

La Policía Nacional empezó el mismo sábado a interrogar a los testigos del crimen. Citó a una quincena, y los agentes les ofrecieron declarar acompañados de un abogado. Lo hicieron así, según fuentes de la investigación, ante el convencimiento de que entre los jóvenes citados podían estar los responsables de la muerte de Samuel. Alguno aceptó. Uno de estos testigos, según las mismas fuentes, pidió declarar otra vez para dar más detalles de lo que había ocurrido. La Policía da plena credibilidad a algunas testificales, cuyo relato concuerda con lo registrado con algunas cámaras. Las imágenes de algunas, sin embargo, dado que era de noche, no son demasiado nítidas.

Ahora, más allá de la autoría, los investigadores deberán indagar si el crimen, precipitado después de una confusión con un teléfono móvil –dos de los detenidos pensaron que Samuel y una amiga les estaban grabando cuando en realidad hacían una llamada con la aplicación 'Facetime'– ha tenido motivaciones homófobas. El atestado inicial no lo recoge, pero algún testigo aseguró después que la brutal agresión vino precedida de insultos homófobos . Los investigadores, según fuentes policiales, no descartan ninguna hipótesis aunque el hecho de que no conocieran a Samuel, como sí se ha acreditado, resta fuerza a esta posibilidad.

Una patada mortal

La mortal paliza a Samuel despertó una oleada de indignación en el colectivo LGTBI y las plazas de varias ciudades –especialmente Madrid, Barcelona y La Coruña– se llenaron de manifestantes para reclamar justicia y contra la homofobia. Algunas formaciones, como Podemos, dan por hecho que se trató de un crimen homófobo, aunque el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, es más cauto y prefiere esperar al desenlace de las pesquisas de la Policía Nacional. También el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido prudencia y dejar que la Policía esclarezca el móvil del «brutal asesinato».

Lo que sí está claro, según la autopsia preliminar, es que uno de los golpes que Samuel recibió en la cabeza acabó con su vida . De todas formas, una autopsia complementaria deberá, según fuentes de la investigación, ofrecer más datos sobre las heridas mortales del joven enfermero, de 24 años, que aquella noche había salido con un par de amigos de fiesta por los locales de ocio del paseo marítimo coruñés y acabó apaleado.

Samuel y una amiga estaban en uno de los pubs de la zona cuando decidieron salir a fumar. Se les ocurrió hacer una videollamada con la pareja de esta última, que aquella noche no había salido, y ese fue el desencadenante.

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